Extraño tu rostro, tu sonrisa, esas fotografías que hablaban, esas historias que contabas, esas donde compartias una parte de ti de forma espontanea, donde yo estaba presente porque aún sin estar me hacías parte.

Extraño tu voz, ese timbre que enmudeció mis labios y alertó a mi corazón para escucharte,
extraño ese tono afable y tan tuyo, que acortaba cualquier distancia.

Extraño esas palabras a mi oído que susurrabas, que adornaban nuestros momentos, esas caricias habladas que calentaban mi alma.

¡Extraño tantos detalles que en el camino fueron quedando, ahora yacen donde ya no puedo hallarles!

El tiempo suele llevarse y despojarnos de algunas cosas que amamos, a veces sin preguntar un porqué solo arrebata y se va.

Sólo recuerdos deja a su paso, en el sinsabor que se halla en esas horas muertas, en la noche sombría, y en el cascabel de un susurro tenue que ya a lo lejos no logró escuchar.

Luz Marina Santiesteban
05-02-2019