Capítulo 14

Stiven

El llegar a casa y no encontrar a Nicole por ahí revoloteando me tomo por sorpresa, deje mis cosas en el sofá y camine por toda la casa en busca de ella, finalmente la encontré dentro de nuestra habitación.

Se encontraba completamente dormida, lo suficiente como para no darse cuenta de mi presencial. Suavemente me recosté a su lado y atraje su cuerpo hasta mi con gran facilidad, la escuche suspirar y puedo jurar qué abrió sus ojos.

- Aspire el dulce aroma de su cabello. - ¿Te sientes bien?. - Susurré acariciando suavemente su brazo expuesto.

- Si. - Respondió con su voz aún adormilada.

- ¿Entonces que haces acostada desde tan temprano?. - Volví a preguntar. Esta vez Nicole se removió un poco, dándome a entender que se iba a girar así que me aleje dándole el espacio suficiente para hacerlo.

- Es que, me sentí un poco mal - Respondió mirándome.

- ¿Quieres que vayamos al doctor?. - Pregunté.

- No. - Negó, sonrió suavemente. - Ya me siento mejor.

A pesar de que trate de creerle, algo me decía que estaba mintiéndome. Quizás haya sido porque durante todos estos días jamás luego de regresar del trabajo la había encontrado acostada en nuestra cama o porque sus ojos claramente enrojecidos e hinchados me daban pequeñas señales de que había estado llorando.

Sin embargo, simplemente me límite a asentir.

- ¿Ya tomaste tus medicinas para el dolor?. - Indague de nuevo, sin apartar un solo segundo mi vista de ella.

- Si. - Respondió de forma cortante.

- ¿Sucede algo?. - Me atreví a preguntar. Ella solo apartó su mirada y giró un poco su cuerpo para quedar boca arriba. Su mirada se fijo en el techo. - Sabes que puedes contarme lo que sea. - Insistí.

- No es nada. - Negó de nuevo.

- Bien. - Respondí no muy convencido, sin embargo, no desee presionarla. Cuando estuviera lista me lo diría. - ¿Escuchaste la canción?. - Pregunté, tratando de cambiar de tema.

- Si. - Claramente, esta no era la reacción que esperaba. - Es buena, será un gran éxito. - Giró su rostro suavemente para mirarme, me sonrió dulcemente. - Eres un muy buen cantante.

Definitivamente, esa no era la reacción que esperaba por su parte. ¿Acaso no le había gustado la canción?.

- Nicole, ¿Que pasa?. - Insistí de nuevo, cansado de su indiferencia. - Y no digas que nada, se perfectamente te que pasa algo.

- No es importante. - Susurró.

- Nicole. - Aseveré.

- No solo escuche tu canción. - Finalmente habló, con la intención de confesar que estaba pasandole. - Vi también el video.

Gracias a la mención del video fue que comprendí su actitud durante todo este tiempo. Desde el momento en que realizamos las grabaciones de este, supe que quizás seria un detonante para una discusión con Nicole, sin embargo debía seguir los caprichos de mi manager, quien durante todo el tiempo mencionó la importancia de mantener la sensualidad y estética del video.

- Amor, eso no es nada. - Acaricié nuevamente su brazo. - Es solo un video.

- ¿Paso algo entre ustedes?.

Aquella pregunta más que sorprenderme, me ofendió.

¿Como podía dudar de mi fidelidad hacia ella?, me había encargado de hacerle saber durante todo este tiempo que la amo como a nadie en el mundo y el hecho de estar comenzando una discusión por esto me parece realmente estúpido.

- Claro que no. - Negué inmediatamente. - ¿Por qué piensas eso?.

- Es que...se veían bastante cercanos. - Hizo una pausa. - No se... solo lo pensé.

- No se que me sorprende más. - Hablé completamente indignado. - Que dudes de mi o que pienses que puedo engañarte con la primera mujer que se me atraviesa.

Traté de levantarme, pero ella en un acto rápido tomo mi mano deteniendome.

- Perdóname yo... - Su voz se quebró al hablar de nuevo. Me volví a mirarla, sus ojos se encontraban levemente cristalinos.

- Es solo un maldito video, Nicole. - La interrumpí, sintiendome completamente dolido, aparté mi mano de su agarré. - El video musical, de una canción que es para ti.

- Lo se, es solo que yo...

- ¿Tu que?. - Cruce mis brazos frente a mi pecho, sintiéndome completamente enojado. - ¿No confías en mi? ¿Tan hijo de puta he sido que crees que puedo engañarte?.

- No, yo...Yo soy el problema. - Volvió a hablar. Fruncí mi ceño sin comprender a que se refería. Nicole suspiró y continuó hablando. - Entendería perfectamente que en algún momento tu decidas cambiar tu decisión sobre nosotros.

- ¿De que hablas?. - Pregunté confundido.

- Hablo de que ya no soy como ellas. - Dijo despacio. - Ya no soy como la mujer de tu video, mis curvas, mi trasero abultado, mi cabello abundante y brillante, mis labios gruesos e incluso el bonito color mi piel desapareció.

