Tu recuerdo lo cargo como ese amuleto de buena suerte, superstición que me acompaña para distorsionar algunas realidades o evadir otras,

la mirada turbia que se pierde en cada ir y venir, donde al aire le falta algo, y no alcanza a oxigenarme.

Caminos en todas las direcciones, pero ninguno me lleva a ti, y a mitad de camino, cuando en la estreches me hallo, el miedo a lo desconocido me devuelve a esa génesis donde quiza podría encontrarte.

Y es que los dias suelen pasar desapercibidos entre segundo a segundo, donde los sentimientos expiando su proceder aniquilan y se remontan uno sobre otro,
remolinos silenciosos, latentes al caos.

Aterrador la calma en  soledad, cruzados en tiempo y espacio.

Y Ahí , bajo el mismo cielo,
la misma luna,
talves algún día te encuentre de nuevo, o talves  este sea el camino del principio de nuestro adiós.

Luz Marina Santiesteban
23-01-2019