Hoy mis letras no tienen tu nombre, las musas en la ausencia de algo flaquearon, condenando al corazón al silencio, al miedo, a ese sentimiento que sin libertad carcome,
Hoy no le escribo más que a mi propio corazón, que talves menguado por la soledad, se agasapa por miedos que surgen al andar.
Hoy cuestiono a este corazón que ama con libertad, tercamente, que busca ese complemento que tal vez no exista.
Que cruel es esta noche invadida de incógnitas que no podré resolver,¡ si tan solo una gota de agua saciera la sed! ...
El amor aveces incomprendido, profanado, prejuicioso... Que terco corazón que insiste en no soltar.
Y pienso, esta bien el olvido si el destino lo depara, esta bien la sombra, resguarda la timidez.
Esta bien este juego de ajedrez que trae la vida,
siempre protegiendo el alma reina de esos amores incomprendidos.
Hoy la noche transcurre en calma, porque el corazón resilente ya no quiere latir, las letras se van perdiendo en el viento, talves allí siempre se anidaron, talves pierdan su cause en el camino, talves yaceran en el silencioso olvido donde realmente se quedaron.
Talves la gélida noche traiga ese frío que pasme el alma, talves no sucumba más en el sentir, ruegos por dejar el corazón en blanco, por dejar que los espejismos se materialicen, que la fantasía absurda de lo imposible se refleje en cada luna.
Hoy te hablo a ti corazón terco, leal y fiel, como la soledad que me acompaña.
Que tu latir pausado me permita tan sólo continuar el rumbo sin aniquilarme, solo mantén tu último esfuerzo para mantenerme viva, sin añoranzas ni contemplaciones,
inerte corazón, sólo eso... guarda tu silencio.
Luz Marina Santiesteban
25-02-2019
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