Y las promesas se van debilitando al pasar los días,
corazones rotos y algunas tristezas envueltas en recuerdos,
los días pasaban en frente, pero como letargos de emoción, solo eran eso,
un día más.
Poco a poco la rutina nos enlutaba, prioridades que se esfumaron por la ventana, sabanas frías, lágrimas en silencio, silencios obsoletos y un poco más de lo mismo cada día.
Cuestionamientos llegan taladrando orgullos de ¿porqué ocurrió?
y no hallamos respuesta, o no una en la que salgamos ilesos.
No se si fuiste tú o yo, o talvez el tiempo, los viajes, la distancia, los silencios, o faltamos a nuestra palabra, saboteamos lo que prometimos.
Y hoy, no sé si dejarte libre o buscar esa ancla que prende de un hilo,
y salvaguardar algo de lo que queda,
aturdida y talvez abrumada a punto de desplomarse,
no sé si halle respuesta en el corazón o la razón,
no sé si estar triste o darle a la resiliencia la oportunidad de seguir...
Le dejo al destino esta última jugada.
Luz Marina Santiesteban
27-11-2018
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