Capítulo 34 - Dane, ¿puedo hacerte una pregunta?
POV Christopher
Dane se veía tan adorable bailando como loca Reggaeton Lento junto con los chicos que le seguían el juego. Comienzo a sonreír sin querer mientras lo único que veo dentro de mi rango de visión es ella y sus movimientos... Dane se percata de ello y en vez de sonreírle tan ampliamente como quisiera, mi rostro se pone serio y doy media vuelta para salir del lugar.
¿Qué carajos estoy haciendo? Si sigo con esta actitud lo único que voy a conseguir es perder a Dane para siempre.
Camino de un lado a otro y pienso... Ya ha transcurrido un mes desde que somos "amigos" y no hay ningún progreso, lo único que hacemos es evitarnos e ignorarnos. ¡No quiero más eso! No quiero seguir haciendo como si ella no existe, es demasiado perfecta y hermosa como para seguir haciendo semejante estupidez.
Decido ir a preparar algo de comer mientras siguen la fiesta sin mi allá arriba. Prefiero no estar que estorbar. De inmediato pienso que preparar y se me viene a la cabeza la deliciosa lasagna de mamá... como quisiera tenerla aquí para probarla. Me decido por prepararla pero al final como lo supuse todo queda hecho un desastre y mi lasagna termina en la basura. Luego le repondré a Dane todo, aunque me da lástima por como terminó la cocina.
Simplemente busco algo más y encuentro unos snacks y galletas variadas, creo que eso será suficiente para matar mi hambre y la de los chicos... Camino hacia el salón y escucho claramente como Erick habla sobre alguien que quizá tuvo algo urgente que hacer, la curiosidad llama mi atención y me decido a preguntar.
—¿Quién tuvo algo urgente que hacer? —pregunto llamando la atención de todos y me miran tan sorprendidos como pueden. Parece como si hayan visto un fantasma, aunque poco después cambian su aspecto por risas de burla.
— ¿Eso que tienes en la cabeza es harina?—pregunta Joel divertido y me sacudo de inmediato. ¡Dios, realmente todo terminó siendo un desastre!
—Intenté hacer algo mientras ustedes bailaban como desquiciados —digo riendo. —pero evidentemente no todo salió muy bien, por suerte encontré todo esto —explico y me encojo de hombros. Al segundo me siento culpable de casi quemar la casa y destruir la cocina de Dane. —Por cierto Dane... lo lamento mucho —digo mirándola con ojitos de cachorrito regañado. Eso siempre funcionaba con ella y algo dentro de mí celebra a montones cuando noto que aún sigue siendo así. Se queda muda por varios segundos mientras intenta pronunciar palabra alguna.
—N-no... no te preocupes—dice nerviosa y tratando de evitar mi mirada. Se está sonrojando y amo que sea así. —Pueden servirse, yo iré a limpiar lo que sea que sucedió allí adentro —menciona un poco graciosa pero aún pareciendo nerviosa.
Pienso rápidamente en que es mi momento de aprovechar y comenzarme a acercar a ella, así que comienzo a pedirle y casi rogarle que me deje ayudarle con la única excusa de tenerla cerca. Pasamos así varios minutos hasta que al fin accede ya cansada. Me pide que la ayude con la estufa y así lo hago, aunque estoy completamente seguro de que en realidad no seré de mucha ayuda... Noto como me mira fijamente como si fuera un bicho raro y le devuelvo la mirada curioso.
— ¿Sucede algo? —pregunto haciendo que vuelva en sí y por lo visto no entiende. Me mira varios segundos confundida hasta que al parecer recién reacciona sonrojándose un poco.
—Es... que te ves... te ves muy gracioso con... toda esa harina en el cabello —dice no muy convencida pero aún así sé qué tiene toda la razón.
— Ah... sí, soy un desastre —respondo y comienzo a reírme sin parar. —Debí haberlo grabado —menciono entre risas y luego me interroga que era lo que trataba de cocinar. Le soy sincero y le cuento que creí que podía hacerlo tal cual como mamá.
Grave error.
Vuelvo mi atención a la estufa que está igual de sucia que al principio o incluso peor y recuerdo de inmediato que hace que estuve en Loja mamá le envió saludos a Dane, aunque yo estaba más que en negación de querer dirigirle la palabra, pero ya estaba haciendo un progreso y era hora de mencionarlo... Le doy el recado y se sorprende, quizá no por que mamá dijo que la hecha mucho de menos sino más bien porque fui capaz de decírselo.
