Capítulo 5.

-En mi universo, Lila Rossi era una joven pasante de moda para la marca Gabriel. Pero no tardó mucho en ganarse el cariño de nuestro hijo Adrien y el nuestro también. Inteligente, audaz, cariñosa, era una joven simplemente encantadora cuando la conocimos. Pero también había sufrido mucho. Su padre murió cuando tenía sólo cuatro años y quedó sola al cuidado de su madre, quien por su trabajo no podía ponerle mucha atención, y desde entonces se quedó prácticamente sola. Conforme su amistad con Adrien crecía, se volvió como una más de la familia. La queríamos como a una hija y tratamos de ayudarla. Pero empezó a sufrir problemas mentales. Al principio, pensamos que era una especie de mitomanía, pero con el tiempo demostró ser algo peor, mucho peor. Ella no sólo inventaba historias fantásticas: realmente las creía.

Emilie le contaba esta historia a los jóvenes, quienes la escuchaban muy sorprendidos.

-Y luego empezó a pasar más tiempo en nuestra casa que en la suya. Por azares del destino, descubrió que teníamos los miraculous del pavo real y de la mariposa.

-¿Cómo es que los tenían?-preguntó Alya.

-Los encontramos durante un viaje de expedición a los Alpes junto a un libro de encantamientos, un grimorio. Nunca los hubiéramos usado, por supuesto. Luego de traducir el libro y entender lo peligroso que podía ser usar ese poder, decidimos someterlos a una investigación más rigurosa en nuestra mansión para determinar si su energía mágica podía tener algún otro uso ya fuera médico o industrial, incluso como una fuente de energía alterna. Pero Lila descubrió lo que hacíamos y lo que eran las joyas. Y en un acto de estupidez supremo, le mostramos lo que el grimorio decía sobre los miraculous. Pensamos que su interés era meramente académico, querer aprender algo nuevo. Pero no fue así. Cuando ella descubrió lo que los miraculous del gato negro y la mariquita podían hacer una vez fusionados, pensó que podía usar ese poder para recuperar a su padre. Gabriel y yo nos negamos, eso terminó por quebrar su mente. Se dividió en dos personalidades. Una era Lila Rossi, nuestra dulce y cariñosa niña. La otra, empezó a hacerse llamar Crisálida.

-Crisálida-murmuró Chat Noir-. Debe ser el equivalente de Hawk Moth en ese universo.

-O uno peor quizás-dijo Emilie-. No sé cuándo lo planeó, pero una noche la alarma de incendios se activó y en medio de la confusión, Lila robó el miraculous de la mariposa para iniciar su plan. Yo tomé el miraculous del pavo real y al verme Crisálida trató de quitármelo también, pero Gabriel la detuvo antes de que eso pasara. Entonces... entonces fue cuando ella... su espada...

Emilie palideció un poco e hizo un gran esfuerzo por no llorar.

-Lila se había ido, ahora sólo quedaba Crisálida. Yo tomé el miraculous del pavo real y mi asistente Nathalie a Adrien, y escapamos antes de que ella nos pudiera alcanzar. Días después, un hombre nos encontró. Su nombre, según nos dijo, era Su-Han, un Guardián Celestial. Dijo que un miraculous tan poderoso en manos de alguien tan siniestra como Crisálida era peligroso, que debía detenerla y yo al haber sido quien lo provocó debía ayudarlo. Dejo que me quedara con el miraculous del pavo real y juntos escogimos a otros dos portadores para los miraculous de la mariquita y el gato negro: Bridgette Dupain-Cheng y Félix, mi sobrino.

-¿Félix es Chat Noir en un universo alterno?-dijo Caparazón sorprendido.

-Yo no quería, era mi familia y si algo le pasaba Amelie nunca me lo hubiera perdonado. Pero Su-Han insistió, dijo que ese muchacho tenía lo que hacía falta igual que Bridgette. Me pareció raro que depositara el poder más grande del universo en manos de un par de niños, pero no estaba en la mejor posición para cuestionar sus decisiones. Yo pasé a llamarme Le Paon, la heroína del pavo real, y junto a Su-Han me aseguré de darles el entrenamiento necesario para detener a Crisálida, pero no fue suficiente. No sé cómo era este Hawk Moth del que me hablan, pero créanme que Crisálida era una verdadera psicópata. Reunió un séquito de seguidores igual de locos que ella, se autoproclamó reina de París y aseguró que no descansaría hasta que alguien le llevara los miraculous de la mariquita y el gato negro. Con cada pelea, los villanos akumizados se volvían más y más fuertes y peligrosos. Muchos murieron y Crisálida sólo seguía y seguía. 

-Dijiste que Lila murió en tu universo-dijo Ladybug-. ¿Qué ocurrió?

-Estábamos en la torre Eiffel. Crisálida estaba a punto de ganar. Ya había robado el miraculous de Chat Noir y estaba a nada de robar el de Ladybug. Llegué muy tarde para salvar a las personas que había alrededor, el villano de ese momento se hizo estallar junto con toda esa zona y cientos murieron. Pero no llegué tan tarde como para salvar a Bridgette. Lo recuerdo como si fuera ayer: usé mi abanico para crear un tornado con el cual la confundí el tiempo suficiente para que Ladybug se levantara. En un intento de acabar con los tres, Crisálida volvió a atacarnos con su espada, pero la esquivamos. Y no nos dimos cuenta que detrás de nosotros había un tubo de metal incrustado en el suelo. Crisálida se empaló en él, no había forma de que se detuviera a tiempo. Lo último que nos pidió, es que su madre no se enterara de lo que pasó. Supongo que esa última no era Crisálida, una parte de mí le gusta pensar que esa última que habló era Lila.

