Interludio

Advertencia: este episodio es corto y algo sad, traed cajas de pañuelos bajo tu propio riesgo (Bueno, tampoco es taaaaaaan sad, solo esperen a ver lo que se viene) Con esto aclarado, que disfruten. 

¿Por qué? No recuerdo la última noche en que pude dormir con tranquilidad. Una a una las pesadillas y recuerdos amargos que aparecían de imprevisto en mi cabeza, y eso que me había esforzado tanto en ignorarlos y seguir así como si nada.

Mire a Enyaba, esta mujer me miraba de cada en tanto y cuando volteaba las vista hacia ella cerraba los ojos. Abecés susurraba cosas que no podía entender por completo, pero las palabras "Amo" "Dio" "No puedo creerlo" destacaban más que otros pequeños murmullos.

Por más que tratara de sacarle algo de información, no conseguía nada y el viejo me decía que lo olvidara por el momento, que no servirían las preguntas y que él se encargaría del interrogatorio.

Tengo un mal presentimiento pensaba o decía, pero simplemente no parecia querer escucharme. –No te preocupes– Sigue diciéndome una y otra vez. –Descansa un poco– Repetía cada tanto al ver que no pegaba ojo, al contrario que el reto de hombres quienes dormían pacíficamente.

No quería dormir, no quería seguir recordando todo eso y que me sintiera igual. Ahogada, sola, fría. . .Simplemente me aterraba cerrar los ojos. Ahora otros recuerdos se sumaban a mi cabeza, atormentándome siempre que podían. Dante muero, mi madre destripada, la incógnita de donde se encuentran mis hermanas, si están a salvo o vivas.

Tal vez los aburra por aquella manera de pensar, muy diferente a la que usualmente están acostumbrados de mi parte. Aquellas risas, comentarios ingeniosos o pervertidos que tanto me gustan hacer. No puedo, no me siento con las fuerzas para pensar en ese, la tristeza que estoy sintiendo al recordar cada uno de los suceso, al pensar que me depara el futuro; aterra.

El cielo estrellado con una luna menguante alumbrando débilmente el camino me recuerda que tal vez, no estoy sola, pero ¿Qué puedo hacer? No conozco a nadie de aquí, ni siquiera a él. Ya no somos aquellos pequeños que jugaban sin preocuparse por nada, que esperaban el mañana con una sonrisa e ilusión.

¿Crecer? Simplemente una mierda.

"¿Qué sucede?" Pregunto el viejo colocando una de sus manos en mi cabello, acariciando y despanándolo un poco con un gesto repleto de cariño. "Has estado rara desde que salimos desde ese pueblo fantasma. . . ¿Quieres hablar de algo?"

"Estoy bien." Que horrible mentira. Con tantas cosas que me han pasado en tan poco tiempo, este viaje se ha vuelto una verdadera pesadillas. "Extraño mucho a Avdol." Confesé un poco avergonzada de mi misma, aquel anciano me estaba ofreciendo su ayuda y apoyo, pero no podía aceptarlo.

"Eres una Ludenberg en toda regla." Comento con sorna. Dejo de mirar el camino por un momento para mirarme a mí, aquellos ojos morados relucían de una felicidad y esperanza casi aniñada. "Tu abuela era igual, y su madre antes que ella. A ustedes jamás le gustó hablar de sus problemas, y yo como un idiota jamás le pregunte; es algo de lo que me arrepiento. Después de todo, tu abuela fue una de mis maestras, ella me enseñó a ser un poquito paciente, y por más que a veces la veía llorando por tu abuelo, nunca pude pedirle perdón por haberlo. . . Lo siento, no debería hablar sobre esto." Parecia que un golpe de nostalgia le había hecho llorar un poco. Se limpió los ojos lo más rápido que pudo y volvió a sonreír como siempre.

"Parece que no soy la única que se guarda las cosas." Respondí con ironía, un tono que solo solía usar cuando de una broma se trataba.

"Somos un par de idiotas ¿No crees?" No pude evitar soltar una risa melancólica, al igual que él. Miramos al frente una vez más, el frio de la noche era acogedor para mí, sentía como calva mis huesos y erizaba mi piel. Para lo que algunos es desagradable a mí me encantaba, más si se contratacaba con el calor de otro cuerpo humano. "Ellos también lo notan." Soltó al aire después de un par de minutos en un incómodo silencio.

"Lo menos que quería hacer era preocuparlos." Confieso de una vez, diciendo toda la verdad desde el fondo de mi corazón.

