10
Jungkook.
No estaba enfadado con ellos porque hicieran bromas al respecto. Ni siquiera estaba molesto conmigo por habérselo contado a Taehyung, sabiendo perfectamente que este se lo soltaría a todos.
Estaba totalmente cabreado por sentirme de ese modo frente a Yoongi. Era bochornoso.
— ¡Oh, vamos, no te enfades! —NamJoon me dio un suave golpe en el hombro y tendió un cigarro. Yo rodé los ojos, pero igual lo acepté y en dos segundos ya lo tenía encendido. Jamás rechazaba tabaco gratis— Solo nos estamos riendo.
— Si hay alguien a quien no tiene que hacerle gracia, es a tu novia —miré con desprecio a Taehyung, pero sus risas poco hicieron más que aumentar. El muy idiota ya estaba muy borracho para el poco tiempo que llevábamos bebiendo— ¿Cómo se tomaría Moonbyul que te has enamorado del rarito de la escuela?
— No sabía que ahora estábamos hablando de ti —le respondí con una irónica sonrisa.
Tardó varios segundos en pillarlo, pero cuando lo hizo se lanzó directo a pegarme y Wonho tuvo que sujetarlo para que no se cayera. Mientras observaba la deplorable escena, volví a insistir en lo mismo.
— ¿Y de dónde mierda sacan que me he enamorado?
— Dijiste que era adorable. Dos veces —recalcó Mark con una lata de cerveza en la mano.
— Chanyeol lo dice constantemente. Y no solo de Yoongi, de todo el jodido mundo —el aludido levantó la cabeza de su botella de ron y sonrió como si no pasara nada. Sí, iba igual o peor que Taehyung— El otro día le propuso un trío a Taehyung, con Kyungsoo.
— Pero Chanyeol es Chanyeol.
— ¡Ese soy yo! —exclamó por el fondo, levantando la botella. De un segundo a otro, se le cayó de las manos y estampó contra el pobre suelo del descampado. Todos nos quedamos en silencio e impactados, menos Kyungsoo que parecía estar planteándose mentalmente si irse en ese mismo instante a su cama y dejarnos plantados— ¿Alguien sabe retroceder el tiempo? —nos miró a todos, uno por uno. Finalmente, tras todas las negativas, se encogió de hombros y fue a abrir otra botella de las que teníamos en la bolsa.
— Lo que te decía, que Chanyeol es Chanyeol —declaró NamJoon sonriendo.
— Y yo tengo novia, no me van los raros —di otra calada al cigarro, intentando no sentirme incómodo por la mirada que todos me echaban. Por algún motivo me sentía culpable— Y ni siquiera lo dije en serio, joder. Por favor, a quién mierda le iba a parecer siquiera interesante Yoongi.
Yugyeom fue a hablar, pero le interrumpí antes de que soltase sonido alguno.
— A excepción de Chanyeol, que no tiene filtro.
— A nadie, asunto zanjado —Wonho me colocó un brazo alrededor de los hombros y tendió amigablemente una cerveza. Sonreí y se lo agradecí. Él era el único que no me molestaba con el tema de Yoongi— Ni siquiera sé por qué valoramos la posibilidad de que alguien pueda sentir algo por el loco.
— Eso —recalqué sonriendo, o al menos intentándolo. Antes de marcharse, brindamos con latas de cerveza y me dijo que si veía a Moonbyul por ahí, me daría un toque. Yo se lo agradecí y levanté el pulgar en señal de que todo estaba bien.
Pero no todo estaba bien.
Hasta ahora, Wonho era el que más equivocado estaba de todos. No me gustaba Yoongi, y mucho menos estaba enamorado, eso lo tenía en claro.
Pero sí era cierto que últimamente me resultaba bastante adorable, lo que incitaba a mi pervertida mente a pervertir cada mínima imagen que me otorgaba a lo largo del día. Y todo esto sin contar la absurda posesividad que me entraba cada vez que lo veía con el emo del instituto.
No soportaba que pasara tanto tiempo con Jimin, simplemente me era molesto.
Pensé que básicamente me molestaba que tuviera amigos, me caía demasiado mal como para verlo feliz. Era raro, demasiado inocente e ingenuo, y me irritaba y ponía muy nervioso. Obviamente no lo tenía en un pedestal, pero no era mi culpa, era suya por ser así.
Yo no era responsable de que su personalidad fuese inaguantable.
— ¡Jungkookie! —unas manos por detrás me abrazaron, y luego me taparon los ojos, aunque de poco sirvió ya que yo ya sabía quién era esa persona. Sonreí y le di una última calada a mi cigarro antes de tirarlo al suelo y pisarlo. Me giré y besé a la chica que segundos antes estaba cubriéndome los ojos. Segundos después, me apartó con una mueca de desagrado— Has fumado, apestas a tabaco.
