—Tú, ¿Una Banshee? —Pregunté.
Ella asintió.
—Sí, ahorita he tenido un sueño, donde estábamos las tres y tú sostenías a alguien en tus brazos mientras lloraba, me he despertado y me has dicho que grité....  En mi segundo sueño, había alguien y me dijo que era una Banshee.
—Tal vez sea mentira.
—No lo sé... Eso espero.
—Mejor duerme.
Ella cerró la laptop y se acostó.

Me senté en la banca y puse mis libros, me acosté un momento.
—Hola. —Dijo James.
Se sentó a un lado mío.
Sus ojos azules me siguieron esperando a que respondiera.
—Hola.
—Parece que no has tenido una buena noche.
—Hace mucho que no duermo bien.
Y eso era verdad, desde que había sucedido eso, casi no dormía porque algo siempre me despertaba.
—¿Por qué?, si no es muy íntimo.
—Pesadillas.
—Eso siempre me pasa, pero las mías son reales.
Me le quede viendo a los ojos un poco confundida.
—¿Crees en los fantasmas? —Dije.
—Sí. —Dije.
—No son pesadillas ¿verdad?...
Negué con la cabeza, por alguna extraña razón, sentía como si el me leyera el pensamiento.
—Ven y búscame en la biblioteca después de clases, si quieres trae a tus amigas.
Dicho esto llego la profesora.
Al terminar la clase, él fue el primero en salir, trate detenerlo pero fue imposible, caminé hasta el baño, entre y vi que estaban vacíos, abrí el grifo y el agua comenzó a emanar en seguida.
Comencé a mojarme el rostro, agarre la toalla y comencé a secarme, abrí mis ojos y vi que ya había oscurecido, era de noche... Esto no podía ser real, esto no podía ser real.
Salí afuera al patio, estaba sola.
Las puertas se comenzaron a cerrarse, veía como una figura oscura se comenzaba a mover rápidamente por todas partes, comencé a dar vueltas en el mismo punto, pero nunca logré ver la figura.
Sentí como la piel se ponía chinita.
Se escuchaba como arañaban las paredes con algo de hierro.
Me tape los oídos, no lograba soportar el ruido.
—¡PAREN!
De repente todos los vidrios comenzaron a estallar.
—¡Basta!
De repente pude ver a la niña en frente mío, traía el camisón lleno de sangre, sus uñas estaban rotas y algunas no las tenía, su pelo negro ocultaba su rostro, estaba lleno de hojas, sus pies y sus brazos eran blancos, era muy pálido tenía tierra y arañazos.
Ella comenzó a caminar y cada vez que caminaba se escuchaba como cada uno de sus huesos se rompían. Caminaba lentamente pero a la misma vez rápido, era como si en cada paso avanzara 1 metro.
Se escuchaba como se rompían sus huesos, en ningún momento mostré debilidad, aunque por dentro quería correr hasta que mis pies sangraran.
Pero era un fantasma, no se puede huir de ellos.
Estuve en frente de mí y vi como su pelo se movió y veía su rostro deformado, sus ojos eran azules, tenía múltiples cicatrices en el rostro, hizo una mueca y gritó.
Eso hizo que yo también gritara.
Cerré mis ojos con fuerza.
Después los abrí y vi que estaba en el patio, todos me miraban, Chels y Sharon se me quedaron viendo y estaban abrazándome.
—¿Estás bien?
Sentía como las lagrimas comenzaban a salir.
Me pare como pude y corrí.