0008.

newt.

Definitivamente este tipo de situaciones eran mejor que el cine, solo nos faltaban las palomitas y butacas para contemplar el espectáculo que estaba dando Harry. Era sumamente divertido ver cómo intentaba ligar con el chico en el que tenía su vista puesta desde hacía un tiempo. Kim creo recordar que se llamaba, y era una auténtica diva.

No solo diva, era la maldita belleza del campus, tanto a ojos masculinos como femeninos. No dudaba que la mitad de profesores estuvieran detrás de él, e incluso yo, que no entraba absolutamente nada en mi prototipo de chico, tenía que admitir el atractivo que se traía el castaño.

De hecho, ahora mismo Harry se encontraba diciéndole exactamente eso en medio de los pasillos, apoyado en la taquilla del castaño mientras éste buscaba sus libros y le ignoraba. Varios de nuestro grupo, como Alby o Aris, estaban casi llorando de la risa.

—¿Creen que lo va a rechazar?— preguntó el menor del grupo, quien más metido estaba en la situación. En ese aspecto era el más ingenuo, porque los demás sabíamos de sobra que el único "sí" que se llevaría nuestro amigo vendría dentro de la frase "a ver si te pierdes para siempre, imbécil".

—De eso se trata, es lo divertido— declaró Clint con su típica actitud indiferente. En ese momento Harry se inclinó sobre el oído de Kim, y todos nos quedamos expectantes de ver qué pasaba a continuación. Llevaban varios segundos y el castaño no le apartaba—. Si Harry lo consigue, admitiré que existen los milagros. Y que Gally podrá tirarse al niño rata algún día.

—Se llama Minho, idiota— el más bajo intentó aparentar que no le importaba, pero en lo que respecta a su estudiante favorito, todos sabíamos que nada iba a broma. Gally realmente se estaba enganchando de ese chico, lo que nos incitaba mucho más a picarle. Era casi tan divertido como molestar a Thomas.

—¡Eh miren, creo que le está dando su número!— todos devolvimos la vista a la escena tras las palabras de Alby. Y efectivamente, el castaño escribía algo en la muñeca de nuestro amigo.

—No puedo creerlo...

—¿Lo ha conseguido?

—Una mierda ha conseguido— declaró Clint aún en las suyas. Y resulto tener toda la razón, porque en un segundo, Kim se alejó de Harry, cerró la taquilla bruscamente, le sacó el dedo medio y se fue tan digno como había llegado, siempre desbordando belleza a cada paso—. Se los dije.

Cuando el terreno estuvo despejado, nos acercamos al rizado en busca de noticias, las cuales no hicieron falta al ver lo que realmente le había escrito en la muñeca. Un "Que te jodan, imbécil" a grandes letras decoraba su piel. Al parecer Harry le respondió algo sobre que mejor le jodía él otra cosa y por eso la diva se había ido tan enfadado. E igual de típico era que nuestro amigo siguiera impasible. Se encogió de hombros y sonrió como si nada, con esa confianza que tanto le caracterizaba.

—Hasta su letra es cursi— declaró Chuck a la vez que fingía una arcada. Soltaba celos por cada centímetro de su cuerpo.

—A mi me parece bonita— Alby soltó el brazo de Harry tras observar la cuidada escritura de la diva del centro, y sonrió de nuevo al más delgado del grupo—. Lo que ocurre es que tú tienes envidia.

—¿Envidia? ¿De ese divo barato?

—Envidia de que es más guapo que tú.

—¿Per-do-na?— abrió mucho los ojos con exagerado dramatismo y colocó un dedo en el pecho de su amigo, quien sonreía con fingida inocencia.

—¿Qué?— se encoge de hombros y le miró de arriba a abajo—. Tan solo digo la verdad. Incluso yo soy más guapo que tú.

—¿Pero qu- ¡Mira y verás!— agarró al primer chico que encontró por los pasillos, acercándose a él mientras arrastraba a Alby de la manga. Todos los demás volvíamos a disfrutar del espectáculo entre risas—. ¡Tú, responde ahora!

—¿Eh? ¿Yo?

—Anda, pero si es Jackson— Alby sonrió y luego miró a Chuck—. Va a mi clase.

—Igual me da— el castaño volvió a girarse hacia su víctima y tras colocarse junto a Alby, poniendo sus manos en las caderas con indignación, señaló a su amigo y luego a él—. ¿Quién es más guapo de los dos?

—E-Eh, yo no s-

—Va, Jackson, responde, no pasa nada.

—¡Eso, responde con sinceridad y di mi nombre bien alto para que se le meta a este idiota en la cabeza! ¡Y también di que soy más guapo que Kim!

—¡Nadie es más guapo que Kim!— intervino Harry por el fondo, aún contemplando el grosero comentario escrito que ahora adornaba su brazos Cuando levantó la vista y nos encontró a todos mirándole, tan solo se encogió de hombros—. Solo informo.

Los siguientes minutos nos dedicamos a reírnos del amigo de Alby, el cual parecía que iba a explotar de un segundo a otro por la angustia. Chuck estaba totalmente indignado, casi comiéndolo para que respondiera que él era el más bello del mundo y Alby descojonándose en medio de la escena.

