Vestigios de impaciencia recorren los rincones de mis pensamientos,
busco tus palabras y no las hallo,
parece que el tiempo se lleva no se dónde lo que amamos.

Me niego a aceptar el olvido, aún cuando la realidad me muestra ese espectáculo de indiferencia.

Soledad, ¿porqué aturdes mis sentires?
¿no te basta verme refugiada en este desasosiego donde se desmorona mi alma?

¡Soledad!, Te mofas de mi cada noche y me arrinconas para que no halle más que tu fría compañía, me abrazas y consuelas  a tu manera...

Una que otra lagrima se pierde entre los sollozos, en ese silencio tuyo y mío,
me obligas a quedarme aquí a tu lado, y medito en ello.

Hoy, tu soledad, eres mi mejor opción, porque ¿quién como tú en estos días grises, donde el sol no brilla? , ¿quién cómo tú al caer el alba cuando duele la noche?, ¿quién como tú con tanta confusión de sentimientos?.

Siempre me esperas y abres mi puerta, me das la bienvenida cada noche, tú mi fiel compañera.

He aprendido a quererte, y te hablo, y haces parte de lo que me queda,
solo borra esos nubarrones de melancolía, borra esas falsas promesas que guardé, llévate las mentiras que creí, lleva esta carga que ya lastima, ponla en el olvido, y solo abrázame fuerte y sé, solo tú mi única compañía.

Luz Marina Santiesteban
12-02-2019