#1



Los árboles de Cerezo estaban en todo su esplendor, ya había llegado a finales de enero en la bella Okinawa .
La joven azabache inhaló y exaló el aire puro, se encontraba feliz de poder cumplir uno de sus tan ansiados deseos y estar en ese lugar era uno de ellos- Hermoso- suspiró al viento. Ella era una de las pocas personas que amaba y cuidaba la naturaleza.
Cargando su bolso sobre sus lomos, decidió dirigirse al centro de la ciudad. Necesitaba urgentemente un trabajo, luego conseguir dónde dormir y si tenía suerte, quizás, algo para comer. Estaba acostumbrada a pasar las noches en plazas o terminales, hasta habia transitado por los desiertos vagones abandonados y compartido con varios indigentes.

No es que no tuviera miedo, lo tenía. Lo que ella no tenía era prejuicios, odiaba la gente prejuiciosa. Muchos no elegían vivir lo que les daba la vida, no por estar sucio y mal vestido eras ladrón y no por tener cicatrices y mala cara eras un asesino. Pero la sociedad era prejuiciosa en cualquier lugar del mundo.
Muchas personas la miraban con mala cara cuando entraba a un local con algún niño de la calle, mal vestido y saparrastroso, y le daba la oportunidad de que eligiera algo que comer esa noche. Aunque ella se quedara sin cena, amaba ver el rostro iluminado de algunos de ellos. Ya sean niños, jóvenes, adultos o ancianos, no le importaba.
Le gustaba hacer en bien sin mirar a quien.

El centro estaba repleto de jóvenes entrando y saliendo de tiendas, emocionados en los escaparates. Desde temprano comenzaban a comprar lo necesario para festejar el Hanami.
Pero ella no quería distraerse con eso.

Siguió caminando por las atestadas calles, entró a un local y nada. A otro y nada.
Caminó ya agotada pero con los ánimos elevados se dijo así misma- ¡¡Ánimo Kag!! El que quiere puede-y tomando aires de valor siguió en su búsqueda. Se detuvo al cruzarse en una tienda de electrodomésticos y ver una gran pantalla reproduciendo una película- ¡¡¡Ahh!!! Hace cuanto no miro una pelicula o alguna serie como mis viejos y amados doramas. ¡¡Extraño la televisión!!- murmuró con su frente pegada al vidrio del escaparate y volvió a suspirar. Nunca quería pensar en su pasado y en lo que había tenido, pero si se entristecia al escuchar, cuando tenía la oportunidad, del hablar de las jovencitas con sus vidas normales. Que mi padre me dió esto, que su madre la acompaño a no se dónde, que su auto no se qué qué, y ufff , la ropa ultimo modelo a full, estando al grito de la moda .
Le dolía y no las culpaba. No tenía porqué. Nadie conocía su vida, ni tampoco pretendía dar lástima.
Ella había obtenido su beca en la prestigiosa Universidad Privada de Meio, dichosa de haberla obtenido daba lo mejor de sí día a día para no decepcionar a su tutora.
Y allí estaba, en la ciudad Nago, a unas semanas de comenzar la clase, sin más que vestir, si alimento, sin útiles y con un hambre de los mil demonios.

Se sentó a descansar en una banca que allí había, junto a una bella ancianita, la cual apenas la divisó le regaló una cálida sonrisa.

- ¿Hace calor verdad pequeña?- la desbordante sónrisa que le regaló, dió calor al corazón de la pelinegra una ves más .

-Si que lo hace-respondió alegre.

-He visto que has dado vueltas toda la mañana y hasta este momento no has tomado asiento.
¿acaso buscas algo o a alguien?

Mientras Kag se alegraba por la preocupación de la anciana le respondió-Vengo desde lejos y sin provisiones, si usted me ha visto de aquí para allá es porque estoy buscando un trabajo y hasta que no consiga uno ¡no pararé!- exclamó con una convicción que traspasaba de ella y contagiaba con su entusiasmo a quien la oyese.

-Toma -feliz de oírla, la anciana le entregó una vianda que ella portaba para cuando viese a alguien en necesidad, igual que la joven -espero sea de tu agrado pequeña. Y por lo de trabajo no te preocupes, podría ayudarte. Sabes, tengo una amiga en un negocio que está buscando una empleada, quizás - mencionó dudosa- no, seguramente si yo te recomiendo te contrate.

- ¡¡¡ En serio!!!- más emoción no cabría en su corazón, lo había conseguido-gracias, ¡realmente gracias! Usted a sido como un ángel caido de cielo. A por cierto- metiendo uno de sus cabellos rebelde detrás de su oreja, extendió su mano hacia la anciana- Mi nombre es Kagome, Kagome kirai .

La anciana tomó la mano extendida de la jovencita y la observó sonriente y expectativa -el placer es mío niña. Mi nombre es Shulaia y quizás kami concretó nuestro encuentro.

Ambas se sintieron muy a gusto una con la otra.

Shulaia le contaba a Kagome que ella tenía un comedor en su casa y las puertas abiertas para todo aquel que necesitase alimento y abrigo y eso encandiló por completo a la pelinegra.

- ¡Por Dios!- exclamó - te juro que he encontrado a mi alma gemela- Shulaia río por el comentario de la jovencita.

