Danna

«Que fácil fue tocar el cielo la primera vez, cuando los besos fueron el motor de arranque que encendió la luz, que se desapare...»

—¿Continuarás así, hija mía? —inquiere mamá quitándome delicadamente los auriculares de los oídos, interrumpiendo así mi música—. ¡Además no puedes sobrevivir a base de palomitas! —me sobresalta con su repentina exclamación, ella es así: impredecible—. Debes comer algo —me exhorta con los brazos cruzados y la mirada fulminante como espada de dos filos.

Okay, no supero Wattpad.

Ella ya sabe que tuve un malentendido con Benjamín, aunque no conoce cual. ¡Se mataría de risa! Y lo menos que necesito es a mi madre haciendo eso. En este momento yo escuchaba Fuiste tú de Ricardo Arjona y Gaby Moreno, y lloriqueaba como depresiva.

—¡Mamá!, no —chillo.

—Vos sabes cuánto adoro a Benjamín; pero ningún chico, créeme, ninguno, merece tus lágrimas. Ni una.

—Es que fue mi cul...

—No, no, no. ¿Qué es eso, Danna?

—Depresión y vergüenza, mamá, eso —respondo con desgana, mientras me meto otro puñado de pipocas a la boca.

—¿Acaso vos engañaste a Benjamín? —me indaga de repente. Entonces la miro con los ojos muy abiertos por lo inusitado de su pregunta.