— No he fumado, esto fumando y de hecho pasaré lo que queda de noche robándole tabaco a NamJoon —me encogí de hombros y ella hizo un mohín, cruzándose de brazos y dándome la espalda. Sabía que no le gustaba ese vicio de mí, pero por algo era un vicio, y aún si a mi novia no le gustaba, no cambiaba nada las cosas— Mira, me tomaré un chicle —me acerqué a BamBam y agarré uno de los muchos que tenía siempre en su bolsillo trasero izquierdo. En el derecho guardaba los condones— Problema solucionado.
— Tus pulmones no piensan lo mismo —respondió reacia. Aun así, cuando me acerqué a besarla, no se apartó. Sonreí y volví a hacerlo varias veces hasta que me detuvo, detalle que agradecí, pues tampoco quería dar un espectáculo delante de todos— Me encontré con Chanyeol y dijo que habías venido.
— Al final decidí pasarme un rato. Tampoco tenía nada mejor que hacer.
— ¿Mañana salimos entonces?
— ¿Mañana? ¿Con la resaca? —la miré incrédulo. Ella suspiró, dejando cualquier plan de lado. Y menos mal que lo hizo, porque mis intenciones para el domingo eran vomitar y dormir— Podemos irnos un poco antes y duermo en tu piso —por la mueca que puso supuse lo que iba a responder— ¿Están tus compañeras? —asintió y esta vez fui yo quien suspiré. Pasaría otra noche sin sexo— No entiendo por qué les caigo mal.
— Primero, porque eres un nene y piensan que me estoy aprovechando de ti, cosa en lo que coincido con ellas. Eres un nene.
— Solo me sacas dos años, no exageres.
— Nene —fruncí el ceño y ella rió, dejando un pequeño beso en mi nariz. A veces se me hacía imposible mantener una relación con ella por ello, porque me trataba como un jodido bebé. Menos cuando quería hacer cosas de adultos, claro.
— ¿Alguna razón más aparte de mi irrelevante edad?
— También piensan que eres un capullo. Y a Wheein no le gusta que fumes.
— ¡Pero si Hyejin también fuma y están saliendo!
— Por eso mismo se lo persona, porque ella le da sexo y tú no —colocó sus brazos alrededor de mi cuello y sonrió— Y más te vale que siga siendo así.
Volvimos a besarnos, luego yo bromeé sobre lo guapa que se estaba poniendo últimamente Wheein, ella me pegó en el pecho, dramaticé una muerte penosa, y volvimos a besarnos.
Una de las cosas por la que tanto me gustaba Moonbyul, era porque besaba magníficamente. Supongo que ahí está el bono de salir con alguien mayor, que tiene experiencia.
Al final pasamos un buen rato juntos, hasta que su mejor amiga la llamó al móvil, interrumpiendo otro de nuestros espectaculares besos. Maldije al móvil y a Yongsun.
Sí, antes de que descolgara, ya sabía quién iba a ser la pesada que nos interrumpió. Cuando Moonbyul colgó, el desagrado ya era protagonista en mi rostro.
— Era Sunnie —guardó el móvil en su pantalón y empezó a abrocharse el abrigo y adecentar su imagen, la cual tampoco estaba tan estropeada. Después de todo solo habían sido un par de besos, nada más— Está yendo a por su moto y me voy con ella.
— ¿Por qué no te quedas conmigo? Puedo llevarte en la mía si quieres —sonreí esperanzado a pesar de que la respuesta iba a ser no. Ah, y sí, yo también tenía una moto. Me la compré básicamente porque estaba celoso de que Moonbyul hablara siempre sobre lo que molaba de la moto de su mejor amiga. Lo peor de todo es que aun así, lo hace— Ni en broma, has bebido. Y espero que tú tampoco te montes.
— Tampoco he bebido tanto.
— Un poco ya es mucho si quieres conducir.
— Como digas, esperaré a que me baje —la ayudé a coger sus cosas y anduve a su lado hasta el punto donde se iba a encontrar con su amiga— ¿Te va a dejar en tu casa? —pregunté cuando ya hubimos llegado al extremo de la carretera y la castaña no aparecía por ningún lado.
— No, vamos a su casa. Duermo ahí.
— ¿Ahí? —Moonbyul rodó los ojos, como si estuviera exagerando, como si no tuviera importancia. Pero ni estaba exagerando, y sí tenía importancia— Te va a violar.
— Es mi amiga, Jungkook. Por dios.
— Está colada por ti y tú te vas a dormir a su jodida casa. Por dios, Moonbyul —declaré lo último con su mismo tono.