Menciona que ella también la hecha de menos y lo primero que respondo es que debería visitarla sin importar la situación en la que estamos, aunque obviamente ella niega al segundo.
—Sé que no es cierto, así que la próxima vez que vaya a Loja te llevaré conmigo —menciono y le brindo una sonrisa. Realmente me estaría haciendo un favor más a mi que a ella, estoy como loco de que me acompañe a mi casa para pasar más tiempo juntos. Me mira casi con la boca abierta y finalmente acepta incrédula.
Minutos después y de dedicarle sonrisas que la confundían más, la música empezó a sonar en el salón. Los chicos habían puesto el CD que compró Dane, nuestro álbum Primera Cita. Suena en lo alto Devuélveme mi corazón y no puedo evitar cantar mi parte mientras la miro, debe estar pensando que estoy loco, pero no me importa. Vuelvo a sonreírle y simplemente me callo después para empezar a bailar. La veo descuidada y le lanzo la toalla sucia sobre la cabeza con la intención de molestarla. El tiro me sale por la culata cuando me regresa la toalla y me cae justamente en el rostro.
Con mi bello rostro no, por favor. Las CNCOwners lo aman.
¡Cielos, ya me parezco a Erick pensando así!
Lleno un vaso de agua del grifo y me acerco de inmediato y la mojo. ¡Ja! La venganza es dulce cielito.
— ¡Christopher! ¡Te voy a matar! —dice entre enojada y divertida, pero más lo primero que lo segundo.
—No seas aburrida, Dane —menciono riendo más de lo que puedo.—Diviértete un poco.—Me mira con furia y empieza a perseguirme por toda la cocina hasta que sucede lo más obvio cuando corres sobre piso mojado. Dane se resbala y me lleva con ella al suelo, haciendo que quede justamente sobre su cuerpo y nuestros rostros queden tan solo a centímetros de distancias. Me pongo tenso de inmediato sin saber cómo reaccionar.
Si tan solo pudiera besarla... de hecho, muero por hacerlo. Pero no, no en estas circunstancias. Quiero que comencemos a recuperar todo lo que perdimos en este tiempo que nos separamos, quiero que cuando nos volvamos a besar sea mágico y no querramos separarnos más... Por ello me pongo de pie de inmediato y salgo de la cocina lo más rápido que puedo. Necesito aire para controlarme.
*****
Dane está mal y todo es por mi culpa. De haber sabido que estaba resfriada nunca la hubiese molestado y peor bañado con agua fría.... Me muevo de inmediato a la cocina y preparo un té lo más rápido que puedo. Una vez listo, subo a su habitación y aprovecho que está dándose una ducha para buscarle la pijama y que no tenga que molestarse en hacerlo.
Abro el cajón y me decido por una de mis favoritas. Quizá todos pensarían que es una pijama super provocativa o algo así, pero no, simplemente es un pantalón y camisón rojo que yo mismo le obsequié y que sé perfectamente que le encanta porque era mío. Aún sigo sin entender como puede seguir viéndose perfecta con algo como aquello. Lo pongo sobre la cama y recuerdo que no es suficiente.
—Las mujeres también usan ropa interior, Christopher —digo para mismo dándome un ligero golpe en la frente. Abro otro de los cajones con un poco de pena y decido buscar rápido sin ver mucho. Pero eso es imposible con todo lo que mis ojos logran ver. ¿Me pregunto como se verá Dane con cada uno de ellos? Pienso mientras tomo uno y luego otro. Después de algunos minutos me decido por un cachetero de encaje rojo... ya lo saben, amo el rojo.
Ella sale del baño y grita del susto haciendo que yo de un leve salto. Me halló justo con las manos en la masa. Le pido disculpas cuando se percata de que soy yo y le explico porque estaba hurgando en sus cajones como si fuese un pervertido, aunque para este punto no sabía si me había convertido en uno. Dejo su ropa interior sobre la pijama y me sonrojo un poco avergonzado... Espero que no se tome a mal que haya elegido ropa tan íntima como aquella.
—Gracias —dice tranquila y se acerca a tomar la ropa. Le da un vistazo y noto como sonríe. Sabía que le gustaría mi elección.
