Capítulo 16 - ¿Qué es lo gracioso?

POV Christopher

Creo que me encuentro en shock... Desde que encendí la luz no me he movido ni he dicho nada, mientras tanto Dane a corrido al cuarto de baño y no la he escuchado decir nada ni hacer el más mínimo ruido.

¿Estará enojada conmigo? 

Me levanto y camino de un lado a otro revolviendo mi cabello sin saber que hacer. Me miro al espejo y me percato de que estoy apenas con mi boxer rojo puesto, así que decido vestirme. Miro la hora, apenas las 7 a.m. y ninguno de los dos ha dormido absolutamente nada. 

El día iba a estar muy cansado.

Me acerco a la puerta para verificar si está bien, pero me detengo. Es mejor que la deje sola hasta que decida salir por ella misma, hasta eso podre ir por algo de desayunar.

Bajo hasta llegar a la cocina y los chicos están desayunando sobre el mesón. No entiendo por qué siempre hacemos eso cuando tenemos un comedor inmenso. Me acerco y me miran sin decir nada, sirvo un poco de lo que cocinaron y me siento en uno de los taburetes al lado de Richard.

—Por la cara que tienes, veo que no hubo reconciliación—menciona Zabdiel y no hago caso omiso a lo que dice. Sigo revolviendo mi desayuno sin siquiera probarlo un poco.

— ¡Hey, loco! Cambia esa cara—dice ahora Erick dándome un leve golpe en el brazo y doy un gran suspiro. 

No creo que sea apropiado contar lo que ocurrió allí arriba, así que es mejor no mencionar nada al respecto... pero por otro lado, sino lo converso con alguien, no entenderé que fue lo que hice mal.

—Estoy bien, pero Dane aún no quiere saber nada de mí—digo cruzándome de brazos, resignado. Quizás por ello se detuvo, porque realmente ya no me ama, aunque no entiendo la razón por la que me correspondió desde un principio.

¡Mujeres!

Todas son un dilema.

—Pero, vi que ella fue a dormir a tu habitación—dice ahora Joel con su rostro lleno de confusión. Los demás al oír esto se miran los unos a los otros y luego hacia mi en busca de alguna explicación.

— ¿Así que Dane te buscó para dormir juntos?—inquiere nuevamente Erick subiendo y bajando las cejas sugestivamente. 

—No digas tonterías —dice Zabdiel antes de que me atreva a mencionar algo. Le da un golpe en la cabeza y luego ríe negando.—Sabemos que a nuestro pequeño Christopher no se le da esas cosas—menciona ahora riendo más. Richard comienza a reír tanto que casi escupe un poco de lo que está comiendo. 

— ¿Pequeño? ¿Acaso olvidas que soy el mayor aquí?—pregunto frunciendo el ceño. Al parecer hoy habían despertado con ánimos de molestarme, pero por desgracia yo no estaba de ánimos para ser su "pato". —Además, ¿cómo sabes que no se me da aquello?—pregunto ahora comiendo un poco. El hambre ya había llegado a mi estómago... sabía que no iba a durar mucho tiempo sin comer.

— ¿Eso quiere decir que nuestro pequeño Christopher ha hecho cositas?—dice Richard burlón. Estaba comenzando a enojarme por sus comentarios. 

¿Acaso creen que aún soy virgen? 

—Ya paren con sus chistes de mal gusto... es obvio que sí he hecho "cositas", pero no voy a darles detalles de mi vida íntima —menciono terminando mi comida y haciendo el plato a un lado.

Creo que aún quedé con hambre. Pero no debo abusar de la comida. 

— ¿Y Dane?—pregunta Zabdiel y frunzo el ceño.

—No lo sé, y aunque lo supiera no te daría detalles de esos temas—digo serio y todos ríen.

—No preguntaba eso, tonto. ¿Qué dónde está Dane?—dice riendo y entiendo su primera pregunta. 

Y al segundo por arte de magia ella aparece por la puerta de la cocina.

— ¡Buenos días a todos!  —menciona con una sonrisa en el rostro y evitando mi mirada.—¿Ya desayunaron?—inquiere acercándose a la estufa y viendo que habían hecho los chicos.

—Sí, pero si deseas preparar algo y ofrecernos... nuestros estómagos no se enojan—responde Zabdiel divertido y tanto Dane como los demás ríen.

—Entonces prepararé algo que sé que les encantará—menciona alegre y comienza a moverse por toda la cocina buscando trastes e ingredientes.

