Déjame solo contemplarte y acariciar tu rostro, con tus labios enmudecidos y tu mirada puesta en la mía,

déjame que te recree de la forma que desee, con tu cuerpo expuesto y tu corazón abierto,

No me toques, solo déjame ser por un momento aquella musa, la de tus sueños,
déjame dibujar tu rostro y tu sonrisa  con mis suaves manos en ti, para guardalas en mi memoria.

Deja que con caricias quede algo de mi en ti, y me lleve algo tuyo,
quizá esa sensibilidad que escondes,

déjame regalarte un suspiro, un par de besos robados, una sonrisas producto de nuestra coquetería.

Quiero que al cerrar tus ojos cuando te bese, sientas ese hormigueo particular que te produce el placer de amar,

deja solamente que mis manos y mi piel te recreen a su manera,
tan sólo deja que tu corazón se acelere, que tus sentidos estén alerta, que las sensaciones salgan, arrojate seguro en mis brazos, cerca a mi pecho, donde escucharas también ese sin fin de sensaciones que siento cuando estoy contigo.

Dejemos lo mundano a un lado para no transgredir el alma, dejemos que el fulgor de la noche sea eterno,
y que nuestros cuerpos y corazones coincidan en tiempo, lugar y sentimientos.

Luz Marina Santiesteban
14-12-2018