Madd

  — ¿Estas segura? — Me preguntó Chels.

— Si, yo estaré bien.... Tienen que ir a la escuela.

Ellas asintieron con la cabeza no muy convencidas.

— Bueno si pasa algo, llámanos... Tu madre esta dormida.

Sonreí, que mi madre este aquí me hacía sentir más segura.

  — Nos vamos.

Ella se fueron dejándome sola.

 Agarré las ruedas y las comencé a girar, la silla de ruedas comenzó a avanzar.

Fui a la cocina, agarré mi desayuno y comencé a comer.

Prendí el radio porque odiaba este silencio, la música fluyó por toda la habitación.

Eso me hizo sentir más feliz, me fui al otro lado de la cocina y comencé a comer.

El radio comenzó a volverse loco, el volumen se subió al máximo mientras se cambiaban de estación hasta que quedó una donde era pura estática.

Quería taparme mis oídos, pero lo ignoré y otra vez fui al otro lado con la silla.

Sujeté el radio con mis manos y trate de apagarlo pero no se podía.

Arrojé el radio con mucha fuerza y este se hizo trizas.

Me puse nerviosa y me fui a la escalera para hablarle a mi mamá.

— ¡Madre!— Grité.

— Ma...

Juro que escuche los pasos como si alguien estuviera bajando, me quedé petrificada del miedo cuando ya no se escucharon los pasos.

Alguien tomó la silla y me dio bruscamente una vuelta.

Yo me arrojé al suelo, me arrastré hasta la escalera y comencé a subir los escalones, me dolía mucho el pie, pero tenía que subir.

Alguien me tomó de mi pie fracturado y me arrastró hasta el primer piso.

Con cada escalón que me bajaba me pegaba en mi barbilla.

Soltaba quejidos y le gritaba a mi madre que nunca bajó.

Mary me volvió a poner en la silla, la puerta se abrió dejando ver el patio, la silla avanzó muy rápido, íbamos directo a la piscina.

Solté un gritó, la silla se detuvo centímetros antes de la piscina, yo salí volando hacía la piscina.

Al sentir el agua toda mi piel se  puso chinita.

Trate de salir hacia la superficie, pero mi pie me dolía mucho.

Comencé a descender fácilmente, no opuse resistencia y toqué el piso.

  Veía como de mi boca salían burbujas y como ya no podía respirar más.

Me estaba ahogando, cerré los ojos.

Era mi fin, jamás pensé que iba a morir.

Veía el cielo azul y el solo enfrente de mí.

Alguien entró al agua, me tomó de la cintura, él comenzó a nadar hasta que llegamos a la superficie.

Me puso en el suelo y me dio RCP.

Escupí el agua y comencé a toser inmediatamente.

Vi a James en frente  de mí.

No aguante más y le di un beso.

Él había sido mi salvador.

  — Gracias, James.