"¿Te arrepientes de haber venido en un inicio?" Pregunto, con la cabeza gacha llena de culpa. Él me había solicitado personalmente para esta misión, no como una integrante de la mafia ni nada parecido, más bien como una amiga. Me necesitaba, era lo suficientemente fuerte como para acabar con Dio yo sola, además que había una gran posibilidad de que Jotaro aceptara más si yo estaba incluida en el paquete. ¿Por qué la habría? Recuerdo que pensé mientras volábamos a Japón. No nos hemos visto en años ¿Por qué habría de extrañarme? Porque tú también lo extrañas contrataco mi mente ante aquel argumento.

"No. Tal vez. . .No lo sé Joseph." Respondí en un tono bajo al ver que el de la gorra se había movido un poco en uno de sus sueños, o simplemente para acomodarse. "Si no hubiera venido, todo hubiera sido diferente; no habría locos asesinos de la mafia que los persiguieran a ustedes, tal vez hubiera podido salvar a mi familia, aquel chico no hubiera arruinado su vida." Y con un dedo pulgar apunte para atrás.

El viejo miro de reojo a quien me refería, encontrándose con una cereza que dormía algo despatarrado, con la boca abierta y sobre el hombro de su amigo azabache. "¿Kakyoin? ¿Por qué la arruino?" Pregunto completamente confundido.

"Primero; se embarcó en una misión suicida con un grupo de desconocidos que lo conformaban, un adolecente rebelde con problemas de ira y la ley, un viejo demasiado energético para su edad, un egipcio demasiado misterioso y una enana mafiosa con grandes atributos. Segundo; se enamoró de esa enana. ¿Tú sabes cómo quedo Caesar? y también conociste a Dana ¿Qué crees que va a pasar cuando sepa que no puedo corresponder a sus sentimientos?" Ante aquella descripción y explicación el viejo quedo con la boca por el piso y los ojos abiertos como platos. Pero lo que más le sorprendió eran aquellas pequeñas lágrimas que se le iban formando en aquellos ojos verdes. "Y aunque si me enamorara de él, ¿Qué puedo ofrecerle? Soy una prostituta Joseph, una mujer que seduce hombres o mujeres, mato o distorsiono con tal de conseguir lo que necesito; información, dinero, un disco, lo que sea. No termine la secundaria, no tengo carrera, y si estuviera conmigo podría morir de una balazo en medio de la frente. Me violaron, me han abierto para quitarme los órganos y venderlos en el mercado negro sabiendo que volverían a crecer, me golpearon, escupieron y me desearon estar muerta millones de veces ¿Crees que alguien como él se merece algo como yo? ¡Me avergüenza mostrar la cara en público! Me avergüenza pensar que podre ser feliz, me avergüenza ir y venir con una sonrisa en el rostro que sé que no merezco. Me avergüenza haberme enamorado de Jotaro. De haber pensado que algún día podría tener hijo, que alguna vez seria veterinaria o alguna de esas cosas. Mate, engañe, aceche y más cosas que no quiero nombrar ni recordar porque me avergüenza." Sin duda alguna él no sabía que decir, nunca había pensado en la posibilidad de que ella se abriera a el de esta manera; mucho menos que le contara cada una de las cosas que el desconocía (y seguía sin conocer) de aquella risueña chica.

"Yo. . ." pero por más que quiso no supo que decir, la conversación había acabado ahí. Joseph, a veces la acción más pequeña de afecto vale más que millones de palabra, o eso creo yo aquel recuerdo fugaz atravesó su mente, aquella palabras le hicieron recordar, le hicieron saber exactamente que debía hacer.

"¿Pero qué demonios?" Pregunte en cuanto vi que el carruaje se había detenido por completo, el caballo que tiraba de este aprovecho para beber un poco de agua cerca de un arroyo que pasaba junto a nosotros. Mire hacia la reacción de aquel hombre que sostenía las riendas, pero antes de formular cualquier palabra unos brazos salieron de la oscuridad y rodearon mi cuerpo, cubriéndolo con un extraño calor.

"Lo siento, lo siento tanto." Aquellas palabras habían salido con dificultad, no era normal en él, caerse así as pedazo y llorar un poco no era normal en aquel hombre tan energético y risueño. "No pude hacerlo, no pude cuidar a ninguna. _______(Camelia), perdón, lo lamento tanto. Por más que te dije que estaba para ti, nunca note lo que sufrías." No fueron necesarias más palabras.

Una mano fue apoyada en la cabeza de aquel anciano, mientras subía y bajaba con una caricia llena de afecto. "(Es un idiota)." Pensé tratando de retener todas aquellas lágrimas que amenazaban con salir.

