...susurrarte.
La gente los miraba, solo que ... no era gente.
Eran ojos. Verdes y perversos, esmeraldas sin rostro cargadas de reprobación que le apuñalaban con su desprecio.
Veía, perfectamente nítidas, bocas torcidas con asco. Sus... sus cuellos...
"Oh Dios mío"
Su cuellos se giraban en ángulos sobrenaturales, el salón se llenó de movimientos cortantes chirriantes como marionetas rotas. Cuellos crujientes y partidos, todos ellos de sombras de niñas que le sonreían. Desparramadas como muñecas, ahorcadas, les mostraban su hileras de dientes relamiendose con su terror, llamándolo.
-Ray -Aquí
-Estoy -Ray
-Recuerda -Ray
- ...Me -Míra... -...me
Y los susurros ... miles de palabras siseantes, retorcidas como serpientes se referían a una sola persona. A él.
Sabían lo que pretendía. Sabían lo que quería hacer con esa joven y lo aborrecían por ello. Lo torturaban por ello.
No existían, solo querían asustarlo.Sacudió levemente la cabeza con ojos cerrados, como siempre. Así despararecería, sí. Siempre lo hacía.
Sus ojos se abrieron, temerosos, enajenados buscando esa sombra hacia los lados.
No había nada.
El resto de comensales charlaban apenas prestándoles atención. Entre conversaciones privadas, las miradas relucían llenas por los anhelos secretos de las parejas que con toda normalidad.
Si había tomado la medicación ¿Por qué le estaba pasando? ¿Por qué volvía? Llevaba casi veinte años bien. Todo había estado tranquilo ¿Por qué?
Cuando sonó el móvil, dió tal respingo que casi se cae de la silla. En realidad, solo habían pasado unos segundos, desde que le había hablado Michelle, pero para él fueron como horas.
― Discúlpame. Es de la oficina, tengo que cogerlo― Antes de que su acompañante pudiera balbucear algo coherente, la joven cogió el teléfono antes de ponerselo entre el hombro y el oido― No te vayas, ahora vengo― Ray asintió mientras la veía ponerse el abrigo de camino a la puerta.
No sabía cuanto tiempo tendría que esperar, pero deseaba con todas sus fuerzas que fuera poco. Porque estaba alterado. Que mierdas, estaba aterrado.
Sudaba, apenas podía controlar los pequeños espasmos que le sobrevenían ante el más mínimo ruido. No fue solo una vez, la que tuvo que se secarse la frente con la servilleta de tela, y una de esas veces tras dejarla sobre la mesa, estaba tamborileando los dedos, nervioso; cuando reparó en la línea blanquecina que decoraba su anular.
La marca de su alianza contrastaba bajo la luz de la lamparita como una especie de señal recordatoria, a la que Ray hizo caso omiso.
Porque a su esposa no le importaría que no fuera a cenar. Hacía tiempo que lo poco que pudieran haber sentido el uno por el otro ya no existía. Ella había hecho verdaderos esfuerzos por revivir la llama, pero no sirvieron de nada. De hecho, Ray pensaba ya de paso, darle una lección unos buenos cuernos*, porque para él, era ella quien tenía la culpa de la decandencia de su matrimonio.
Últimamente se comportaba cómo una desvergonzada y no como una esposa. No sabía si era por los estúpidos libros del Gray* ese o, por la nueva amiguita divorciada con la que iba a Zumba*; pero le asqueaba el tipo de mujer en el que se estaba convirtiendo.
Desde el día que comenzó a pedirle cosas sexualmente extrañas (porque era ir más allá del misionero) y a sermonearle diciendo que ella también tenía derecho a quedarse satisfecha en la cama, prefería las putas. Le ponían menos quejas y no le exigían esfuerzos.
Su mujer incluso tuvo la poca vergüenza de pedirle que colaborara en las tareas del hogar. Eso también le tocó los cojones*. Durante veinte años, se rompió el lomo día tras día montando muebles en la empresa de su padre, para mantener a su mujer y la tres hijas de su difunto marido.
No era culpa suya que lo despidieran cuando una multinacional sueca absorbió la empresa.Era la esposa la que debía encargarse de la casa, esa era su función. Él ya había mantenido a tres hijas que NO eran suyas.
―Ey Ray― llamó la voz de Michelle.
Solo que aquella mano podrida que abría la piel de la muñeca, no era de Michelle.
[N.A] Aclaraciones
*1 Poner/hacer los cuernos: también se puede utilizar la palabra "cuernos" sin más. Como es este caso. "Se merece unos buenos cuernos" o "Se merece que le pongan los cuernos" es lo mismo, y por tanto, su significado también -> ser infiel.
Es el equivalente a "quemar el rancho" en Mexico, si no recuerdo mal (corregidme si me equivoco)
*2 Libros del Gray ese: se refiere a la saga de libros de E.L.James basada en las prácticas BDSM de una pareja de enamorados. El más conocido es el primer libro "50 Sombras de Gray"
*3 Zumba: se refiere a una actividad deportiva parecida al aerobic. Está basada en el baile y se suele utilizar para perder peso o tonificar músculo (si se hace con pesas)al ritmo de la música. También hay otros planes de entrenamiento parecidos que salieron hace años como "Batuka".
*4 Tocar los cojones: También se puede utilizar la expresión con "huevos", "pelotas","bolas",... significa --> que le molestó o le hizo enfadar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top