Emilie sonrió, nostálgica.

-No sé qué esté pasando aquí, ni siquiera soy capaz de creer totalmente que todo esto sea posible-dijo Emilie-. Pero si de alguna forma Crisálida está en este mundo, la tenemos que encontrar. 

-Y a cualquier otro visitante no deseado-dijo Ladybug-. ¿Ha surgido otra cosa?

-Pues... ¡aquí!-dijo Markov-. Algunos testigos dicen haber visto una enorme criatura parecida a una salamandra meterse en las cloacas.

-Valdría la pena echar un vistazo-dijo Ladybug-. ¿Vienes Chat?

Chat Noir miró a Emilie. Sabía que en realidad no era su madre, pero se sentía como si de verdad lo fuera.

-Quizás en otro momento, mi lady-dijo Chat Noir-. Tengo algo importante que hacer por aquí.

-En ese caso nos toca-dijo Luz dirigiéndose a sus amigos-. Amity, Willow y yo iremos a buscar a esa cosa. 

-Hunter y yo iremos a recorrer las calles por si aparece esa tal Lila-dijo Gus.

-Ladybug y yo los acompañaremos-dijo Alya-. Caparazón y los demás se quedan aquí, avísenos de cualquier otra anomalía que pueda surgir. Y recuerden que no debemos llamar mucho la atención.

-Eso es lo que menos se nos da. En especial a ellos.

-Gracias por la confianza, Vee-dijo Luz molesta.

-Acabemos con esto y volvamos a casa-dijo Sasha-. Todavía tenemos que encontrar una forma de sacar al Núcleo de Marcy.

Sasha miró preocupada a la del casco, quien había dejado de luchar por liberarse y simplemente veía a todos con una expresión de furia.

-Bueno, hora de irnos-dijo Ladybug-. Suerte a todos.

Una vez a solas, Chat Noir se acercó a Emilie. Notó que estaba viendo una fotografía donde salían ella y Gabriel junto a Adrien y Lila cuando aún eran niños.

-Debió ser lindo verlos crecer juntos antes de que... ya sabes-dijo Chat Noir-. Lo que trato de decir es, que lamento lo que pasó en tu universo.

Emilie sonrió.

-Gracias, Adrien.

Chat Noir se quedó frío.

-¿Cómo?

-Porque no estoy ciega, Adrien, y eres exactamente igual al Adrien de mi universo.

Chat Noir se destransformó y sonrió.

-Esto debe ser... raro.

-Un poco-admitió Emilie-. Pero estamos acostumbrados a ver cosas raras todos los días, ¿no es cierto?

-Últimamente ya no, no en este universo-dijo Adrien, y Emilie arqueó una ceja. 

-Dime. ¿Qué ocurrió en este universo? Mencionaste a un tal Hawk Moth.

-Hawk Moth es nuestra versión de tu Crisálida-explicó Adrien-. Obsesionado con obtener los miraculous de Ladybug y Chat Noir para recuperar a alguien que amaba. Esa persona era... eras tú.

Emilie lo miró sorprendida.

-Entonces él era...

-Era papá-dijo Adrien-. Y lo detuvimos, ahora está en prisión. Pero no... no pude salvarlo.

Emilie le sonrió maternalmente.

-Creo que algunas cosas entre universos se repiten de una forma u otra-dijo Emilie-. Así como no pude salvar a mi Lila, tú no pudiste salvar a tu Gabriel. Así que, y te lo dice alguien que sabe mucho de la culpa, no seas tan duro contigo mismo. Hay cosas, que simplemente pasan.

Adrien sonrió.

-Gracias.

-Eres igual a mi Adrien-dijo Emilie abrazándolo-. Tienes un gran corazón, nadie puede decir lo contrario.

Mientras tanto.

-Markov dijo que lo que fuera la cosa que los testigos reportaron se metió por aquí-dijo Luz preparando algunos de sus glifos-. Estén alertas, no sabemos si será amistoso o no.

El grupo avanzaba por las alcantarillas, temerosos de encontrarse con lo que aquella criatura fuera, y más de que no fuera tan simpático como Emilie.

-¿Luz?-preguntó Amity nerviosa-. ¿Cómo crees que acabe todo esto? Hasta ahora todo ha sido tan nuevo y aterrador. Y si no podemos...

-Tranquila, Amity. Todo saldrá bien-dijo Luz-. Encontraremos a los demás visitantes, regresaremos a casa, y tendremos una cita, ¿recuerdas?

Amity sonrió.

-Sí, claro.

-Chicos-Willow apuntó con su dedo a uno de los túneles-. Algo se mueve por allá.

Y antes de que pudieran reaccionar, el visitante se hizo presente atacándolos con una enorme espada de fuego.

-Esto se pone cada vez mejor-murmuró Luz mientras se preparaba para la pelea.

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