Yo también estoy cansada, deberías llegar y ayudarme, aunque sea con los quehaceres del hogar, ¿es mucho lo que pido? No es como si vieras a los niños.

Sé que no soy tu prioridad, pero merezco tu atención.
Vuelvo y digo: no es que sea arduo, ¿o es que es mucho para ti?
A veces siento que me he comprometido con un mimo, una estatua. La verdad esto me deja exhausta, en todas las palabras posibles.

Ya no me miras, como antes en mi adolescencia, ahora se te desvían los ojos a esas modelos de revista o a cualquier chica de redes sociales.

Tendría tiempo para mí, si fueras como antes de casarnos, pero veo que he cometido un grave error y por culpa de una decisión apurada nos estamos desmoronando a cada paso que damos, si en verdad me consideraras. Me ayudarías, aunque fuera un poco y en vez de eso, me tiras tal cual el juguete que deja de usar un niño.

El amor no se pide y es que de hacer eso ya me cansé.