La miro sin pestañear y me distraigo con cada movimiento que da. Ahora mismo lleva puesto un pequeño short deportivo gris con converse negras y aquella misma camisa del día cuando la conocí. Sonrío sin querer por las palabras que sé que están escritas en el frente de su camisa y las cuales me causan gracia.

I'm not sexy.

Si supiera lo sexy que puede llegar a ser. Uff... de solo recordarlo mi piel se eriza.

Miro su cabello tratando de no llevar mi mente más allá de lo que estoy pensando justo ahora. Lleva una coleta pequeña debido a que está sin sus extensiones rosas, eso me hace extrañar su cabellera larga, aunque para mi, ella luce hermosa de cualquier forma. Aún concentrado en ella, diviso un pequeño adorno que me deja sin aliento. Tiene el lazo azul en su cabello.

¿Habrá hecho todo eso a propósito?

Vuelvo a la realidad cuando escucho risitas a mis espaldas. Todos están riendo tratando de hacer silencio, al parecer para que Dane no los escuche.

—¿Qué es lo gracioso?—pregunto sin entender.

—Tú—responde Zabdiel.—Si vieras la cara que tenías mientras mirabas a Dane... no tienes remedio—dice aguantando una risa mientras todos los demás están igual que él.

Me quedo sin decir nada y vuelvo mi mirada hacía Dane quien ahora está intentando tomar algo de la parte más alta de la alacena pero no alcanza. Me pongo de pie de inmediato y lo tomo por ella al mismo tiempo que trataba de tomarlo de puntillas. Me mira directo a los ojos y se sonroja al instante. 

—Gra-gracias—dice avergonzada y luego trata de dedicarme una sonrisa. Sin embargo noto que le cuesta hacerlo.

—No hay de qué—digo en respuesta y me quedo parado junto a ella mientras sigue preparando el segundo desayuno del día. — ¿Necesitas ayuda?—inquiero tratando de llamar su atención pero ella no dice nada.

—Creo que nosotros vamos hacer un poco de ejercicio—dice Richard llamando la atención de todos y Dane se voltea de inmediato.

—Pero ¿y el desayuno?—pregunta ella y todos se miran. Sé lo que están tratando de hacer y sonrío por ello.

— ¿Puedes guardarnos un poco para después?—inquiere Zabdiel y me mira con complicidad.—Nosotros volveremos más tarde  —dice finalmente y todos salen de la cocina en fila india y riendo entre ellos.

Dane se queda mirando como desaparecen por la puerta y da un gran suspiro. Se gira hacia mi y me mira pareciendo totalmente seria.

¿A dónde se esfumo la chica sonrojada de hace un momento?

—De acuerdo, tú y yo tenemos que hablar—dice al segundo dejándome en jaque.—Lo que pasó hace horas, olvídalo, ¿bien?... Fue una tontería que me avergüenza mucho y prefiero no volver a tocar el tema—menciona rápidamente y luego cierra los ojos. Toma aire y luego los abre.— ¿Si desayunas o también tienes algo que hacer?—inquiere y simplemente asiento.— ¿Qué significa eso?

— Voy a desayunar...

—Bien, entonces seremos solo dos por ahora—dice tranquila.

—Pero.... no voy a olvidar lo que sucedió entre nosotros—termino lo que empecé de decir. Ella me mira aparentemente enojada y rueda los ojos.

—Entonces escúchame bien... llegas a contarle a alguien algo de lo que pasó y juro que te corto las bolas—dice apuntándome con un cuchillo y mirándome fijamente.

—Te ves adorable de esa manera, gruñosita... y si no fuese porque ese cuchillo tiene demasiado filo, ahora mismo te besaría y quizá terminaría de hacer lo que empezamos allá arriba—digo desafiante y se queda con la boca abierta. 

Si quiere jugar sucio, jugamos sucio.

— ¡Idiota!—dice entre dientes y deja el cuchillo a un lado.—¿Te crees que porque tuve un momento de debilidad, ahora puedes sentirte en la capacidad de hacerlo cuando se te antoje?—refunfuña tratando de guardar la calma y se cruza de brazos.

—No he dicho aquello, pero si sigues comportándote de esa manera no voy a tolerarlo, Dane.

— ¿De qué manera crees que me estoy comportando, Christopher?—inquiere nuevamente enojada.

