NO ME QUEDA NADA MÁS

Y una vez más entre versos, calentando el alma con pinceladas de un no se qué,
errante entre sentimientos a flor de piel, algunos colgados de un hilo a punto de desatar conmoción.

Observando fijamente a la nada, mientras mi viaje usual de una rutina  me permite perderme en el tiempo y la distancia.

Pensar, recordar, retraerme en mi...

A veces mucho tiempo para ello, ya que la calma suele convertirse en soledad, y un desespero tosco invita a la melancolía.

No puedo negarlo, es inevitablemente imposible que mi mente solo esté en el aquí y en el ahora,
en esos momentos me pierdo, las sensaciones llegan, los recuerdos me tocan.

Quisiera que la soledad me traicionara y diera su estocada final y partiera, pero también me cuestiono y quien cómo ella, finalmente es mi única compañia siempre.

El silencio es el grito mas fuerte,
hoy pareciera el universo conspirar contra mi suerte,
la melancolía se aferra y por ratos mis ojos suelen humedecer, orgullosas lágrimas que no pueden salir.

Revuelco historias buscando respuestas a interrogantes que suscitaban en mi cabeza,
pero buscar un porqué se vuelve tan inútil y obsoleto que me recargo a la realidad,
a esta, donde el miedo se asoma y el nuevo comienzo apabulla a cada paso.

Es como recoger pedacitos del alma y empezar a hilar motivos para remendarla,  de seguro algunos se quedaron alli entre pupilas difusas en llanto, entre dolores y desaciertos entre un adiós que quebró hasta los huesos, otros, se han perdido en el camino entre la desesperanza y el desconsuelo,
sólo me quedan, algunos que guardé para no perderme y que por algún motivo se aferraron ávidamente a mi para rediseñarsen.

Talvez ambiciosas guardan su pizca de esperanza, esperando mutarse cada vez que se escape un suspiro.

La noche cae, y se convierte para mi en el mejor espectáculo, cielo oscuro embellecido por estrellas y esa hermosa luna que parece perseguirme,
un respirar profundo para agarrar un nuevo aliento de vida,
mis ojos espectantes buscando conexión directa con el firmamento con ese algo fuera de este mundo.

No encuentro nada más que una triada perfecta, la noche, mi soledad y yo...
No me queda más.

Y suspiro entre cada verso, buscando en ellos su abrazo entre letras,
sus besos entre pausas y un te quiero en un punto aparte... Solo mis versos plasmados, la noche y mi soledad... No me queda nada más.

Luz Marina Santiesteban
14-12-2018

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