capítulo dos
mirrorball

Sohyun seguía en estado de shock por la noticia del día anterior. No podía ocultar su estado de ánimo en cuanto al regreso de Sunghoon a la pista, porque aunque el chico no regresara al deporte, el simplemente tenerlo cerca la hacía querer fingir toda su existencia. Era tortuosa la manera en que dependía de qué pensara él sobre ella, sobre su talento en el deporte, sobre su aspecto, sobre todo su ser.

Debido al llevar muchos años sin pasar por algo similar (pues Sunghoon se había retirado), Sohyun ya no estaba acostumbrada a eso, era raro para ella el volver a vivirlo, el revivir sus emociones de adolescencia que el chico de colmillos causó en ella.

Ahora mismo estaba camino a la pista, tuvo que tomar un taxi, pues su coche estaba en el taller mecánico. Y por lo tardada que era ya de costumbre y la poca facilidad que tuvo para encontrar un taxi, ya iba el doble de tarde de lo que acostumbraba. Era seguro que recibiría unos cuántos regaños, pues no solo era su entrenamiento para las próximas competencias de invierno, si no tenía que ayudar en las prácticas de los novatos junto a Sunghoon.

—¡Gracias! —agradeció al conductor del taxi, una vez llegó a su destino.

Corrió hasta el fondo de la pista, sin si quiera acomodar su bolso en su locker, preocupada por haberle dejado todo el trabajo a Sunghoon. Los novatos estaban ya calentando, algunos empezando técnicas.

—Perdona la demora, Sunghoon —habla con pena, dejando su bolso en una banca, acercándose al mencionado hasta quedar a la par—, juro no volver a llegar igual de tarde.

—Veo que todavía acostumbras a ser impuntual —mencionó Park, sin voltearla a ver—, pero yo no tengo problema con eso, tienes suerte que Jungho llega hasta la siguiente hora, si no, ya estarías en oficinas.

No tuvieron mucho que explicarles a los chicos, pues solo tenían que ser de apoyo en lo que su entrenadora llegaba.

—¿Cómo te ha ido en el deporte? —preguntó Sunghoon, mientras se acomodaban los patines.

—Me ha ido muy bien, sinceramente. Últimamente me llegan más patrocinios, y eso es bueno porque de ello sustento mi carrera universitaria y mi vida diaria —comentó al chico, prestando atención a amarrar bien el patín.

—¿Vives sola? —Jung solo asintió— ¿Y qué estudias? —preguntó, interesado en saber.

—Estudio Gastronomía, pero ahora mismo estoy de vacaciones —le comentó, parándose para comenzar a calentar. Sunghoon se puso de pie junto a ella, dirigiéndose a la pista desocupada para calentar, la ayudaría en los entrenamientos— ¿Cómo te va en la vida a ti, Sunghoon?

—Muy cansado, pero sinceramente es lo que me gusta, encontré mi camino en la vida —eso hizo a Sohyun pensar un poco, pues ella sentía que nunca lo encontraría.

Sin hablarlo entre ambos, se acomodaron para practicar, Sunghoon no lo tuvo que decir y Sohyun tampoco tuvo que pensar mucho para saber que el chico la ayudaría.

Una Sohyun de trece años no se podría creer lo que estaba sucediendo, pues parecía que ella y Sunghoon habían sido grandes amigos en el pasado, lo cuál era erróneo; a pesar de claramente saber de la existencia del otro, no acostumbraban a socializar mucho entre ellos.

Sunghoon tomaba a Sohyun delicademente por la cintura, para hacer pasos a la par, provocando un sin fin de sensaciones en la chica. Para ella eso era simplemente magnífico y sorprendente.

(...)

El día culminó y ahora Sohyun se encontraba llamando a las redes de taxis de Seúl, pero no estaba obteniendo respuesta de ninguno.

Sunghoon, quien recién salía del establecimiento, se dió cuenta de ello, acercándose a Sohyun.

—¿Ocupas quien te lleve? —preguntó.

—Si pero los taxis no me contestan, pareciera que se pusieron de acuerdo para no atenderme —respondió frustrada.

—Si gustas te llevo a casa —se ofreció, y Sohyun lo miró sorprendida.

—¿En serio? Ay muchas gracias Sunghoon —realizó una reverencia al chico.

Durante el camino, ambos platicaban por pequeños momentos, sin dejar que el ambiente fuera muy tenso.

—Gracias por traerme Sunghoon —agradeció abriendo la puerta del copiloto, para salir.

—Nos vemos —Park arrancó el carro, después de que Sohyun entrara al edificio.

Sin duda alguna, ese no fue un día común en la vida de Sohyun.

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