48
Yoongi.
Un día después me enteré de que aquel bajón, no había sido producido por falta de azúcar, sino —según palabras textuales de mi mejor amigo— porque: "Me voy dos semanas y te metes en la boca de los lobos más idiotas que existen en este mundo, ¡Yoongi, hazme caso cuando te hablo! ¡Ya te he dicho que estoy bien de azúcar, todo ha sido por culpa de tus malditas nuevas noticias! Tengo que llamar a Taehyung ya, ¡¿dónde mierda está mi móvil ahora?!"
Y quizás por eso ahora me hallaba sentado en el recreo, viendo fotos de animales sonrientes en el móvil, mientras Taehyung y Jimin discutían a medio centímetro mío.
— ¡Tus amigos quieren trajinarse al mío!
— ¡¿Y yo qué quieres que haga?! —Taehyung parecía desesperado desde que había comenzado la discusión— Díselo a Jungkook, a mí no me cuentes esto.
— ¡Son tus amigos, son tú problema!
— ¡No es mi problema que ahora le vayan los raritos!
— ¡YOONGI NO ES RARO, Y COMO NO HAGAS QUE JUNGKOOK LE DEJE EN PAZ ANTES DE QUE ACABE EL DÍA, TE ASEGURO QUE HOY MUERDES LA ALMOHADA HASTA QUE SE TE QUEDE ATASCADA ENTRE LOS DIENTES!
— Más te gustaría —esta vez Jimin no sonrió de medio lado y respondió: "más te gustará a ti" de la otra vez, sino que se cruzó de brazos y le fulminó con la mirada— Pero que yo ni sabía que estaban saliendo, no sé qué quieres que haga.
— ¡Yo que sé, son tus amigos, algo sabrás!
— En primer lugar, no existe nadie en el mundo que entienda a Wonho. Y en segundo lugar, si Jungkook está saliendo con Yoongi, es porque le gusta. No saldría con cualquiera.
— Jungkook es idiota y no quiero que se acerque a Yoongi.
— Yo si quiero que se acerque —intervine sonriente. Ambos me miraron antes de soltar un bufido e ignorarme. Me encogí de hombros y seguí distraído con mi móvil. Acababa de salir un perro que sonreía de la forma más adorable en el mundo. — Haz que rompan.
— ¿Y cómo quieres que haga eso?
— No lo sé, apáñatelas. Y haz que Wonho se aleje de Yoongi.
— Y de nuevo —Taehyung suspiró y se revolvió el pelo con frustración. — ¿Cómo quieres que haga eso? —Jimin apretó los labios, pero no dijo nada. — Lo mejor será que te tranquilices y pienses esto detenidamente —se acercó al pelinegro y le rodeó con un brazo por la espalda. — Es decisión de Yoongi, no puedes imponerle con quien estar y con quién no.
— Sí puedo.
— Puedes, pero no te voy a hacer caso —respondí sin despegar la vista de mi pantalla. Jimin soltó un bufido y me dio una patada no muy fuerte en el brazo. — ¡Ah, idiota!
— ¡Tú eres idiota por salir con un idiota! —respondió indignado.
— Tú sales con Taehyung y le llamabas cosas peores.
— ¡Taehyung nunca me ha dado una paliza!
— De hecho, sí lo hizo. —ambos callaron al recordar aquel percance que tuvieron — Y Jungkook no me ha pegado nunca.
— Pero Wonho sí.
— Pero no estoy saliendo con Wonho.
— Pero dices que es tu amigo.
— Porque no es malo, al menos no ahora —suspiré y guardé mi móvil, poniéndome en pie de un salto. Me aburría esa conversación. — Ya te lo he dicho mil veces.
— ¡Eh! —me giré antes de echar a andar — ¿a dónde crees que vas?
— A buscar a Jungkook.
— ¡Ni hablar! —le ignoré y eché a andar — ¡Yoongi, no te atrevas a dar un paso más! —en esa frase avancé como cinco pasos. Sonreí por mi atrevimiento y simplemente me giré para sacarle la lengua. — ¡Suéltame Taehyung, he dicho que me sueltes!