A simple vista una persona que nos viera pensaría que era yo la que estaba conteniéndolo a él, aunque era todo lo contrario. En silencio caían unas lágrimas de años de tristeza, rodeado mis rosadas mejillas hasta caer con tranquilidad en el hombro de aquel hombre que lloraba un poco, seguramente desquitándose más años de culpa de los que yo podría haber vivido.

No lo había notado, él nos miraba sin decir nada, pero había escuchado cada una de mis palabras y visto aquella penosa situación que tenía con su abuelo consolándome.

Tal vez lo preocupe tanto que no pudo dormir, tal vez despertó por mi culpa pero una cosa estaba segura, me miraba, directamente otra vez de su gorra. Aquellos ojos agua marina me miraban fijamente como tantas veces lo habían hecho en el pasado, con la diferencia del calor que me trasmitía aquella mirada. Era como si su alma se hubiera separado de su cuerpo y me hubiera abrazado, envolviéndome con su calor. Aquellos ojos estrujaron mi corazón, sacando a fuero cada gota de sufrimiento que había estado guardando por tanto tiempo, con aquella mirada no pude evitar sollozar a mares mientras mi cuerpo entero se desplomaba.

Exhausta, con los ojos hinchados logre dormir por el resto de la pacifica noche salpicada en estrellas, y por un momento antes de cerrar los ojos por completo los sentí a ellos dos.

Mi madre me estaba abrazando como aquel día hace ya tanto tiempo, aquel día en que había caído al rio en medio de una tormenta, aquel día que me internaron en el hospital con tan solo cuatro años de edad, aquel día que conocí a mi verdadero padre; a mi héroe y salvador.

Él también estaba en aquel extraño abrazo, rodeándome con su cuerpo. Diciendo algo que no logre escuchar pero sabiendo perfectamente lo que quiso decir "Adiós, mi princesa." Aquel apodo me había hecho llorar en sueños otra vez, no me llamaba así desde hace años, pero a diferencia de antes mis lágrimas no eran de tristeza y finalmente pude dormir bien.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------

Pero había alguien en Egipto que no podía hacerlo, ver aquella horrible vida; todo aquel sufrimiento por parte de uno de sus descendientes lo lleno de ira, terror y sufrimiento. Por más que su máscara tranquila siguiera en su sitio, aquellos estrechos lazos familiares le permitían sentir lo mismo.

"Te salvare, ________(Camelia), te salvare en nombre de ella."

---------------------------------------------------------------------------------------------------------

"Siendo sincero no me gusta nada." Dijo el viejo en un tono bajo mientras trataba de pelear contra el sueño para no dejar solo por completo a su nieto, quien dirigía las correas del caballo. "Su cabello acaba de cambiar de color casi por completo." Miro a su nieto, con solo un ojo mientras que el otro era presa del cansancio. "No sé qué pasara cuando se vuelva completamente rubio, pero realmente acaba de cambiar drásticamente. Se nos acaba el tiempo Jotaro." Entre pausas termino de hablar, para luego caer rendido ante el acogedor sueño que lo perseguía.

"No dejare que eso pase." Fueron las últimas palabras que escucho el viejo por parte de su nieto. "No dejare que vuelvan a separarla de mi lado."

Mientras tanto una mujer en las lejanías iba caminando, confundida por medio del desierto. "¿Y. . .yo. . .? ¿Cómo fue que llegue aquí?. . . ¿Me abre perdido?. . . .Buenoooo. . . . Mejor voy para adelante, a ver qué pasa." Y con aquellas palabras volvió a retomar un sendero imaginario que no sabía muy bien a donde se dirigía, aunque realmente no le importaba mucho, tal vez porque era demasiado floja para preocuparse. ". . .________(Camelia), parece que puede dormir mejor. . . ¿Eso es bueno?. . .Si, creo que sí."

Chan chan chaaaaaan~

¿Qué les pareció el interludio?

Una pregunta más ¿Les molesta que la historia se haya puesto algo seria? Es que a mi parecer le da un toque más profundo, no solo a las relaciones de los personajes entre sí, sino en el contexto de la historia también.

Además~ La transformación de _______ o Camelia está a punto de llegar a su fin ¿Cuál será el detonante para que se una al lado oscuro? ¿Su voluntad será lo suficientemente fuerte para rechazar la sangre de los Brando's que corre por ella? ¿Qué querra DIO en realidad? ¿Quién era ese personaje medo drogado que apareció en lo ultimo?

Todo eso y mas en:

Jojo's Bizarre Adventure – Mirando mi "estrella" favorita (Jotaro x lector)

Eso sería todo amigos ; )

Los amo etc, etc. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top