El elevador abrió las puertas, salí rápidamente, crucé el pasillo hasta llegar al pequeño departamento que tenemos como casa.

Iba a abrir la puerta cuando escuché música. 

Oh no.

Mi padre estaba en casa y de seguro borracho.

Yo vivo con mi padre, pero que desde mamá murió mi padre esta borracho todo el día, con suerte, en la mañana me voy a la escuela, en la tarde voy a cualquier otro lado y en la noche duermo, pero hay veces en la que lo encuentro, como justo ahora y si esta borracho, de seguro me golpeara como lo ha hecho tantas veces antes.

Sentía como la mano me temblaba, me quedé minutos viendo la puerta, hasta que ya no escuché ruido alguno, con algo de suerte se ha ido a dormir.

Me quité los zapatos, abrí la puerta y entré, avancé lo más silenciosamente posible hasta que prendieron el foco.

Mierda.

Voltee para ver a mi padre mirándome con desaprobación.

— ¿Crees que estas horas son para que una señorita llegué a su casa? 

Mire el reloj y vi que era la una.

Sólo me le quedé viendo.

— ¿Dónde estabas? —Desde donde estaba pude oler su asqueroso aliento a alcohol.

— Estaba con mis amigas.

— Mentirosa.

— Es la verdad, si quieres puedes hablarle a Chelsea o a Madd.

Él me dio una fuerte cachetada que hizo que perdiera el equilibrio, iba a caer al suelo, pero me pegué en la cabeza con una mesita.

— ERES UNA MENTIROSA, DE SEGURO ESTABAS CON UN CHICO, ERES UNA ZORRA IGUAL QUE TU MADRE.

Él me agarró del pelo y me levantó hasta quedar a su altura.

— Pero si quedas embarazada te largas de mi casa.

Dicho esto me aventó al suelo, vi como se metió a su cuarto y cerró la puerta dando un estruendoso puertazo. 

Me levanté y fui al baño, me vi en el espejo, me había salido sangre, me limpie la herida, no había sido tan profunda así que solo la curé.

Tenía que inventar una buena excusa para mis amigas, de seguro al verme harían miles de preguntas, pero yo diría "O he sido muy torpe, me caí y me pegué con la mesa"

Fui a mi cuarto y me acosté, no tenía ganas de cambiarme así que me acosté con la ropa.

Me despertó un sonido muy fuerte que provenía de la cocina, me levanté y caminé hasta la cocina, todo parecía normal, solo se había caído un plato, lo recogí y tire todos los pedazos a la basura.

Fui al baño y me lavé la cara, al mirarme al espejo había algo escrito.

"Los hombres malos, deben morir"

Me quedé petrificada ante dicho mensaje, fui a la cocina por una trapo para borrar dicho mensaje, al llegar al baño ya no había nada escrito en el espejo.

¿Pero qué demonios?, esto no puede ser posible, hace algunos minutos había algo escrito en el espejo, como es posible que ya no lo este...

De seguro es el golpe, esta haciendo que sufra alucinaciones.

Volví a mi cuarto y me acosté, comencé a sentir mucho frío, me tape más, de repente todas las colchas salieron volando, me quedé mirando hacía todo el cuarto mientras trataba de comprender que era lo que había pasado.

Porque esto no lo había ilusionado o imaginado, esto había pasado, realmente había pasado.

De la nada sentí como me agarraban el tobillo y me arrastraban hasta la sala.

  — ¡AYUDA!, ¡PAPÁ!

Se detuvo en la sala, todos los electrodomésticos comenzaron a encenderse formando un ruido tan insoportable  que hizo que me desmayara.