— No está colada por mí. Somos amigas.
— ¿Pero has visto cómo te mira?
— Como amigas.
— ¿Y cómo me mira a mí?
— Como que le caes horrible —fui a decir algo pero me interrumpió colocando un dedo sobre mis labios— Porque al igual que Wheein, piensa que eres un capullo. No son celos.
— Lo son, solo que tú no quieres darte cuenta.
— ¡Anda, mira, por ahí viene! —rodé los ojos por su para nada disimulada o sana forma de zanjar el tema. Levantó la mano y empezó a agitarla para llamar la atención e la moto roja que se acercaba por lo lejos— ¿No te encanta su moto?
— No, prefiero la mía —ni siquiera escuchó mi respuesta. Le pasaba siempre lo mismo, se hipnotizaba con su mejor amiga. Luego siempre me negaba a sentir algo por ella, me negaba cualquier posibilidad que la sacara de su heterosexualidad, pero sus actos se contradecían con sus palabras— Llámame cuando llegues a casa.
— Llámame tú cuando llegues a la tuya mejor —me dio un beso en los labios e hizo una adorable mueca para que yo sonriera. Y lo consiguió por al menos tres segundos, ya que cuando vi cómo se marchaba agarrada de la morena, de nuevo mi cara de asco hizo aparición.
Volví a donde estaba mi grupo de amigos y agarré la primera botella de alcohol que encontré. Ya me había cansado de cerveza, y además no tenía ninguna intención de volver a casa esa noche. Era mucho mejor pasarla bebiendo y caer inconsciente sobre el césped, que volver a casa sobrio y ponerse a pensar.
Todos los demás del grupo parecían estar pensando lo mismo, ya que en mi breve ausencia las botellas habían disminuido considerablemente, y su borrachera aumentado.
Kyungsoo parecía el único sobrio, cosa que no me extrañaba ya que nunca bebía. Estaba apoyado sobre unos tubos de cemento, grabando una graciosa y chapucera batalla de rap que estaban protagonizando NamJoon y Chanyeol.
Me uní al grupo de NamJoon, tambaleando la botella de alcohol y mis pasos mientras lo acompañaba. Pero no importaba, nada importaba porque todos íbamos borrachos y ni el más mínimo detalle era juzgado.
Luego me puse a bailar y bebe a la vez con Taehyung. Todo era gracioso, no paraba de moverme, reírme y rapear cosas al azar.
Era tan divertido que ni siquiera reaccioné cuando Jimin y Yoongi aparecieron al otro lado del parque, acercándose a nosotros. Taehyung en cambio se quedó pasamado mirando al pelinegro.
— ¿Ese es Jimin?
— Sí, parece el emo —afiné la vista, entrecerrando los ojos y apoyando un brazo sobre el hombro de Taehyung para mantener el equilibrio— Y sí, el otro definitivamente es Yoongi.
Nos quedamos de pie, viendo cómo se acercaban, y en mi caso bebiendo de la casi vacía botella de alcohol. Obviamente no me la había terminado yo solo, pero al menos tres cuartas partes cargaban a mi mérito. Acabé con el último trago y le di la botella vacía a Taehyung, quien tras agarrarla y observarla, la tiró al suelo.
No me sorprendió ver a Yoongi recogiéndola y acercándose a tirarla a unos contenedores segundos después, cuando estuvieron frente a nosotros.
Taehyung y Jimin se quedaron varios segundos mirándose, este primero con una sonrisa de suficiencia en el rostro que conseguía irritarme hasta a mí. Solo había que ver la cara de Jimin para saber que no había venido por él.
— ¿Han visto a mi hermano?
— ¿Me echabas de menos, Jiminnie? —Taehyung preguntó, ignorando la pregunta que le habían hecho. El menor de todos suspiró, le echó a un lado y esta vez se dirigió a mí.
— ¿Lo han visto o no?
— Puedes preguntarle a NamJoon. En caso de que tu hermano haya estado aquí, él lo sabrá.
— ¿NamJoon? —echó un vistazo a mi grupo de amigos que ahora se dedicaban a subirse unos encima de otros. Reí y asentí, señalando al más alto del grupo— Ah, ya le veo —suspiró y se giró hacia Yoongi, quien llevaba toda la conversación medio escondido tras su espalda.
Cuando me miró, sonreí y le saludé. Él se asustó y apartó la vista de inmediato, cubriéndose más con el pelinegro. Por ese tipo de cosas me parecía incontrolablemente adorable.
— Espérame aquí, ya vuelvo —dijo Jimin.
— ¿No voy contigo?
