Capítulo 7 ¿Qué rayos fue eso?

—Gracias por dejarme quedarme Chels. —Dijo Sharon.
Ella se acostó en la cama.
Timbraron y yo fui, al abrir la puerta vi que estaba Madd.
—Hola, ¿Qué haces aquí?—Me preguntó.
—Hola, ¿Me puedo quedar a dormir contigo?
—Claro, mi mamá está trabajando y ya sabes mi padre está con su otra familia junto con mi hermana.
Ella me sonrió y paso.
Caminamos hasta mi cuarto.
Entramos y Madd saludó a Sharon.
—Lamentó venir así, pero no quiero estar sola en mi casa.
—Tranquila, estando juntas podremos protegernos.
Nos acostamos y dormimos.

Iba caminando por en medio del bosque, todo parecía real, tenía mi misma ropa, mi pelo estaba esponjado, yo seguía caminando, había muchos árboles y todo era lo mismo, hasta que logré ver que estaban mis amigas,  Madd sostenía un cuerpo, ella lloraba desconsoladamente.

Abrí mis ojos asustada, vi que mis dos amigas se habían despertado y me miraban horrorizadas.
—Lamento despertarlas.
—¿Qué rayos fue eso? —Preguntó Sharon.
—¿Qué pasó? —Pregunté.
—Nos despertaste, has gritado horrible, incluso nos tuvimos que tapar los oídos para no quedar sordas.... ¿No lo recuerdas?
La verdad era que no lo recordaba, pero recordaba el sueño.
—No, solo recuerdo mi sueño, vi que alguien moría, pero no recuerdo de haber gritado.
—Eso dio miedo...
—Mejor durmamos.
Todas nos volvimos a acostar.

Estaba nuevamente en ese bosque, esto no es real, no es real. Me repetía esas palabras una y otra vez, pero nada funcionaba, no podía despertar.
—Así que eres una Banshee.
Yo me quedé viendo alrededor, esa voz era aterrador, además que me hacía sentir vulnerable.
—¿Quién eres?
—Creo que la pregunta que debes hacerte es: ¿Qué eres tú?
—Soy una humana.
—No, tú tienes un don muy especial y a partir de ahora la muerte siempre estará a tu lado, predicarás la muerte de las personas que más amas y no podrás evitarlo, además escucharas voces, que nadie más escuchara, tú grito sellará el destino de la persona que veas en tus sueños o que las voces te digan.
—No, no.
—Tú tatara abuela tenía ese don, por cierto no temas.
En eso sentí como pasaba su fría mano sobre mi hombro, yo di un saltó.
—Tranquila, no te haré daño.
—¿Quién eres?
—Tranquila, no soy Mary.... Solo quería decirte lo que eres, cuando estaba viva yo era lo mismo que tú, me metieron a un manicomio.... Pero te daré un consejo solo dile a tus amigas lo que eres, por ahora me iré adiós para siempre.
Iba a decir que se detuviera, pero era demasiado tarde ya había despertado.

Me desperté y vi que todavía era de noche, mis amigas estaba profundamente dormida, así que decidí ir al baño, necesitaba lavarme el rostro.
Llené el lavamanos con agua.
Cuando estuvo lista cerré la llave, metí la mano para lavarme la cara, cuando una mano salió y me agarró mi mano, yo grité muy fuerte, hasta que me soltó la mano.
Mis amigas llegaron en menos de un minuto y al verme se preocuparon.
Vi mi muñeca y observe  que tenía rojo, muy rojo.

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