Congelada en  el tiempo, que cruelmente se detiene,
es como esos sueños donde tu cuerpo rígido se contrae en una extraña pesadilla y quedas inmóvil e indefenso.

Claustro donde te falta el aire y sucumbe el miedo a esa soledad confusa,
donde la incertidumbre gira y gira en cada tanto.

Conjugando el pasado de quimeras ardientes que poco a poco sorprendidas por aires insolubles, perdieron su fuego,
se extinguieron.

Un adiós que profesamos jamás decir,
pero que lentamente disfrazamos y tejimos sin darnos cuenta.
Intentar revivir pactos de amor que se profanaron y como una estampida convulsonaron en un solo golpe, imposible.

Hoy, sólo quedan huellas sobre arena, que talvez el mar con sus imponentes olas pueda borrar.
Soltar tu mano y dejarte ir,
salvaguardar algunos recuerdos y despedir otros,
eso me queda,
tortuosa libertad, que hoy me deja soledad.

Luz Marina Santiesteban
29-11-2018