Deja que tu mano tome la mía y caminemos juntos, sin prejuicios, sin limitantes.

Camina a mi lado en silencio, por aquel sendero donde nos cruzamos por primera ves,
donde el destino o la casualidad nos unió.

En aquella tarde, ese primer día de agosto donde los vientos ya gritaban nuestros nombres y se juntaban para el inicio de una nueva voz de libertad, donde tu mirada fue para mi suficiente, donde temblaba al tenerte  tan cerca, donde con un beso lograste intimidarme.

Donde tus caricias me daban placer y un nuevo aire respiraba por cada  poro de mi cuerpo.

Deja, que como aquel día  nuestra pasión  tenga ese  lenguaje tuyo y mío
que nuestros besos sacien la ansiedad de ti y de mí y nuestros cuerpos fundidos en deseo deambulen por cada rincón.

Deja, que el amor siga sin interrupciones y que como en otoño cada hoja sea un recuerdo y una historia que profesar en nuestro nombre.

Luz Marina Santiesteban
7-10-2018