Capítulo 29 "Alguien morirá"
Hoy era el día, decidimos hacerlo de noche...
La madre de Madd estaría en trabajo hasta tarde, así que tendríamos oportunidad de acabar con esto ahora.
Pusimos una bolsa en el lavamanos, para que ahí cayeran los pedazos del espejo.
Sharon y yo nos pusimos protección para no cortarnos.
Mientras que Madd y James estaban afuera esperándonos.
Nosotras agarramos los martillos y comenzamos a romper el espejo.
Los vidrios comenzaron a caer; nosotras seguimos golpeando hasta que no quedó nada de vidrios, envolví los pedazos en la bolsa.
Comenzamos a barrer los pedazos que quedaban y los pusimos en la bolsa.
Sharon me detuvo.
— Escucha si algo sale mal quiero decirte que eres mi mejor amiga, gracias por apoyarme con todo, cuando mi madre murió y lamento tanto que no haya podido confiar en ustedes respecto a mi padre...
Yo la abracé.
— Tú también eres mi mejor amiga, siempre estaré aquí para ti y ahora cualquier problema que tengas sabes que puedes contar con nosotras.
Ella asintió con la cabeza.
Bajamos las escaleras y salimos al patio, vimos que James ya había comenzado a hacer la fogata.
Solo faltaba encenderla.
Nosotras llegamos y dejamos la bolsa en el piso.
— ¿Cómo vas? — Le pregunté.
— Bien, hay que encender la fogata.
Asentí con la cabeza.
Sentía como si alguien me susurrara.
"MUERTE, MUERTE, MUERTE"
Esa palabra no dejaba de sonar en mi mente, voltee hacia la casa y vi que en cada ventana había alguien, cuando menos me lo esperaba estaba rodeada de fantasmas.
Los fantasmas estaban demasiado cerca de mí.
— ¡DÉJENME!
Grité fuertemente y comencé a correr directo al bosque.
Madd.
Vi que Chels miraba asustada hacía la casa.
— ¿Chels?
James volteo a verla.
— Chelsea, no es real tienes que estar con nosotros.
Ella miraba espantada hacia la casa, comenzó a retroceder.
— ¡DÉJENME!
Dicho esto corrió hacia el bosque.
— ¡CHELS!
—Tenemos que ir por ella, tienen que estar las tres juntas.
— Yo llevaré los vidrios, tú lleva a Maddison.
Él me cargó con mucha delicadeza mientras los tres corríamos tras ella.
Estuvimos tres horas en el bosque, ya era de noche y no encontrábamos a Chels.
Después de 30 minutos más logramos encontrarla en un árbol, ella estaba hecha bolita y solo repetía una palabra.
"Muerte, muerte, muerte"
James me bajó dejándome en una roca.
Caminó hasta donde estaba Chels.
Él le dijo el nombre de ella en un tono que hizo que me doliera los oídos.
Ella reaccionó.
— Yo, lo siento no puedo dejar de ver esas imágenes en mi cabeza.
Nosotros la miramos preocupada.
— ¿Qué hora es?
Nosotros la miramos.
— Son las 11:00.
— No hay tiempo de volver, haremos la fogata aquí.
Chels miró asustada hacia el bosque y gritó haciendo que nuevamente nos doliera los oídos.
— Lo lamento, pero alguien morirá esta noche.
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