Cuando la profesora llegó, el tal Jackson estaba debatiéndose entre el ataque cardiaco o proseguir su infierno, así que en cierto modo el comienzo de las clases fue su liberación. Cada uno nos marchamos a nuestras aulas, aún con restos de carcajadas de las escenas recientemente vividas. Si algo me compensaba de estar en este grupo de gente, eran las risas que nos echábamos.

De hecho, las siguientes clases no hicieron más que aumentar gracias a nuestras víctima por excelencia, y mi favorita de todo el colegio, Thomas, al cual nos dedicamos a molestar con disimulo todo el tiempo posible. Si, por desgracia no fue mucho, ya que cuando Harry estaba tirándole al rarito bolas de papel con palabras obscenas en inglés escritas en ellas, una de desvío y golpeo contra la pizarra, llamando la atención de la profesora. Obviamente, al leer un "Good bitch" es grandes letras, inmediatamente sacó el culo de Harry de la clase, llevándolo directo a secretaría.

La mayoría aprovecharon el descanso para ponerse con el móvil o hablar. O en el caso de Aris, medio violar a Clint en medio de todo el mundo. Pero yo no, yo escogí una diferente e infinita mente mejor opción. Una que se encontraba sentada en primera fila dibujando algún garabato con ojos.

—¿Leíste lo que te mandó Harry?— me senté de un salto en su mesa y cerré el cuaderno para que me prestase toda su atención a mi. Cuando levantó la vista con sorpresa, tuve que evitar el impulso de pegarle por décima vez en el día. Últimamente me entraban ganas grandes de golpearlo cada vez que hacia algún gesto adorable—. No te quede viéndome y responde.

—¡Eh, ah, sí!— pestañeó varias veces y volvió a agachar la vista, esta vez a su cuaderno cerrado. Su comportamiento ya no era el mismo que al principio de curso, ahora se mostraba mucho más temeroso. Quizás había abierto al fin los ojos y ya no confiaba ciegamente en mi—. No sé inglés.

—¿No sabes que significa "beddable booty"?— negó, mirándome con los ojos muy abiertos y expectantes. Otra cosa que me era muy divertida de Thomas, era su curiosidad. Si lo juntabas con la idiotez, las preguntas que soltaba podían llegar a ser extremadamente graciosas—. Significa que tienes un culo follable.

—¿Culo foll- ¡Ah!— se tapó la boca al comprenderlo, poniéndose inmediatamente rojo de vergüenza. Reí y seguí con la broma, pues quería volver a disfrutar de esa expresión cuanto antes.

—Lo demás significaban cosas como "ponte en cuatro", "déjame mancharte esa boquita" o "voy a hacerte gemir has-

—¡Ah, paraparaparaparaparapara!— se tapó los oídos y cerró los ojos totalmente escandalizado, empujándome a otra ronda de risas. Cuando me calmé, él seguía aún cerrando el contacto con cualquier información externa. Me quedé observándole con una satisfactoria sonrisa en el rostro, hasta que entreabrió un ojo para comprobar si me había detenido—. No puedes decir esas cosas muy alto— murmuró echando un nervioso vistazo a nuestro alrededor.

—¿Por qué no?

—A mi hermana la castigan cada vez que dice cosas guarras.

—¿Ah si? ¿Y qué cosas guarras dice tu hermana?

—Ammmh...— miró al techo, intentando recordar—. Una vez dijo que los penes eran casi tan desagradables como aquellos que los portaban— me reí tan alto que todo el mundo se giró a mirarnos, al menos hasta que me giré y todos volvieron a sus quehaceres como si no fueran una panda de cotillas. Thomas también estaba sonriendo, exactamente con la misma aura que cuando un niño pequeño hace una travesura—. A mi también me hizo gracia, pero mi mamá se enfadó mucho. La castigó sin cenar, y eso que ese día había spaguettis especiales.

—Entonces a tu hermana le gusta más el pescado.

—¿Eh? No, que va. De hecho lo repudia— ¿cómo podía ser tan inocente? En serio—. ¿Qué pasa?

—Nada, nada— me incliné un poco más sobre él, coincidiendo a cada centímetro más con las palabras de Aris. Thomas era adorable, y más ahora, cuando intentaba alejarse mientras me miraba con los ojos totalmente abiertos, asustado de lo que yo fuera a hacer—. ¿Y a ti, Thomas?

—¿A-A mi?

—¿A ti te gusta el pescado?— me acerqué un poquito más—. ¿O eres más de carne?

—M-Me gusta la c-carne...

—¿Deberíamos comprobarlo?

Avancé un par de centímetros más, los justos para que cuando él los retomara, su silla cediera ante su peso y cayera de espaldas al suelo armando un gran alboroto. Ahí sí que se giró todo el mundo. Varias risas no tardaron en aparecer, y la confusión y sorpresa en el rostro de Thomas invadió toda mi mente.

Antes de levantarme para volver a mi sitio, me recordé a mi mismo en qué posición estábamos cada uno y por qué no podía comprobar nada, absolutamente nada, de él.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top