- Me alegra que te emocioné así, ya sabes, los jóvenes de hoy en día sólo piensan en si mismos y en que el que más tiene, mejor es.

- Te entiendo . Todo hoy en día crea distintos estereotipos de personas y los prejuicios surgen siempre de mal en peor. Y lo más grabe es que siempre juzgan o acusan sin saber, sin ponerse en los zapatos del otro ni contemplar su situación o que les llevo a actuar de la manera que lo hicieron.

- Me encanta tu forma de pensar hija, te pareces mucho a mi de joven- revolvió su cabello con cariño - creo que te encantará conocer a mi hijo de corazón, tiene los mismos principios que nosotras.

- ¿y cuales principios dice usted que tenemos?- indagó Kag divertida. A lo que ambas respondieron.

- hacer el bien, sin mirar a quien -

Sonoras carcajadas se oían por parte de ambas mujeres, mientras con pasos lentos y callados se dirijan al comedor de Shulaia.

Al estar fuera de ese lugar , lo primero que contempló Kagome, fue el enorme letrero con el nombre del hogar hecho por manos de niños. Seguramente de los que allí asistían.

- Arco iris - deletreó-¿Porqué Arco iris? ¿ tiene algún significado?- indagó.
La anciana sonrió ante la pregunta que ella le dedicaba. El recuerdo de la explicación que le dio su madre cuando ella era niña, era la misma que le daría a la azabache- Si, de echo si lo tiene. Arco iris significa nuevo pacto. Dice la historia que cuando Dios inundó la tierra a causa de la maldad en el corazón de los hombres, salvandose solamente la familia de Noé con el arca y los animales; Dios le habló a Noé y le prometió que nunca más volvería a cubrir la tierra con las aguas. Y la prueba de ese pacto fue la creación del arcoiris. Y de allí su significado.
- Es hermoso, nunca lo había oído!-
-Si lo es , mi madre me lo enseño y trato de que cada niño y joven que pisan este lugar entienda el propósito que tiene esa palabra. Intento que al llegar aquí, dejen todo lo viejo y comiencen a vivir a pleno. Que ellos son grandes personas si se lo proponen y se esfuerzan día a día. Les inculco a superarse así mismos y a no dejar que otros , que se creen superiores, los pisotean. Ellos pueden ser igual o mejores que ellos. Sólo si se proponen un nuevo pacto y empiezan de cero- los ojos de Kag estaban Aguados, esas mismas palabras le había dicho su tutor. Esforzándose uno llega a tocar el mismo cielo. Y que una anciana como Shulaia le imparta esas ideas a los suyos era genial!!!!
- Claro que así es!- ambas entraron a la casa , dónde un montón de niños las recibieron con abrazos, mimos y alegrías.
De pronto desde la cocina se asomó un joven muy bello y alto. Tenía ojos azules, el pelo hasta el cuello y un cuerpo de infarto. Kag se había embobado obserbandolo detenidamente.
- Kagome , quiero presentarte a Miroku, Miroku Kagome - hizo las presentaciones Shulaia , sacando a Kag de su ensoñamiento - él es de quien te hablaba-y dándole un empujón le guiño un ojo.
- Mucho gusto soy Kagome, pero puedes llamarme kag- con timidez extendió su mano al joven que yacía frente a ella. El muchacho la tomó y le regaló una sonrisa que derritiría hasta el mismo glaciar si se lo pidieran.
- El gusto es mío, y si quieres puedes llamarme Miro, aunque a veces te responda ¿qué es lo que ves?- ambos estallaron a carcajadas. Ese joven definitivamente gozaba de buen humor. Algo que era grato y refrescante para ella.
- creo que Miroku está bien- reafirmé.
Ambos sintieron cómplices y Kagome estaba contenta por la nueva historia que comenzaba a escribir con cincel el destino.

Kag 》》》

Primer día, primer día y lo había logrado. Estaba tan orgullosa de mi misma. Sólo me dolió cuando tuve que dar una mentira piadosa a Shulaia. Ella me había preguntado si tenía dónde dormir y en sus ojos estaba grabada la preocupación; momentos antes Miroku le había mencionado ya no había lugar para hospedar a nadie más y el había sedido su cuarto a unos niños, dado que no sabía donde dormiría. Y ahí fué cuando mentí. Le dije a ambos que tenía dónde dormir, pude ver duda en sus ojos, pero antes que pudieran indagar más me fui.
Y aquí estoy. En el jardín donde conocí a la que fué hoy mi salvadora. Bajo un gran árbol con unas raíces enormes. Colocó mi bolso en una de las raíces y me recuerdo en la hierba colocando la cabeza en el- Es hermoso- el cielo se encuentra en todo su esplendor. Pero en ese preciso momento una imagen , como si fuese un fragmento de mis recuerdos olvidados brota en mi mente.
Veo sólo las estrellas bajo un cielo despejado como en este mismo momento y una vos me susurra al oido- No me olvides. Cuando mires las estrellas, recuerda que cada una de ellas , habrá un pensamiento de mi para ti. Te Amo nena- y el recuerdo así como vino se fué. 《¿Quién habrá sido?》
Me duermo sin darle vueltas al asunto. Hace tiempo comprendí que mis dudas y preguntas, nunca tendrán respuestas. Lastimosamente serán siempre simples retazos de espejos rotos y vacíos.

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