—Te dejo sola para que puedas vestirte —menciono un poco sonrojado aún y me alboroto un poco el cabello para tratar de ocultar lo obvio.
—Puedes quedarte —dice y me impresiono. Dane se sonroja de inmediato, quizá porque lo que dijo lo pude malinterpretar. —Yo... Yo voy a vestirme en el baño, no hay problema con eso —explica y asiento. Camina de regreso al cuarto de baño y cierra la puerta dejándome solo una vez más.
Tomo la guitarra que le obsequié para su cumpleaños y empiezo a tocar los pocos acordes que he aprendido desde que Zabdi empezó a enseñarme. Dane sale de la habitación y se sienta junto a mi brindándome una sonrisa que le correspondo. Le pido disculpas y ella como siempre no las acepta e intenta evadir el hecho de yo casi siempre tengo la culpa de las cosas que suceden. Admito que amo eso de ella también.
Mi preocupación se eleva más cuando la toco y siento que está hirviendo. La tomo de la mano y la llevo para que se recueste en la cama, descansar le haría mucho bien.
—Cúbrete, am... —digo sin querer y hago silencio de inmediato. Me sonrojo un poco y veo como a Dane le brillan los ojos porque casi le digo "amor".
Le doy unas indicaciones y bajo de inmediato por un poco de agua fría y paños. Subo y no pierdo mi tiempo para empezar a hacer mi trabajo, aunque no tengo práctica recuerdo muy bien como mamá lo hacia por mí cada vez que me enfermaba. Le confieso que es la primera vez que hago algo así por alguien y sonríe tanto que me provoca tomarla de las mejillas y besarla.
—Me alegra ser la primera paciente del Dr. Vélez —dice bromeando y mi sonrisa se ensancha de inmediato.
—Es tu día de suerte, porque este bello y sexy doctor se quedará cuidándote ésta noche —menciono risueño. Se niega a molestarme, pero ya estaba dicho, me quedaría con ella aunque fuese necesario toda una semana hasta que se recupere.
No decimos nada más hasta que se queda dormida profundamente. La abrigo bien y me quedo sentado junto a ella acariciando su cabello y sus manos. Siento que no puedo más y el sueño me vence, así que decido acostarme a los pies de su cama para no molestarla y estar pendiente de ella por si se levanta. Me duermo al instante y quedo inconsciente.
*****
— ¡Dane!—digo sobresaltado al sentir que despertó. — ¿Estás bien? ¿Te duele algo?—pregunto preocupado y ella simplemente niega. Se la veía un poco mejor y eso me alegraba inmensamente. Intento levantarme y mi espalda duele demasiado, por lo que tengo que hacerlo despacio. Me dijo que tenía frío e intentaba con todo lo que tenía al alcance abrigarla, aunque al parecer no era suficiente.
—Christopher... no me refería a que me faltaba abrigo.
— ¿Entonces?—pregunto interesado y me toma de la mano.
—No quiero que duermas en el suelo... quédate a mi lado—pide y luego estornuda. Lo pienso unos segundos y finalmente accedo. Subo a la cama y me acuesto a su lado sin decir nada. Me acerco más a ella y la miro sin querer que este momento desaparezca al amanecer.
Es tan bella que no dudaría elegir despertarme a su lado cada amanecer de los días que me quedan por vivir. Le acaricio sutilmente una de sus mejillas mientras empieza a quedarse dormida otra vez.
—Te amo, Christopher —dice de la nada y sonrío lo más dichoso que puedo.
—También te amo, Dane —digo en respuesta y noto como deja de respirar unos segundos. —Ahora descansa... este doctor tiene que también recuperar fuerzas. —comento y doy un pequeño bostezo. Me muevo más para abrazarla del todo y le brindo un pequeño beso sobre el cabello. Me duermo con la sonrisa más grande que podía dar justo en este momento lleno de perfección.
Creo que todo está más que dicho... amo a esta mujer y tengo que luchar por ella.
*****
Dane había despertado y me había arruinado la sorpresa de llevarle el desayuno a la cama. Se notaba con muchos más ánimos aunque aún estaba resfriada... Se sienta en uno de los taburetes y me saluda aún adormilada. Me observa en silencio mientras yo intento cocinar y luego esboza una sonrisa preciosa.
