Un cuento al revés
Historia 2 de 3: especial de cumpleaños
Retelling al estilo de blanca nieves, solo que el cazador en esta ocasión es el que es asechado por el príncipe del reino, quien asegura que es su luna.
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En el clásico cuento de blanca nieves uno ve como una hermosa joven de piel lechosa y labios rojos como una manzana madura es perseguida por su madrastra quien quería ser la más hermosa aunque necesitara asesinarla. Al final la princesa es ayudada por los enanos y despertada por el beso de su príncipe encantado, pero este caso solo será similar a ese cuento de hadas.
En un reino lejano donde los monarcas son justos e infunden miedo y respeto a sus súbditos, el más joven de 10 hermanos era inigualablemente hermoso y envidiado por mujeres, alfas y omegas de todas las clases por no poder compararse con él. Incluso una reina de otro imperio anhelaba destruirlo por aquella belleza que tenía, pero fue imposible.
La reina en el fondo de su desesperación llegó a vagar sin rumbo por el reino de aquel muchacho que le había ganado como el más hermoso. La rendición era clara, pero tuvo un rayo de esperanza cuando un joven aprendiz de cazador le ayudó cuando esta se encontraba a punto de morir en soledad.
— Todavía hay más sopa, no te contengas y come— el joven de cabellos negros le servía otro plato con una sonrisa.
Esas pequeñas acciones fueron atrapando a la reina que tenía esperanzas sobre una vida tranquila con aquel chico de amable sonrisa y ojos honestos. Fingió recuperarse con lentitud para engatusar a su cuidador, pero ningún método funcionaba, incluso hizo una poción de amor improvisada cuando él no estaba en casa y tampoco funcionó. Su curiosidad crecía con respecto al por qué la poción no funcionó y decidió seguirlo hacia el bosque donde sus esperanzas fueron rotas completamente.
— Te tardaste, Joshua— comenta haciendo un puchero un joven de cabellos castaños claros y ojos de color avellana.
— Perdón, perdón. Tuve que salir un poco más tarde de lo normal hoy, Adonis, ¿Me disculpas? — abraza por la espalda su novio y le muestra un ramo de flores silvestres que recogió para él en el camino.
La escena dulce que presenció la mujer le revolvió el estómago, todo estaba pasando otra vez, aquel príncipe de gran belleza le había robado algo que le pertenecía por derecho y no lo perdonaría. Ella era la reina de un gran imperio y no se dejaría pisotear una segunda vez por un príncipe menor que apenas sabe del mundo y si Joshua no era de ella no sería de nadie, especialmente de su enemigo jurado.
— ¡Me las pagarás, príncipe Adonis, lo juro por mi honor!— la reina tirana había regresado y utilizará todo lo que tiene a la mano para tener a Joshua a su lado o mandarlo al infierno si no responde a su llamado.
El azabache por su lado se encontraba confundido porque la mujer que estaba cuidando, como buen ciudadano al verla moribunda, se fue sin despedirse y solo dejando una nota que decía "Regresaré a agradecerte pronto". Ese mensaje le daba un mal presentimiento, pero tampoco había mucho que hacer con él.
Los días transcurrían con tranquilidad hasta que el imperio vecino comenzó un ataque sorpresa a la familia real, mientras los soldados evacuaban a los habitantes los reyes y príncipes luchaban contra los invasores mientras que el joven cazador estaba a punto de salir a proteger su patria cuando es interceptado por la reina que lo acorraló con magia y no había nadie para poder ayudarle, ni siquiera las criaturas del bosque, enanos o hadas podrían librarlo de aquello.
— Ahora responderás a mis demandas, cazador, y no me hagas enojar o la cabeza de ese dulce príncipe tuyo rodará con el resto de la familia real— ingresa a la casa junto al chico, tendría una conversación larga.
Antes del anochecer el ataque enemigo cesó, los soldados invasores eran sombras hechas con hechicería oscura y se podía deducir de quien provenía esa magia. La familia real estaba confundida hasta que la reina del imperio oscuro se hizo presente frente a ellos con una sonrisa de oreja a oreja, en sus brazos cargaba al amado del joven príncipe.
— J-joshua, ¡¿Qué le hiciste a mi prometido, maldita bruja?!— iba a ir con su espada para cortar personalmente el cuello de la mujer, pero su madre le detuvo.
— Tu quisiste quitarme otra cosa que me pertenecía, simplemente reclamé su vida como pago por la humillación recibida— lanza al chico a los pies del castaño y observa como la desesperación inunda el rostro de su odiado enemigo— Él aceptó gustosamente el castigo, si es que te interesa saber. Tenga buenos sueños, príncipe Adonis
La reina desapareció en una estela de humo y fue negro, una sensación de pesar e incomodidad inundaba el gran salón de trono durante un momento hasta que la madre del príncipe decidió poner manos en el asunto, nadie lastimaba a sus hijos y salía impune.
— Él estará bien, arreglaremos esto— le dice a su hijo para consolarlo.
El cuerpo de Joshua se veía intacto, pero no tenía pulso y su piel se mostraba pálida y para conservarlo mejor, hasta poder quitar el hechizo que tenía impregnado, pidieron ayuda a los enanos que crearon un ataúd de hielo donde lo dejaron descansar hasta encontrar una solución.
— Madre, ¿Cuándo podré estar en sus brazos otra vez?
— Pronto, Adonis, pronto. Le prometí a una vieja amiga que lo cuidaría y cumpliré esa promesa, solo se paciente— consuela a su hijo que lloraba en su regazo desconsoladamente, estaba a punto de transcurrir un año desde el incidente y todavía no daban con la manera de despertar al joven cazador.
— Mi reina, tenemos a alguien que afirma tener la solución para despertar al prometido del príncipe Adonis— habla un soldado que entró rápidamente para dar el comunicado
— Que pase y más le vale que no mienta o su lengua será cortada
Ese atisbo de esperanza fue una espada de doble filo ya que si no funcionaba la vida del hechizado sería condenada al olvido. El príncipe no le importaron los riesgos y fue donde los enanos que resguardaban a su pareja y exigió que su sepulcro helado fuese abierto.
— ¡Pero su alteza, es muy peligroso! — habló el primer enano que era el más viejo.
— ¡No me importa, es una orden! — sus gestos eran claros, no iba a ceder antes las persuasiones de los enanos.
— P-pero...
— Él es mi sol y yo soy su luna, no permitiré que siga en ese estado y más si puedo hacer algo para arreglarlo
Ninguno de los 7 custodios del cuerpo objetó y dejaron que el castaño se acercara al cuerpo luego de quitar la tapa del gélido ataúd. El príncipe pensaba decir algunas palabras y las descartó inmediatamente pensando que eran innecesarias, simplemente besó los labios de su pareja y esperó durante un tiempo junto a él, los enanos estaban a punto de darle sus condolencias cuando los detuvo con un gesto y mantuvo el silencio.
— ¿Hasta cuándo piensas dormir? Idiota— mira el cuerpo del joven cazador y sonríe, no todo se había acabado.
Esas palabras fueron las únicas que se escucharon en ese sepulcro que al final fue olvidado, después de todo este es un cuento de hadas contado de otra manera y obviamente ellos iban a tener su final feliz.
Fin.
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