EL ADIÓS
De repente llegan a mi memoria esas quimeras que caen como hojas secas en el otoño.
Algunas frágiles, otras golpeadas por el viento, rotas, quebradas por el ir y venir.
Y llega aquel recuerdo de aquella noche, donde nos dijimos tanto,
esa noche donde en compañía de nuestro vino favorito y un par de copas empezamos a hablar de nuestro adiós,
guardamos silencio por minutos que parecian enloquecernos,
nuestros rostros llenos de lágrimas y ese dolor que destrozaba nuestras almas, esa tristeza que sentimos con cada palabra,
pareciera pasar velozmente por nuestra memoria nuestra historia de principio a fin.
Recordamos esas promesas, nuestro pacto, reprochandonos dónde habian quedado?
No lo sé, talvez ni se hallan ido... No teniamos respuesta para ello...
Solo estábamos ahí, viendonos tristes, llorando, refugiandonos aun en nuestros abrazos y besos, en nuestra pasión como aquel ritual de despedida,
recuerdo esos momentos , y los llevaré conmigo.
Buscar culpables solo frustra aun más, culpable el destino que decide separarnos sin clemencia,
culpable el tiempo que no nos alcanzó en las ausencias para sostener nuestro amor.
Culpables tu y yo por dejar pasar tristezas, e inconformidades y callar.
Hoy ese adiós aturde al recordar, suena fuerte, estremece el alma, quita el aire, me deja inmóvil.
Y aquí refugiada en el abrigo de mis recuerdos, te busco,
para que el frio no congele mi alma, para no quedar inerte, para que el tiempo me conceda el olvido, para que mi amnesia selectiva te escoja y abrigarme en mis sueños.
Hoy anhelo quitar lo que me ata a ese pasado, liberar el alma, y dejar de pensar en ti.
Luz Marina Santiesteban
30-12-2018
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