— ¿Tengo monos en la cara? —inquiero sonriendo y ella asiente con la sonrisa más linda del universo. ¡Como la amo!
—Creo que los monos te hacen ver más guapo —suelta sin pensar y no puedo evitar sonreír. Se sonroja por su comentario y vuelve a hacer silencio. Yo la imito mientras casi termino el gran menú del día.
Comienza a desayunar mientras me pregunta varias cosas de la noche anterior. Quizá estaba tan dormida y despistada que puede estar creyendo que todo fue un sueño... Juego un momento con ella pero al final le digo que sí dormí con ella... Estoy loco por volver a escuchar a su dulce voz diciendo que ella también me ama.
—Quiero que lo repitas —digo en voz baja y me mira sin comprender.
— ¿El qué?
—Dime una vez más que me amas —respondo sonriendo y se sonroja hasta más no poder. Aquello me causa dulzura y un poco de gracia. Si se viera con mis ojos hasta ella se enamoraría de sí misma. — Te ves tan linda cuando te sonrojas —digo y le doy un beso rápido sobre la nariz. Me alejo y la observo pensativo unos segundos. — ¿podemos hablar? —inquiero de inmediato sintiéndome seguro de que es el momento.
Responde diciendo que eso es lo que estamos haciendo pero le explico que esto es más serio. La miro directo a los ojos y empiezo a hablar una vez más.
—De acuerdo... Ya no puedo hacerme más el tonto, es más que obvio que por más que trato no puedo seguir ocultando lo que siento con apenas verte de lejos —digo. —Este ha sido el peor mes de mi vida. No sabes como se siente intentar alejarte de mi mente y no poder... es estresante —menciono y ella asiente sin saber que decir. —Ayer me di cuenta de eso... cuando te vi bailando con los chicos. Te veías tan feliz y sentí una punzada en el corazón por no ser yo el que te causaba esa inmensa sonrisa —comento. —Fui un idiota... Lo siento por ni siquiera haberme dado el tiempo de explicarte como fue todo en realidad, me refiero a lo que sucedió con Andrea. —digo tomando aire y sintiéndome más liberado.
Menciona algo que me hace disgustar varios segundos pero la regaño. Jamás quiero que vuelva a decir que es una estúpida.
—Como sea... Ya pasó ¿no?—dice tratando de que me olvide de aquello.
—Así es... Y volviendo al tema, lo que trato de decir es que me comporté tan mal contigo que me siento un completo patán y quiero que arreglemos las cosas... Esta vez de verdad. —Tomo la mano en la cual aún conserva el anillo que le obsequié le sonrío mientras la acaricio.
— ¿A qué te refieres con "de verdad"? —pregunta.
—Te amo demasiado, Dane... quiero dejar de lado esta tontería de fingir que no sentimos nada el uno por el otro y ser felices de una vez por todas.
—Se más claro, Christopher —dice un poco nerviosa aunque sé perfectamente que sabe de lo que hablo.
—Quiero que me des otra oportunidad, Dane —pido y aprieto levemente su mano. —Pero no quiero que sea igual que siempre.
—¿No igual que siempre?
—No, no quiero volver a la misma monotonía de siempre... Me refiero a volver a estar juntos y luego tener que separarnos por nuestro trabajo... eso también tuvo mucha culpa de que nuestra relación no vaya tan bien —explico y me mira confundida.
—Mi cerebro está a punto de hacer boom, Christopher —dice enarcando una ceja.
—Lo sé, le doy muchas vueltas al asunto —digo nervioso.
—Mucho, de hecho —comenta y me dedica una sonrisa tranquilizadora. —Te escucho—Tomo el aire suficiente y asiento.
—Dejaré CNCO de ser necesario para que lo nuestro funcione —digo de golpe y me mira sin poder creerlo, ni siquiera puede decir algo.
A los segundos de reaccionar empieza a preguntarme si era una broma. Definitivamente no lo era, había pasado varias horas por la noche pensando en lo que haría de ahora en adelante con tal de que nuestra relación no se vuelva a dañar. Tampoco pensaba desamparar a mi familia, sobre todo a mi mamá que es quien más ha luchado y sufrido para que llegue hasta aquí, así que lo más acertado era continuar con mi carrera como solista o quizás ser modelo. Me han dicho varias veces que realmente me iría muy bien en aquella industria.
