Capítulo 22

Me siento en las gradas con mi mejor amiga, y también estaba la odiosa de Mara unas gradas por delante. Isaak se fue a jugar con los chicos.

—Me alegro muchísimo de que estés aquí, tía —me dice Sira, haciéndome caricias en el pelo.

Para estar más cómoda, me tumbo en sus piernas.

—Y yo a ti también. Estaré aquí dos semanas y luego volveré a Estados Unidos —le digo, apenada al pensar en tener que volver a estar sin mi otra mitad.

—Tengo que contarte muchas cosas después —dice, señalando a Mara para que no nos escuche.

—Joe, pero me cuentas, ¿eh? —digo, y ella asiente, dándome a entender que luego hablaríamos en privado.

—Pero, ¿después de ese año te quedas aquí o allí? —pregunta Sira.

—Allí —digo, mirando al suelo.

—¿Qué? —dice ella, atónita.

—Sí, creo que es lo mejor —digo, mirando al suelo para que parezca creíble.

—No, tía, por favor —dice Sira, a punto de llorar, y yo comienzo a reír.

—Es broma, tía. ¿Cómo iba a quedarme allí? Cuando acabe este año, me vuelvo aquí —digo.

—¡Casi me matas del susto, Laia! —dice gritando.

—Bueno —me río—. ¿Ha habido noticias? —pregunto.

—Pues Pedri habla mucho de ti —me dice Sira, guiñándome el ojo.

—¿Sí? Tía, le echo mucho de menos —digo, triste.

—Habla con él —insiste mi amiga.

—Cuando acaben el entrenamiento, iré a hablar con él —le digo.

Así estuvimos, hablando hasta que acabaron de entrenar. Vi a Pedri venir y bajé rápido, acercándome a él.

—¿Podemos hablar? —le digo.

—Precisamente contigo quería hablar —me dice Pedri, sonriendo.

—Genial, te dejo cambiarte y hablamos —le digo, al ver lo sudado que estaba.

—No —dice él—. No te vayas, ven conmigo. Suficiente tiempo separados hemos estado —dice, dándome la mano y llevándome adentro, donde está el vestuario.

Sonrío ante su tacto, y ahí me doy cuenta de que nunca había dejado de sentir nada por Pedro González.

Llegamos al vestuario y Pedri se quita la camiseta, dejándome ver sus músculos. Miro hacia otro lado, nerviosa.

—¿Te pongo nerviosa? —pregunta Pedri, riéndose.

—¡No! ¡Claro que no! —digo, levantando la voz.

—Tú misma hablas por ti —dice él, riendo.

—Por cierto, quería invitarte hoy a cenar —dice Pedri. Mi cara se ilumina al ver que él me mira con esos ojos marrones que tanto me gustan.

—Claro que quiero —le digo, sonriendo como una niña pequeña cuando recibe un regalo que le gusta.

—Vale, nos vemos en una hora en el restaurante Xerta —me dice, indicándome un restaurante que se sitúa cerca de mi casa.

—Vale, ahí nos vemos —le digo, guiñándole el ojo, y él sonríe.

Salgo de ahí con una sonrisa y voy a mi casa a arreglarme para nuestra cita.

























Ya quería momentos de Pedri y Laia chicos

Les amo mucho a estos dos

Y a vosotros también.

¿Qué tal todo?

Si queréis hablar conmigo por privado os puedo dar mi instagram personal, me encantaría conoceros :)

Estoy empezando una historia con Joao Felix y Pedri, ya iré subiendo también ahí capítulos :)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top