— Allí la concentración de idiotas es mayor —le dio unas palmaditas en la cabeza y yo solté un bufido. Por algún motivo me molestaba que le tocase. Ambos se giraron hacia mí y Jimin tras mirarme con extrañeza, señaló un lugar a lo lejos junto a un árbol— Mejor espérame ahí. Y tú, Taehyung, deja de hacerme fotos.
— ¿Te tomas una conmigo? —Taehyung de nuevo ignorando las negativas de Jimin. Llegaba a ser incluso tierno, al menos desde mi punto de vista. Seguro que en la mente del menor solo cabía la idea de matarle— ¡Eh, Jiminnie, no te vayas! ¡Espera!
Y de esa forma fue como me quedé solo, aunque tampoco duró mucho.
Fue ver cómo Yoongi se alejaba al lugar que le habían indicado, y seguirlo sin pensarlo dos veces. Cuando me senté a su lado, sobre el césped, él se alejó otro par de centímetros. Fruncí el ceño y volví a acercarme, esta vez colocando una mano en su muslo para que no se moviera de nuevo.
— ¿Quieres algo? —preguntó con extrañeza. Sonreí y negué, disfrutando de esa inocencia suya que tanto me gustaba.
— ¿Y tú?
— Tampoco —empezó a distraerse jugando con el extremo del jersey que llevaba puesto. Era la primera vez que le veía sin el uniforme, y a decir verdad, se veía muy bien. Incluso esos pantalones vaqueros que llevaba, parecían mostrar sus piernas más bonitas que de costumbre— Jungkook —me llamó y yo levanté la vista, aún sin quitar mi mano de su muslo— ¿Estás borracho?
— No tanto —seguí pendiente de su imagen. No sabía si era por el alcohol, la nueva vestimenta o el pequeño enfado con Moonbyul, pero en ese momento el castaño se me hacía extremadamente irresistible— ¿Qué hacías con Jimin?
— Un amigo de su hermano nos llamó para que viniéramos a recogerle. Creo que Jin hyung ha bebido mucho.
— ¿Y? —ladeó la cabeza y frunció el ceño sin comprender— Eso no responde a mi pregunta.
— Ah, estaba en su casa porque iba a quedarme a dormir con él.
— ¿Por qué? —quizá soné más brusco de lo que quería, pero es que el tono me salió solo. Yoongi me miró con los ojos muy abiertos y volvió a bajar la vista, devolviendo esa aura de timidez a su persona.
— Me invitó y pensé que sería divertido... además así mi hermana tendría la casa libre para irse con una amiga y yo no la molestaría, supongo... —me acerqué unos centímetros, sosteniendo su rostro para que no lo apartase. Junté sus mofletes, haciendo que sus labios se asimilaran a los de un pez, y sonreí— ¿Q-Qué hacef? Tus migoz te an a ved.
— Eres malditamente adorable —declaré sin escuchar lo que estaba diciendo— No soporto que seas tierno, me gusta demasiado.
Yoongi no dijo nada.
— Tú no puedes gustarme.
No estaba seguro de sí él estaba comprendiendo lo que yo decía o solo me miraba de esa forma para que lo soltara. De cualquier manera, tampoco estaba dándole a él la explicación, más bien era para mí mismo.
Suspiré y solté el agarre, devolviendo los mofletes a su posición natural. Yoongi empezó a masajeárselos disimuladamente y yo sonreí.
— ¿Me consideras tu amigo, Yoongi?
— No lo sé —se encogió de hombros y apartó la mirada— ¿Y yo el tuyo?
— No —ni tuve que pensarlo.
Era la respuesta más clara que aparecía en mi mente. Poco me importaba su reacción, así que tampoco me molesté no poderla ver porque tenía el rostro agachado. Inconscientemente acerqué mi mano para acariciárselo, pero para mi sorpresa, se apartó bruscamente.
Le miré impactado y él mostró una pequeña sonrisa.
— ¿Pasa algo? —pregunté desconcertado.
— No, nada, perdona —se puso en pie y yo me quedé mirándole desde abajo, apreciando lo atractivo que realmente era. No podía dejar de lamentarme porque fuera tan raro e inaguantable— Me voy con Jimin.
— ¡No, espera! —fui a agarrarle de la manga, pero fingió no oírme y tras soltarse, se despidió sonriendo y se fue corriendo.
Minutos más tarde me despertó Taehyung, sentándose a mi lado y lamentándose por lo desgraciado que se sentía cada vez que estaba con el pelinegro.
Por algún motivo, mientras escuchaba sus lloriqueos, no pude evitar pensar en Yoongi. Tampoco importó, pues la resaca se encargó de limpiar el recuerdo de cada pequeño momento que pasamos esa noche.
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