Antes de que se viera liberado por los brazos de su novio, eché a correr con todas mis fuerzas, esquivando a los incontables alumnos que parecían dedicados a ponerse en medio de mi camino el día de hoy. Podía escuchar la voz de Jimin a mis espaldas, lo que me impulsaba a correr mucho más rápido, casi a la misma velocidad que llevaba mi corazón en esos momentos.
Casi por instinto, crucé la esquina en la que Jungkook me dio a probar humo por primera vez. Recordaba que por ahí habían bajado sus amigos, así que si estaba en lo correcto, solo tenía que saltar la valla para toparme con el grupo al otro lado.
No lo pensé dos veces y tras ascender por los pequeños ladrillos haciendo fuerza con manos en la barandilla, conseguí impulsarme hasta arriba. Segundos después ya me encontraba cruzándolo y saltando al otro extremo del muro, cayendo con ayuda de mis manos en la acera.
— ¿Yoongi? —me limpié las manos en la chaqueta y levanté lentamente hacia la voz a mi espalda. Era NamJoon quien había hablado. Bueno, NamJoon y varios más de su grupo, entre ellos Wonho. Busqué a Jungkook, pero no lo encontré en ninguna parte. — ¿Viniste a por Jungkook? —Asentí desanimado — No está, acaba de irse para ir a buscar a Taehyung.
— Pero puedes quedarte con nosotros si quieres —añadió Wonho, acercándose a mi lado y rodeándome con un brazo. Seguidamente sacó su caja de tabaco y me ofreció un cigarro, el cual yo rechacé de inmediato. — ¿No fumas? —negué otra vez — Puedes probarlo. Una primera vez no engancha a nadie.
Lo que él no sabía es que yo ya había tenido una primera vez, y sí me había enganchado, pero no al tabaco, sino a la persona. No me atraía nada la idea de probar humo ni de un filtro ni de un cigarro, solo me gustaba cuando venía de los labios de Jungkook.
— Como quieras —guardó de nuevo la caja y siguió fumando de su propio cigarro — Por cierto —me habló. Le miré con curiosidad y él sonrió desde arriba, desde los pocos centímetros que nos diferenciaban — ¿Has pensado lo de las clases particulares?
— Ah, eso —asentí sonriente. Gracias a la colaboración de mi hermana, me había terminado decidiendo por Wonho. Ella dijo que cualquiera que no fuera Jungkook, sería mejor que Jungkook, y que me pediría perdón y compraría dos pasteles de limón si elegía al tal Wonho. — si aún quieres, me gustaría que me ayudaras tú.
— Eso es genial —revolvió mi cabeza y soltó el humo, hacía el lado contrario, cuidado que no me diera en la cara. En su lugar lo recibió todo otro chico delgado que había a su espalda, el cual se quejó pero fue cruelmente ignorado. — Puedes venir hoy mismo si quieres.
— ¿Hoy?
— Hoy, eso he dicho.
— Pero hoy es viernes —respondí con un puchero. Luego recordé que no podía salir porque estaba castigado, y contemplando mi plan para esa misma tarde, tampoco iba a encontrar nada mejor. — Hoy está bien, tienes razón.
— Hoy entonces.
— ¿Vas a dar clases de matemáicas un viernes? —preguntó Chanyeol por el fondo. También iba a mi clase, pero jamás había hablado con él. Igual, me daba menos miedo que su novio, quien estaba apoyado en el muro y no me había mirado desde que había llegado. — ¿Y tú vas a recibirlas? —ambos asentimos — ¿están seguros de que no van a follar?
— Tío, que está saliendo con Jungkook—informó el chico delgado al que antes habían tirado el humo, y yo le sonreí agradecido porque lo hubiera dicho en alto. Era algo de lo que me sentía orgulloso.
