Capítulo I:¿Ser?
Podía observar un tanto aburrido como todo a mi alrededor era destruido por una simple cosa; Un akuma.
Desde que me mudé había visto como casi a diario atacaba un Akuma. Al principio fue emocionante, y debo de admitir que aún persiste el sentimiento de miedo, pero, la emoción de ver a los Superhéroes y Villanos peleando se había esfumado hace tiempo.
En conjunto a eso, recientemente había tenido dolores de cabeza muy graves.
Debía de admitir que al principio eran soportables, pero con el tiempo... Todo solo había empeorado. Desde ayer me había comenzado a preocupar porque, de la nada, habían comenzado a aparecer alucinaciones.
Y eso era malo por lo que entendía. Y apenas estaba apunto de ver a un doctor para ver si tenía algo malo.
Sin embargo... El ataque del akuma había iniciado tan rápido que apenas pudo entrar a un restaurante y ver qué pasaba.
Tenía planeado grabar eso para conseguir unos cuantos Euros. Pero... Todo se fue al demonio cuando sintió un dolor agudo en su cabeza. Justo en la frente.
Podía ver... Un lugar. Un chico de 19 años, un adolescente. Ojos miel, cabello de color negro. Sentía... Cómo si fuera yo. Pero eso no tenía sentido.
Lentamente me levanté antes de ver cómo montón de Akumatizados habían aparecido.
—¿Qué demonios...?—Murmure horrorizado. Creí que era nada más uno, no tantos...
Por primera vez, sentí miedo de morir, era... Horrible.
Era tanta presión que me había derrumbado en el piso mientras veía como un villano de roca agarraba a un cliente y... Lo aplastó.
Eso causó una horda de pánico en mi cuerpo. No quería morir... Necesitaba vivir. Quería vivir mi vida. Quiero tener un corazón.
Sin saber porque, un sentimiento de ira incontrolable se había apoderado de mí. Sentía... Odio. Esa sola oración, había desatado mi ira de una forma que no creí posible.
Poniéndome de pié, comencé a gruñir antes de sentir como algo se había manifestado en mis manos.
Mi ira, el odio, había desaparecido en un instante al ver como una especie de... Arma había aparecido en mi mano derecha.
Eso causó que una valentía se manifestará en mí.
Sin decir nada, había corrido hacía los akumas antes de que nadie pudiera detenerme.
Sentía... Un vacío. Un vacío que no podía llenar con nada. Y eso me enojaba. Me enojaba tanto que decidí desahogarme con los pobres akumas.
Mi arma la usaba como un sable, y no sabía el porqué. Usando mi mano derecha e izquierda blandia con ira esa extraña arma. Sabía que no la estaba usando con sabiduría, y que posiblemente no estaba ni siquiera usándola bien... Pero...
Necesitaba esta ira. Necesitaba romper a los akumas, quería... Destruirlos.
Mientras peleaba contra un enemigo hecho de roca, mis espadazos y estocadas se habían vuelto incontrolables. Solo atacaba sin cuidar mi guardia, y eso lo sabía.
Usando movimientos circulares y rectos, había comenzado a romper la armadura del akuma.
Eso fortaleció la adrenalina en mi cuerpo. Se sentía bien. Sentía... Un extraño sentimiento.
Me sentía superior. O así fue hasta que sentía como... Una espada había atravesado mi guardia, dañandome en el acto. Eso hizo que detuviera la arremetida y viera con ira al responsable; Caballero negro.
Él...
Un gruñido animal salió de mi boca antes de comenzar a tratar de romper a mi nuevo enemigo.
Llamas de color azúl habían aparecido a mi alrededor. Desde ahí... No sé qué pasó.
Solo... Recuerdo destellos.
Recuerdo como una mariposa negra trato de acercarse a mi.
Recuerdo haberla matado con mi espada y mis llamas.
Recuerdo como peleé como un animal.
Recuerdo como mi Keyblade se había comenzado a agrietar en una pelea.
