Título: Conjeturas.
Palabras: 980.
Aviso: Uso innecesario de mayúsculas al final del relato.

(Nombre) rascó su mejilla, recostando su cabeza entre sus brazos al darse cuenta que si continuaba de esa manera estallaría en mil pedazos, mientras que al otro extremo de la sala, se encontraba su mejor amiga negando y suspirando resignada, creyendo que tal vez aquello era una lejana imposibilidad.

—Juro que si vuelvo a escuchar el mismo tema te amarraré y te llevaré arrastrada si es necesario, para que por fin decidas confesar tu amor —exclamó, exaltada. La menor sabía que ella estaba hablando muy en serio y que lo mejor sería no tentar la suerte.

—Ya te dije que es absurdo, jamás se fijará en mí, por Dios. Soy una simple muchacha de la misma edad de Hawks —contestó, haciendo girar la silla de su oficina y admirando los edificios a través del ventanal—, a quien de por sí ve como un crío, por consiguiente yo también estoy incluida en ese paquete.

—No, querida, es que eres terca y no es fácil hacerte entrar en razón. Primero llueve hacia arriba a que tú hagas caso a uno de mis consejos.

La de voluminosos cabellos negros asintió, dándole a entender que jamás osaría a ejecutar ese paso. Bien podía ser un suicidio metafórico, porque sinceramente no deseaba lidiar con más complicaciones en su ya ocupada vida y añadirle el drama de su extraño, pero honesto, enamoramiento dirigido al flamante hombre que se adueñaba de sus pensamientos. Le sonaba tan cliché que le daba arcadas, sin embargo, no había forma de esquivar o erradicar las mariposas revoloteando en su estómago, así que se tragaba todo lo que experimentaba.

—¡Oh, vamos! Eres ardiente, preciosa, inteligente y estás avanzando rápidamente en la lista de los diez héroes profesionales más populares. ¿Eso ya no es suficiente? Ah, olvidé destacar que eres súper tierna y dulce con él, ese hombre no es de hielo como para no enternecerse —animó Dark Siren, enviándole una corriente que le hizo brincar en su asiento y fruncir el ceño.

—Es Endeavor, quien tiene cuatro hijos, no un hombre común y corriente —recordó, haciendo énfasis en la cantidad de herederos que tenía. Porque sí, Enji no había perdido el tiempo.

—¿Cuatro? Pensé que eran tres, bueno, en fin —divagó la tez pálida, acercándose para sacarla de ese aburrido lugar por la fuerza y lograr aunque sea un movimiento coqueto con el pelirrojo—. Espero que le sobre energía, ya sabes, porque con lo caliente que es, yo le pediría que me diera toda la no...

—¡Griss, basta! —gritó la fémina abochornada, los pómulos teñidos de bermellón y su particularidad manifestándose al atraer los folios.

—Está bien, pero promete que vas a hacer el esfuerzo de conquistarlo con tus encantos y después trazarás un malévolo plan para juntarme con el pollo —dijo, moviendo las cejas en gesto sugerente y una seña obscena con los dedos.

—Comienzo a creer que solo me estás utilizando...

—Nah, solo aprovecho el bug.

En el hogar de apariencia tradicional y reservado, se hallaban los hermanos Todoroki, los cuales se habían reunido con el propósito de discutir un asunto bastante particular. Shoto no estaba muy entusiasmado, pero aún así decidió asistir por Fuyumi qué hizo gran énfasis en su extañeza al mencionar que Enji, últimamente, actuaba... demasiado raro y no tenía nada que ver con el hecho de ser una buena figura paternal, sino de lo dócil, atento, distraído e inclusive risueño. Mientras que Natsuo se golpeó la frente con la palma de la mano, un tanto desconcertado, por los escasos detalles que la mujer les dio vía telefónica.

Ella sonrió, colocando un plato de pastel a cada uno y aclarándose la garganta, siendo evidente fanática del suspenso. Deslizando un mechón blanquecino detrás de su oreja, supuso que era el momento indicado para contarles lo que había observado.

—Creo que papá está enamorado de alguien —la oración cayó estrepitosamente en la mesa, dando paso a más preguntas que respuestas.

—¿Estamos hablando de la misma persona? —bufó el varón mayor, frunciendo el ceño por unos segundos — Si ubicas que no debe tener sentimientos, ¿no?

—Ni Hitler se atrevió a tanto —añadió el bicolor, manteniendo su flemático semblante.

—¡Oh, vamos! Estoy tratando comentarles algo de suma importancia y les parece que es mejor bromear —se quejó, golpeando la superficie de madera con el puño. A pesar de que su intención era verse ruda, parecía más un tierno gato haciendo berrinche—. Además, tengo pruebas reales.

Shoto respiró hondo, sabiendo que esa conversación se prolongaría hasta que ella de una forma u otra les creyera, por su parte el contrario volteaba los ojos con mofa. Era absurdo, pero la certeza que brillaba en los orbes ajenos le decían que tal vez, eso era verdadero y si que podía valer una ridícula fortuna presenciarlo, porque rayaba en lo insólito.

—Adelante, cuéntanos cuáles son esas señales que has estado notando y depende ello, te daré la razón —contestó, quien fue secundado por el menor de la estancia.

—¿Decirles? No, no. ¡Se los enseñaré! Y verán que no me estoy creando películas mentales —afirmó, emocionada. Los muchachos casi vieron como saltaban corazones de sus cuencas.

Sin embargo, antes de que buscara los súper disfraces para el intensivo espionaje, un sonido captó la atención de ambos hermanos mayores. Concentrándose en el rostro del adolescente ya que parecía desconectado de la realidad, como si estuviese atando los cabales sueltos y formulando una teoría que quizás le otorgaba veracidad a los argumentos de la fémina. Aunque una mueca de desagrado se tiñó en la armonía de sus facciones al hacerse la idea del adulto suspirando y babeando por una mujer, que si era la misma que pensaba, se daba el lujo de recalcar que era preciosa.

—Tiene sentido lo que estás diciendo... —puntualizó, divagando por unos breves instantes y reincorporándose en su lugar— y si es así, conozco a la... chica.

—¿ACASO EL VIEJO ESTÁ SALIENDO CON UNA JOVENCITA?

Buena manera de comenzar ésta historia (?