—De la manera en que crees que "olvidando" todo, las cosas se solucionan... —menciono un poco enojado también. Me acerco más a ella y tomo aire.—No puedo olvidarte... No puedo olvidar que te amo, no puedo olvidar que aquella camisa y ese pequeño lazo azul lo usaste el día que te conocí, no puedo olvidar que le temes a las alturas o que tu helado favorito es el de chocolate... No puedo olvidar que el sueño de tu vida es trabajar en la música hasta que estés viejita o que si tuvieras un deseo por pedir, en lo primero que pensarías es en tu padre... Y mucho menos, sobre cualquier cosa, no puedo ni quiero olvidar lo que sucedió hace unas horas, porque es lo más bello e íntimo que me ha sucedido contigo y daría cualquier cosa por volver a repetirlo—digo casi sin aire.—Aunque me encanta la camisa que llevas puesta, las palabras en ella no tienen ni la más mínima veracidad, porque juro por cualquier cosa que eres la mujer más sexy y hermosa que han visto mis ojos. 

— ¡Deja de decir tonterías!—menciona totalmente roja y me empuja para que me aleje de ella.—Yo... yo no sé que estaba haciendo, fue una equivocación—susurra pero la escucho.— ¿Qué tanto viste?

— ¿Qué?

— ¿¡Qué tanto viste, Christopher!?—pregunta con voz más clara y casi gritándome.

—Pues... creo que lo suficiente—menciono un poco avergonzado. No creí que preguntara aquello, realmente debe estar muy apenada.

— ¡Especifica!—dice enojada y se abraza así misma. Mira al suelo y la escucho sorber por la nariz.

— ¿Estás bien?—pregunto y me acerco de nuevo hacia ella. La tomo de la barbilla y trato de que me mire a los ojos. Es lo que pensé... Está llorando.

—No quiero que tengas ideas equivocadas de mí—menciona con dificultad.—No soy una cualquiera.

—Hermosa, no he llegado a pensar eso ni por un segundo—digo honestamente y la abrazo. Se pone rígida pero al momento me envuelve con sus brazos de la misma manera. 

Nos quedamos así por varios minutos hasta que ha dejado de llorar. Y me mira nuevamente aún con ojos cristalizados.

—Dime qué tanto viste—menciona y se sonroja tanto que sé que le cuesta hacer la pregunta. Sé que no se quedará tranquila hasta que conteste.

—Está bien... solo recuerdo poco—miento.—No vi mucho, solo estaba más sorprendido por todo lo que sucedió—respondo y frunce el ceño.

—¡Mentiroso!—dice seria.—Sé que viste mucho, yo no pude evitar mirarte... pero la gran diferencia entre tu y yo... es que yo tengo pechos—dice más tranquila pero aún avergonzada  —Y estoy más que segura que los viste muy bien—vuelve a sonrojarse.

—De hecho—digo sonriendo.—Tienes un muy lindo lunar sobre uno de ellos—digo recordando la imagen y siento un golpe en mi estómago. — ¡Auch! Oye, eso me dolió.

—¡Eres un pervertido!—dice alejándose hasta la puerta. Se detiene y se gira hacia mí —No creas que he olvidado lo que hiciste, tu y yo estamos a años luz de volver... por ello, eso fue una equivocación y nada más.... Ahora ¡déjame en paz! ¿De acuerdo?—inquiere molesta.

¿Es acaso bipolar?

¡Dios, dame paciencia!

—Yo te amo más, mi amor —digo bromeando y rueda los ojos exasperada. Da media vuelta y se retira mientras no puedo evitar sonreír por todo esto.


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Aquí por quien lloraban :v

¿Cómo han estado mis CNCOwners? 

Aquí les dejo un capítulo más porque ustedes me ordenaron que actualice pronto y no como la señora del Titanic Jajajajajaja No exageren chicas, solo fue un poco más de una semana :P JAJA... 

En otras noticias... *Voz de reportera*

Recuerden votar por nuestros niños para los Latin Music Italian Awards 2016, estamos liderando en cada una de las nominaciones en las que está CNCO, pero aún así recuerden que cada voto de nosotras las CNCOwners es importante para no bajar de donde estamos. 

Sin más, espero que les haya gustado el cap de hoy (donde nuevamente estoy actualizando de madrugada y no durmiendo xD) y me dejen saber si fue así por medio de su lindo voto y cualquier comentario aquí abajito. 

Yo me despido hasta un próximo capítulo, dejando muchos besos para ustedes:

Elena (>3<)/ 

LAS JAMO CNCOwners DE MI VIDA!

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