Nabu

Este es un borrador que tenía ya hace rato, y puede que no sea tan largo, pero me gustó como quedó. No sé muy bien por que, pero pos sí.

Espero les guste ^-^

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El joven Nabu caminaba sin rumbo en su cuarto. Como siempre. De vez en cuando veía a los niños jugando por la ventana. Oh la infancia, época de inocencia y felicidad. Lástima que él no la vivió. Soltó un gruñido ¿Por qué estaba así? Al fin su maestro había muerto, técnicamente ahora era libre. Sin embargo, no podía olvidar esas últimas palabras, esa última gran revelación.

"–Nabu– lo tomó por los hombros –Mi alumno estrella, hemos pasado tanto años juntos. Pero como siempre, la cosa más natural de la vida es la muerte; y hoy, a mis 42 años de edad, ha llegado mi turno de unirme a las largas filas de los fallecidos. Por eso, he decidido elegirte a ti como mi sucesor. Eres inteligente y podrías ser un gran filósofo– sonrió –Confío en ti plenamente, así que te enseñaré mi más grande descubrimiento– lo jaló más cerca de él –Debes prometer guardar este secreto– murmuró –Descubrí el secreto de la vida eterna– susurró –La clave es...

Sacudió la cabeza. Debía despejarse de alguna manera; pero esa revelación le trajo más preguntas que respuestas ¿Por qué si había descubierto eso no la uso para mantenerse vivo? ¿Por qué se la dijo a un chico de 21 años y no a algún otro sabio?

Salió de la habitación. Debía admitir que odiaba la idea de ser filósofo, aunque viviendo en Mesopotamia no es como que tuviera muchas opciones. No le gustaba pensar en exceso las cosas ¿Cual era el chiste? ¿Por qué deberíamos hacerlo? ¿Que chiste tiene saber todas las respuestas cuando... Ugh, otra vez estaba pensando. Este era su momento de ser libre. Había vivido la mitad de su vida haciendo algo que no quería, ahora era su momento para cumplir todas sus metas y sueños. El problema era que no tenía metas ni sueños.

Camino a paso tranquilo hacia la biblioteca de Alejandría. Tal vez leer lo inspiraría a ser escritor o un científico.

Al llegar, se pasó horas mirando los libros. Secciones que ya había recorrido millones de veces cuando era niño. Tanta monotonía lo asqueaba y le causaba ansiedad. Varias veces había pensado en simplemente abandonar la ciudad. Enfrentarse a algo nuevo. Pero el miedo de no saber a donde ir y donde parar lo detenía.

Miró la sección 78. Casi nadie iba a ir, ya que al ser la más vieja tenía muchos datos incorrectos o desactualizados. Nabu jamás había leído nada de ahí, así que decidió darle un vistazo. Hojeó varios libros para matar tiempo, no les prestó atención, pues realmente no le interesaban.

Una hoja cayó a sus pies. La recogió.

Nunca estuvo seguro de por que no la ignoró como alguien lo hubiera hecho normalmente. La leyó con detenimiento y sus ojos se abrieron como platos.

"Para a las fuerzas del mal poder derrotar, a cinco elegido debes hayar, cada uno con un don peculiar y juntando sus fuerzas nada los detendrá"

Se metió el papel en el bolsillo y corrió hacia su casa.

¿Por qué no pensó en que podría ser una broma? ¿Por qué la leyó?

Más preguntas

¿Qué hubiera pasado si no lo hubiera hecho?

Llegó al hogar de su antiguo tutor y salió a su jardín. Se acercó a la fuente y tomó un poco de su agua. Sabía a gloria, era el agua más pura que había tomado en su vida. Tomó un frasco y lo llenó de agua, y así sucesivamente hasta dejar la fuente vacía.

¿Por qué estaba tan interesado en esa probablemente falsa profecía? ¿Acaso era el destino el que lo llamaba? ¿Por qué no estaba pensando?

–Encontraré a los cinco elegidos– susurró.

Tal vez no quería pensar.

–Formaré a los cinco elegidos–.

Tal vez sólo quería una excusa para escapar.

–Seré uno de los cinco elegidos–.

O tal vez este sería el inicio de lo que su destino tenía planeado para él.

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