...pedir.


―No, no. Acabo de llegar.― Era difícil hablar mirando esos gruesos labios pintados de un sensual rojo vino―Tú estás, estás... Tú eres... preciosa.

―Gracias ―respondió algo azorada―. ¿Has pedido ya?

― No, te estaba esperando.

―Que amable ― lo elogió con una sonrisa―. No te preocupes, yo me encargo. Aquí hacen unas chuletas de cordero que sé que te encantarán ―aseguró alzando la mano. 

Ray en ningún momento reparó en cómo ella sabía su plato favorito, estaba demasiado ocupado taladrando con la mirada al camarero que respondía a la llamada de la joven. La sonrisita de ese guaperas trajeado, dirigida solo y exclusivamente a Michelle, no le gustaba nada. Por no decir que no le gustaba una mierda.

― ¿En qué os puedo servir señorita? ― Al otro lado de la mesa, Ray cuadró los hombros, dispuesto a luchar por lo que consideraba suyo.

―Pues para mí ... ― La joven paseó su dedo por la carta, aparentemente ajena al deseo que recorría a ambos hombres. Los dos hubieran dado lo que fuera por ser ese menú de restaurante―. Homard a la banyulaise, la salade parisienne et ... une bouteille de vin de table.

Ray tuvo que secarse el sudor a golpecitos. Solo con escucharla hablar en ese idioma el pantalón se le llenó de lujuria. El francés siempre le provocaba una erección al escucharlo, quizás porque la primera película porno que vio, era francesa.

Pero debajo de ese calor soporífero contra el que luchaba, se escondía un deje de familiaridad que le molestaba como una mosca cojonera. 

Agitó la cabeza y bebió más agua. Siempre le pasaba con veinteañeras que no la conocía de nada y joder ... Michelle,...que bien hablaba francés. Ojalá lo practicara igual*.

 Tenía que averiguarlo, y esa misma noche. Ese camarerito estúpido no se lo impediría.

―Une plaisir belle mademoiselle. ―agradeció el guaperas cogiéndole la carta de las manos. 

Sus dedos rozaron los de Michelle en un movimiento claramente forzado y Ray, desde el otro lado de la mesa, gruñó. Su sonido primitivo hizo que ella lo mirara, mientras él observaba cómo el camarero se arreglaba la pajarita y se peinaba hacia atrás esa melenita de mariconazo*. Tenía la sensación de que ese guaperillas rubio se esforzaba por causarle buena impresión, lo que no se imaginaba era el por qué

―Ah sí ―dijo el joven― ¿Y qué desea su padre para comer?

Estalló. No solo quería joderle el polvo de la noche, sino también se burlaba de él por la diferencia de edad.  Quizás para quitarse de encima a la competencia.

―NO SOY SU PADRE ―escupió Ray golpeando la mesa.  Los vasos se tambalearon, la porcelana repiqueteó y se volcó la lamparita. 

Ray hizo el ademán de levantarse, pero luego lo pensó mejor. 

 Michelle.

Estaba roja, recolocándolo todo con la cabeza gacha y los labios fruncidos de vergüenza. A su alrededor, varios comensales dejaron de comer, el violinista de turno paró de tocar y todos los miraban curiosos por saber a qué venía tanto alboroto.

 Ray se ruborizó. 

―Por favor, póngame las chuletas de cordero ―pidió suavizando el tono―. Y disculpe mis formas caballero.

―No, discúlpeme a mí por la confusión. Les traeré su pedido enseguida ― El camarero se fue aún mas rápido de lo que llegó y pasado el momento Michelle suspiró abatida. 

 Su decepción removió la vergüenza de Ray. Un sentimiento que no había tenido en mucho tiempo, así que, sobándose la cara se juró a sí mismo que se comportaría, que se esforzaría por ser un hombre distinguido para ella. No podía cagarla. No estando tan cerca.

―Perdona yo ...

―No pasa nada. No has dicho nada que no fuera cierto. ―La chica negaba con la cabeza mostrando una sonrisa forzada―. Mejor cuéntame de ti ¿Tienes hijos? ¿Cómo es tu familia?

Justo ahí, enmudeció sin saber qué contestar. No quería contestar.

La joven esperaba una respuesta, insistiéndole con su mirada esmeralda, pero Ray apartó la vista.

Miraba a su alrededor, quizás buscando una respuesta ante el dilema que pronto se le vendría encima. Entonces lo vio ... 

Fue en ese instante cuando Ray se dio cuenta de que le temblaban las manos.

[N.A.] 

*1 Ojalá lo practicara igual: durante el texto, en la frase anterior a esta que aclaro, Ray hace una referencia a lo bien que hablaba Michelle en francés. Bien, los que sean de España quizás lo entiendan, pero si eres de otro país a lo mejor esa expresión es diferente o se hace con otra nacionalidad distinta. 

En España hay una especie de doble sentido sobre lo que significa "saber francés": 

- El primer significado es el evidente: una persona conoce el idioma y puede expresar sus ideas con él.

- El segundo significado es más ... sexual. Porque se refiere al sexo oral que le practica una mujer a un hombre. Hablando mal y claro (pero todo lo técnica posible), "Hacer/saber francés" , en España, es igual a "Hacer" y/o "saber hacer" felaciones.  Ni más, ni menos. 

* 2 Mariconazo: quiero dejar claro que en ningún momento es mi intención menospreciar, insultar, vejar o cualquier cosa que se le parezca a la comunidad gay, lesbiana,... LGTBI en general. A veces, el narrador habla tal como lo haría el personaje, nada más. Eso no significa que yo, la autora, esté de acuerdo con esa forma de pensar tan homofóbica y machista que se ha visto y que se seguirá viendo más adelante.

 Ray solo es un personaje que, de hecho, detesto.

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