¿De que mierda estaba hablando?.

- Jamás volveré a ser la Nicoleque conocistehace tiempo atrás. - Continuó. - Ahora, cada vez que me mires, vas a encontrarte con una mujer enferma, delgada, sin un atisbo de vida en su rostro. - Su voz se entrecortó. - Jamás volveré a ser esa Nicole llena de vida que conociste.

Ahí iba de nuevo, sintiendo inferior por todo lo que estaba pasándole, por todo lo que su cuerpo estaba pasando a causa de su enfermedad. Había cambiado, si, pero eso no me haría cambiar mi decisión de estar con ella.

- No pienses que voy a llegar a entrometerme, si alguna vez decides dejarme por otra mujer.

- Nicole, no te hagas esto. - Pedí acercándome de nuevo a ella. - ¿Que debo hacer para que entiendas que eres la única mujer por la que me muero?. - Tome su rostro en mis manos y con mis pulgares acaricié sus mejillas. - Me muero de amor por ti, me derrito con tu dulzura. - Confesé. - Si, tu cuerpo a cambiado, quizás no seas la misma Nicole de antes. Pero para mi, sigues siendo perfecta. - La miré directamente a los ojos, sus lágrimas habían comenzado a derramarse. - Mientras tu existas Nicole, no habrá espacio para ninguna otra mujer en mi vida.

- ¿Así tenga que utilizar pelucas?. - Preguntó con apenas un hilo de voz. - Y tal vez debas visitarme en un hospital.

- No me importa. - Confesé. - Iría hasta el fin del mundo, solo si eso significa que puedo tenerte a mi lado.

- Perdóname. - Agachó su mirada. - Lo he jodido todo, ¿Verdad?.

- Amo, no. - Negué. - Necesito que dejes de pensar todas esas cosas, que dejes de hacerte daño a ti misma con esto. - Levante con delicadeza su rostro y suavemente bese sus labios. - Por favor, no sobrepienses tanto este tema, te amo, me siento el hombre más afortunado por tenerte a mi lado.

- Pero...

- La interrumpí. - Ningún pero, luche mucho para tenerte de nuevo aquí. No voy a permitir que me abandones de nuevo por una estupidez.

Nicole se mantuvo en silencio, observandome, con su mirada llena de amor y miles de sentimientos. Antes de que pueda responder algo, junto nuestros labios.

Esta vez la bese con mucha más pasión, con rapidez y de forma intensa, ella jadeo sobre mi boca ante la sorpresa, con cuidado termine de recostarla sobre la cama, manteniendo mi boca sobre la suya, devorandola por completo.

Nicole simplemente recibía mis besos, tratando de seguirme el ritmo. Un calor inexplicable invade mi cuerpo al sentir sus dientes morder y jalar mi labio inferior, con suavidad paso su manos por mi pecho y continuó bajando hasta llegar a mi pantalón.

Me separe un poco de ella, permitiendole deshacerse de mi jean. Con una sonrisa amplia bajo mi jean y mi bóxer juntos, liberando de inmediato mi miembro erecto.

- Esto está mal. - Susurré mirándola, mi voz completamente ronca. - Aún estas adolorida por las...

- Nicole puso su dedo sobre mis labios. - No decidas por mi. Estoy perfecta.

Sus dedos rozaron mi miembro, con lentitud y bastante seguridad mientras me miraba fijamente a los ojos.

- Vas a enloquecerme, amor. - Susurré.

- Apenas estoy empezando. - Sonrió de forma provocadora.

Nicole en un acto rápido, baja su pijama junto con su ropa interior de encaje, dejando a mi vista su zona bien depilada. Humecte mis labios con un poco de saliva ante su exhibición, deseoso de probarla, de hundirme dentro de ella, hacerla gritar mi nombre.

Sin embargo en sus intenciones no estaba permitirme probarla. Con sutileza tomo mi miembro y lo apretó contra su hendidura húmeda, recorrió todo su centro de arriba a abajo con la punta de mi glande. El contacto de su piel con piel ocasionó que un escalofrío recorriera mi espina dorsal.

- Déjame sentirte. - Rogué al sentir como Nicole pasaba mi falo por su entrada, sin embargo no me permitía hundirme dentro de ella.

Fije mis manos a su cintura, dejándome caer sobre ella. Con suavidad menee mis caderas frotandome contra ella, su mano aun se mantenía sobre mi miembro, evitando que entrará en ella.

- Estas jugando con fuego, amor. - La observé. - Vamos a ver si soportas tanto, cuando te haga lo mismo.

Fue entonces que sentí su estrecha cavidad recibirme, un gemido escapo de sus labios al sentir como penetré su interior con rapidez y bastante fuerza. Detuve mis movimientos, permitiéndome verla, completamente sonrojada y abierta para mi.

- No te detengas. - Dijo con dificultad. - Hazme tuya.

- Eso haré mi amor. - Sentencié. - Vas a arrepentirte de haber jugado con mi deseo.

- Mhm. - Ronroneo. - Castígame entonces.

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