—No, no puedes, Christopher... No puedes tirar tu carrera artística a la basura —dice tozuda. — ¿Olvidaste todo lo que te costó llegar hasta donde estás? ¿dejar tu país? ¿tu familia? ¿tus amigos? ¿Incluso trabajar en la calle para poder estar aquí? —pregunta disgustada. Pienso todo aquello y tiene razón, pero antes no estaba ella, ahora ella era mi prioridad. —No seas egoísta contigo mismo y con las personas que te aman.
No estoy siendo egoísta.
— ¿Entonces prefieres seguir así? Pretendiendo que somos felices estando a kilómetros de distancia —menciono un poco molesto y se queda callada unos segundos.
—No, Chris, no me hace feliz aquello —dice con sinceridad. Me pongo de pie y me acerca hasta donde ella tomando su rostro con ambas manos. Quiere llorar. —Pero tampoco me haría feliz saber que dejas lo que más amas por mi culpa.
—Lo que más amo eres tú, hermosa —digo con cariño y niega dejando escapar algunas lágrimas.
—Si haces eso te odiaré —dice sorbiendo por la nariz. —CNCO no sería lo mismo sin ti... Los chicos no serian los mismos si no estas tú. Ellos también te aman tanto como yo y no les puedes hacer eso —dice llorando y la abrazo tan fuerte como puedo. —Por favor, Chris, prométeme que no lo harás.
¿No lo haré?
No, no lo haré... si Dane así lo quiere, simplemente seguiré haciendo lo que a ella también la haga feliz. Y siendo sincero, se me partiría el corazón tan solo pensar separarme de los chicos, CNCO es mi segunda familia y los amo.
—Lo prometo —digo tranquilizador mientras le acaricio el cabello con ternura. —Te prometo que no haré nada que te ponga triste, mi amor.—menciono aquello y me da las gracias. Puedo notar que está más tranquila aunque sigue llorando un poco. —Te besaría ahora mismo, pero no eres mi novia —comento y le dedico una pequeña sonrisa. —Tampoco quiero que lo seas por el momento.
—Vuelves a hacer que mi cabeza se ponga más tonta —dice confundida.
—Te dije que fui el idiota más grande todo este tiempo y ahora solo quiero remediarlo —explico y le tomo de la mano. —Quiero hacer todo aquello de lo que no tuve oportunidad cuando nos conocimos... enamorarte poco a poco hasta que no pienses en otro chico sobre la faz de la tierra que no sea Christopher Vélez —digo risueño y emocionado. —Te enamoraré con cada detalle que tenga a mi alcance para demostrarte que te amo... Que eres la única y la última. —menciono y vuelvo a abrazarla con fuerzas sin querer apartarme de ella.
Solo tienes que esperar las miles de locuras que haré para que te enamores de mí como nunca te has enamorado de nadie.
—Te lo prometo, Dan —vuelvo a decir y ella intensifica el abrazo.
Prometo que ahora todo será diferente. Ahora solo seremos tu y yo.
— Dane, ¿puedo hacerte una pregunta?—pregunto llamando su atención mientras me alejo un poco para verla a los ojos.
— ¿sí?—pregunta sorbiendo por la nariz, ahora a causa de las lágrimas que se escapan por sus hermosos ojos.
La miro durante varios segundos más y le sonrío. Definitivamente estoy loco y realmente no me importa... porque amo a Dane como sé que nunca voy a amar a nadie más.
— ¿Te casas conmigo?
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Mis bellas CNCOwners!!! \(^O^)/
Holiwis y mil disculpas por no actualizar en tanto tiempo, pero es que en realidad estoy MUY ATAREADA Y QUIERO MORIR! El estrés me tiene realmente mal y les juro que ya quiero que termine este estúpido semestre. :/
Cambiando de tema, sé que estos capítulos ya lo habían leído con la narración de Dane, pero es que cuando son cosas importantes me gusta que sepan lo que están sintiendo ambos personajes y por ello este cap de nuestro BELLO Y PRECIOSO CHRIS... Y díganme, ¿les gusta que haga eso o no? Porque quizá puede que no les guste y digan:
— Elena, por favor, ya queremos saber que pasa después —. Y yo esté como tonta repitiendo partes... no lo sé pero a mi me gusta. xD
Y pues yo me despido y les envío muchos besos con sueño y cansancio:
Elena (^3^)/
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