CAPÍTULO 3. Tercera Carta.

Azumi

Querido Azumi, de ti ya llevo descontadísimas cartas. Te ODIO. ¿Cuando será el día que dejes de una maldita y Santa vez de molestarme y comportarte cómo un estúpido? Te crees way y no lo eres. Te crees lo mejor y no llegas a la suela de los zapatos de nadie. Bueno, puede que seas popular pero eso no te hace diferente al resto, simplemente te hace más Imbécil de lo que ya eres. ¡Realmente desearía que te calleras de un puente y te rompieras la crisma! Bueno vale, ahí me sobrepasé, no se debe desear la muerte a nadie. ¡Pero aun así te ODIO! ¿E dicho ya que te ODIO?

Hasta la próxima desastrosa carta. Te odia: Fonn.

***
Tocó la sirena y nos levantamos para volver a clase.
Caminamos por los pasillos hasta que Sora se detuvo con cara alarmada.

-- Mierda.

-¿Que pasa?--

Miré a Sora y esta estaba roja cómo un tomate. Dirijió la vista abajo y entonces me di cuenta.

--¡O por Dios! Dime que tienes ropa para cambiarte.

Decir que estaba manchada era poco. ¡Tenia todo el pantalón rojo!

-- No, no traje. Vamos al baño joder.

Yo asentí y nos apresuramos a los servicios de chicas.

Una vez dentro ella empezó a ponerse histérica.

--¿Y ahora que ago? ¡No puedo ir así a clase!-- Exclamó.

-- Eh... emm...

Piensa Fonn Piensa Piensa ¡Bingo!

-- ¡La ropa de gimnasia!

-- ¿Qué? ¿Pero como voy a usar la ropa de gimnasia si no la traje? ¡Hoy no tenemos gimnasia!

-- No, la ropa de gimnasia no, Mi ropa de gimnasia. Me la dejé ayer en mi taquilla. Espera, voy a buscarla.

Salí corriendo antes de que le diera tiempo a responder.

Llegué a mi taquilla y abrí mi casillero para sacar de ahí mi chándal.

-- Valla valla valla. No es muy habitual ver a una chica tan responsable cómo tu por aquí a estas horas Fonn. La clase ya empezó-- dijo burlón.

Yo suspiré exasperada ¿Enserio tenia que encontrarmelo en esos momentos?

-- Vete al diablo y dejame en paz Azu.

-- Ui la chica se pone rebelde.-- dijo con burla.

-- Ui el idiota se pone Imbécil, a no espera ¡Es que lo eres!

Agarré el chándal con fuerza y me dispuse a irme pero el muy c..... me agarró del brazo y me empujó de nuevo a la taquilla quedando él frente a mi.

-- Repite eso.-- dijo amenazante.

-- Eres un im-bé-cil-- dije remarcando cada sílaba.

Y acto seguido alcé la rodilla para darle en sus partes débiles a lo que él soltó un alarido de dolor.

Aproveché su despiste para salir corriendo de allí y volver al baño con Sora.

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