— ¿Con follar se refieren a tener sexo? —Wonho rió y asintió — Yo aún no he tenido sexo con Jungkook —revelé con tranquilidad. Todos se me quedaron mirando con la boca abierta, y yo solo preocuparme de que el humo de sus cigarrillos se les iba a meter dentro. En serio, podrían incluso hasta explotar.
— ¿Está saliendo contigo y no han hecho nada? —preguntó uno de los más altos. Creo que le había visto alguna vez por la clase de Jimin. Asentí y desencajó aún más la mandíbula si es posible. — ¿Nada de nada? ¿Jungkook?
— Bueno, una vez en el parqu-
— ¡Yoongi! —me giré inmediatamente hacia la voz que apareció a mi espalda, y sonreí de oreja a oreja cuando me topé con Jungkook, quien acababa de saltar a la acera. Él se había visto mucho más genial que yo haciéndolo. — ¿Qué haces aquí?
— Hablábamos de sexo —expliqué alegremente mientras me soltaba de Wonho e iba a su lado, agarrándome de su cintura. Él me rodeó con su brazo y pegó más a sí mismo. — Vine a buscarte porque Jimin se ha enfadado y quería matarme —seguí explicando.
— Y luego vino lo de hablar de sexo —añadió NamJoon. Jungkook le fulminó con la mirada y él levantó las manos, en una de ellas el cigarro, como gesto de inocencia. — ¡Yo no hice nada, lo juro, fue él solo!
— De hecho fue Chanyeol, que no se creía que Wonho y Yoongi fueran a quedar un viernes para estudiar y preguntó si no tenían otros planes más, bueno, más íntimos —de nuevo aquel chico delgado. Era uno de los pocos que no fumaban.
— ¿Cómo que estudiar? —Jungkook me miró con el ceño fruncido. Inconscientemente formé un puchero, decayendo porque su reacción no era la esperada. Parecía enfadado. — ¿Te va a dar clases particulares? —asentí tímidamente y luego él señaló a Wonho. — ¿Por qué él y no yo?
— Mi hermana me ayudó a decidir.
— ¡Tu hermana me odia!
— Antes le pregunté a Jimin, pero no sirvió de nada.
— ¡Jimin también me odia! —se quejó en voz alta. Me quedé en silencio, mirándole con los ojos muy abiertos y sin saber como reaccionar. Parecía enfadado, pero no terminaba de comprender el motivo. Solo eran clases, tampoco importaban tanto.
— Si quieres puedes darme clases de filosofía —murmuré en voz baja.
— Da igual —sacó un cigarro y se lo encendió en una milésima de segundo. Yo le miré embobado, disimulando mis ansias de probar otra vez el humo como antes hacíamos. Él me miró, y al observar mi expresión, cambio la suya seria por una más divertida. — ¿Quieres? —asentí emocionado y entreabrí mis labios, esperando con ansias repetirlo. Él rió en voz baja, y antes de poderme dar cuenta, me agarró de la mandíbula y dio una calada antes de unir nuestras bocas.
— ¿No decías que no fumabas? —preguntó Wonho cuando el humo comenzó a salir de entre mis labios. Intenté, fallidamente, formar círculos de la misma forma que Jungkook solía hacerlo a veces, y luego le miré para responderle.
— Solo con Jungkook.
— Solo conmigo —recalcó él, volviéndome a estrechar a su lado, rodeando mi cintura con su brazo. Yo sonreí y asentí.
— Quizás algún día puedas enseñarme —miré a Wonho, sorprendido porque él mismo no supiera hacerlo. Podría haber jurado que todos los del grupo podían controlar el humo de los cigarros a su voluntad. De todas formas, igual que Jungkook me había enseñado a mí, yo debía devolver el gesto a otra persona. — Hoy cuando vengas a estudiar a mi casa.
— ¡Claro! —salté alegremente y choqué su mano cuando me la tendió. — Aunque quizás sea mejor que te enseñe Jungkook —inmediatamente me di cuenta de como le había llamado en público, y le miré avergonzado. Él no parecía si quiera haberse percatado. Estaba con el rostro muy serio, mirando a Wonho en silencio. — ¿pasa algo? —pregunté confundido. Wonho rió y negó, dándole otra calada a su cigarro.