Recuerdo... Cómo rompí cada cosa que había a mi alrededor.
Recuerdo... Claramente el cómo dejé en jaque a todos los akumas que habían a mi alrededor... Y también el cómo los destruí.
Usando la Keyblade había destruido mariposas negras a montón.
Y aquí estoy... Totalmente descontrolado, usando unas llamas azules para quemar todo lo que había a mi alrededor con ira.
O así fue hasta que... Vi como una figura en la lejanía me observaba.
Se veía como Rena Rouge pero...
Esa cosa... Se veía como otra persona.
No me importó si era la misma o no. Mi ira no se había calmado.
Usando mi velocidad había decidido ir tras ella con odio.
Llamas eran lanzadas contra ella. Recuerdo haber saltado contra ella y comenzar un forcejeo con mi llave espada y su flauta.
Mis ojos veían con intención asesina animal a la chica. O así era el plan hasta que noté como los dos estábamos sumamente lastimados...
Eso me enfureció aún más. Usando esa ira había desatado un infierno de color azul en todo nuestro alrededor; Conmigo como epicentro de tanta destrucción.
Antes de acercarme más... Ella se lanzó contra mi, sin embargo, usando mi recién descubierta habilidad con el fuego lo único que hice fue crear un círculo del mismo elemento.
No pasó ni un segundo antes de que le diera un golpe con la espada justo en dónde estaba su corazón.
Eso provocó un brillo de color blanco que, en un instante, había acabado con la pelea. Podía ver como esa maldita mariposa había salido de alguna parte de ella, pero eso no importaba...
Solo... Solo quería destruir.
Mi espada había reaccionado por si sola, partió a la mitad a la maldita mariquita...
Caminé 5 pasos antes de notar como todo a mi alrededor había sido... Reparado.
Gruñí al recordar quién tenía esa habilidad; Ladybug. Ella lo había hecho.
Sin embargo, antes de enojarme sentí... Cansancio, un cansancio como ningún otro. No pasaron más de unos cuantos minutos antes de que cayera desmayado.
Mis ojos se sentían cansados. Estaba... Totalmente desgastado... Podía sentir un dolor desgarrador en mi espada...
No sé cómo es posible eso pero... Lentamente acerqué mi espada hasta mi pecho y ahí lo vi...
Mi espada tenía grietas. Grietas que remarcaban el mal uso que le había dado.
Uh...
—Perdona... Grieta del Corazón...—Murmuré sin darme cuenta que había nombrado esa espada rota.
Conforme mi consciencia se desvanecía noté como mi espada había desaparecido de entre mis dedos.
.
.
.
.
.
.
.
Solo.
Estaba solo.
Solo... Con aquel chico desconocido.
Él, desde hace rato, había estado haciendo movimientos con... Un arma similar (Por no decir igual) a la mía.
Sus movimientos eran preciosos, potentes, pulidos y... Por alguna razón, él lo estaba haciendo cada vez más rápido.
Mis ojos veían con atención los movimientos que hacía mí contrario.
Sin darme cuenta había aparecido mi espada y ahí... Comence a imitarlo entre la nada.
Cuchillada.
Lanzar.
Trueno.
Rayo.
Tiempo.
Gravedad.
Hielo.
Fuego.
Cura.
Esos nombres resonaban en mi mente con potencia, y sin previo aviso, ví como el otro había comenzado a usarlos.
No sabía cómo es que podía identificar cuál era cada uno. Pero de alguna forma, lo sabía.
Usando sus mismos movimientos había tratado de imitarlo, sin éxito. El único que logré replicar fue "Fuego".
El mío era superior al de él, pero... De alguna forma, yo sabía... Yo sabía que estábamos muy lejos en nuestros poderes.
Y así continúe... Practicando, tratando de imitarlo...
Al final... Solo conseguí recrear dos; Cuchillada y Fuego.
Esos eran los únicos que pude aprender.
.
.
.
.
.
.
.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top