De repente un día de verano se vuelve invierno, las mentiras fusilanimes atormentan el alma, al despertar de aquel sueño donde las promesas se van por aquella puerta, esa misma que abrí aquel día cuando de la mano me tomaste y donde prometimos tanto de tanto.

Promesas rotas, corazones tristes, silencios crudos, cuestionamientos sin respuesta,
me hablas y siento la distancia que pega fuerte, apareces y desapareces de repente, y un nuevo sentimiento llega a mi, la ansiedad y la incertidumbre.

Ansiedad por lo desconocido, por tu ausencia, por tu silencio, ese silencio  que quema, y la incertidumbre que aturde una y otra vez y te busco y no te hallo, siento tu adiós aún sin que me lo digas.

Porque hasta los días soleados me saben  a lluvia, porque mis sonrisas no son las mismas, donde la concentración no llega y la rutina se vuelve incontrolable.
Y aquí estoy y tú no estás, me  condenas a tu olvido, dejando este desasosiego que pide a gritos que también te olvide.

Luz Marina Santiesteban
27-09-2018