— No hace falta que me enseñes, Yoongi, era una broma.
— Si quieres aprender te prometo que Ho—
— No importa —me interrumpió riendo — además, no deberíamos tener interrupciones durante el estudio. Tengo que enseñarte muchas cosas.
Asentí sonriente en el momento justo que sonó la sirena anunciando el fin del recreo. Todos tiraron sus cigarros al suelo, menos Namjoon, que lo sujetó con los labios y trepó y saltó el muro con él aún encendido. No entendía como no podía tener miedo de que le pillara algún profesor.
Jungkook y yo nos quedamos los últimos, y cuando fui a subir, noté como alguien tiraba de mí hacia abajo. Sin previo aviso, Jungkook, que aún conservaba su cigarro, le dio una última calada antes de tirarlo al suelo y estamparme contra el muro para besarme. Sí, besarme, no pasarme el humo, porque esta vez fue muy diferente.
Al principio, me quedé impactado con los ojos muy abiertos, observando como aquella sustancia se escapaba en pequeñas cantidades con cada movimiento de nuestras bocas. Luego terminé dejándome llevar, y con los ojos cerrados, me agarré de su camiseta y respondí al beso, disfrutando enteramente de él.
Presionó su pelvis contra la mía y colocó un brazo a un lado de mi cabeza, inclinándose más sobre mí si era posible. Ya no quedaba humo, y a las mismas, también empezaba a desaparecer el oxígeno de mis pulmones.
Finalmente, tras morder mi labio inferior y tenerlo entre sus dientes varios segundos, me soltó y pude respirar adecuadamente. Podía sentir como un pequeño hilo de saliva descendía por mi comisura, así que cuando conseguí mantenerme en pie sin que me temblaran las rodillas, solté la chaqueta de Jungkook y me limpié la boca con mi propia manga.
— Esto solo te lo hago a ti, recuérdalo.
Asentí al tiempo que intentaba recomponer mi pulso, y pestañeé varias veces para volver a la realidad. Me costaba bastante, porque Jungkook seguía frente a mí, igual de atractivo que siempre, y yo solo quería que me besara otra vez.
— ¿Vamos a clase? —negué de inmediato, entregándome a mis deseos más íntimos, en los cuales no estaba asistir a clase de Literatura. Jungkook rió y revolvió el pelo. — Vamos, anda. No puedes faltar.
Terminé asintiendo y lamentándome por no poder seguir con aquello que estábamos haciendo hacía tan solo unos segundos. Cuando estuvimos dentro del recinto, dirigiéndonos a nuestra clase a toda velocidad, solo me venía una duda a la cabeza.
— Jungkook.
— ¿Qué ocurre? —preguntó sonriendo tontamente. Siempre se le quedaba esa expresión cada vez que utilizaba el apodo. Quizás tenía un poder mágico. — Llegamos tarde a clase, Yoongi.
— ¿Estás seguro de que Wonho no sabe hacer eso? —me miró extrañado pero permaneció en silencio al ver que yo pretendía seguir hablando. — Es que tampoco tengo muchas ganas de enseñarle. Solo me gusta contigo.
— Wonho no necesita que le enseñes nada.
— Pero antes di-
— Wonho no necesita que le enseñes, hagas o ayudes con nada —volvió a responder con firmeza. — Si alguien te necesita, soy yo.
— ¿Me necesitas? —pregunté confundido.
— Todo el tiempo —me rodeó con el brazo y besó en la mejilla.
Quise preguntarle que a qué había venido eso, pero justamente la profesora estaba entrado en clase, y tuvimos que acelerar el paso para que no nos cerrara la puerta en la cara.
De cualquier forma, ese beso me había resultado muy bonito, y me pasé casi todo el resto de la clase acariciando la zona donde antes habían estado los labios que más me gustaban en el mundo.
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