Mira La Verdad
Miraba el techo justo antes de escuchar como unos pasos se acercaban a la puerta, un click dio a entender que la cerradura había sido desbloqueada. La puerta se abrió en un chirrido infernal, dejando pasar una tenue luz que iluminó el lugar, una habitación donde lo único que decoraba su interior eran una desgastada alfombra y una cama con un fino colchón donde Gardienne era prisionera con brazaletes.
Llevó su vista a quien se recostó en el umbral de la puerta, la silueta de su armadura era lo único que le permitió identificarlo. Ambos se observaron en silencio.
Ashkore se acercó a ella, tomándola suavemente del mentón la miro sin decir nada; la joven ni siquiera pestañeaba su cansancio se hacía visible en sus ojos, chasqueando la lengua contra el paladar, la soltó de los molestos brazaletes y; seguidamente, la tomó en brazos llevándola a las duchas donde una especie de tina la esperaba. Ella miro a su alrededor viendo que todo estaba preparado, ropa y toallas la esperaban en un lugar alejado para que no se humedecieran, cuando este la deposito en el suelo asegurándose que podía mantenerse de pie por si sola volvió a hacer que lo mire:
—Cuando termines con tu ducha, ve a la sala al final del pasillo- sentenció antes de dirigirse hacia la salida del baño —Sin trucos- finalizó cerrando la puerta, ella miró un poco confundida todo antes de tomar el aseo que la esperaba.
Se dirigió una vez con la energía y ropa renovadas hacía el final del largo pasillo del lugar, trató de ver a través de los cristales donde se encontraba pero sólo un espeso bosque que rodeaba la estructura donde se encontraba se veía por ellos. Cuando iba a tomar el picaporte de la puerta que Ashkore le había dicho está se abrió cruzandose con el recién nombrado:
—Supongo que pensaste que me estaba escapando, ¿No?- interrogó ella, recibiendo sólo de respuesta un resoplido y un pequeño movimiento de cabeza que le indicaba pasar al interior. Era una sala no muy grande; un escritorio, una cama, ventanales y finalmente una mesa en el centro completaban la imagen; él la tomó del brazo derecho al ver que se había quedado congelada en la entrada, dirigiendola hacia la mesa donde un plato de comida recién hecha posaba en su espera
—Menos charla y come- dijo con voz autoritaria Ashkore, antes de soltarla y sentarse al otro lado de la mesa frente a ella —¿Se te infecto el tímpano?
—Ya, apenas salí de la habitación esa y ya quieres que sea activa- susurró ella tomando la silla y sentándose frente al plato, algo semejante a un pollo rostizado y un puré de papas estaban servidos; tomó los cubiertos empezando a comerlo, era bastante apetitoso no se iba a quejar. Levantó un momento la vista hacía su compañía que la miraba fijamente, trató de identificar en esa máscara los ojos de él pero era en vano —Dime, ¿Qué es todo esto?
—Un aperitivo. La luz suele cegar cuando estás demasiado tiempo en la oscuridad- decia crudamente riéndose el enmascarado, Gardienne sonrió negando
—No hablo sólo del aperitivo, hablo de todo lo que llevó a este momento- le respondió en una tenue voz mientras se llevaba un trozo de aquella carne blanca a la boca
—Mi forma de demostrarte que es hora de que entiendas y aprendas una lección- alegaba mientras colocaba sus brazos sobre la mesa —Debes darte cuenta de que en ellos no puedes confiar
—¿Qué te hicieron ellos?- cuestionó ella tomando la misma postura
—Una mejor pregunta sería que no me hicieron- protestó levantándose de su lugar hacía los ventanales mientras ella le seguía con la mirada —Como te dije, me ocultaron cosas, osaron abusar de mi confianza pensando que si me enteraba de la verdad no iba a enojar.
—No veo enojo, veo decepción- respondió ella tomando el agua que estaba servida en un vaso, él se acercó amenazante
—¿Tu que sabes de eso?- dijo en voz irritada, Gardienne se levantó de la silla enfrentándolo —¿Por qué defiendes a esos idiotas?
—¡Se lo suficiente! ¡Defiendo a esos idiotas, porque vivo con ellos!- Ashkore exhalo fuertemente, ella lo tomó del cuello de la armadura —¡Tu sólo quieres que me ponga en tu lugar! ¡Todos quieren que me ponga en su lugar! ¿Quién se pone en el mío?- gritaba Gardienne enojada con la voz quebrada por la misma
—¡Gardienne! ¡Madura! ¡Este no es un mundo de fantasía de tus absurdos libros de la tierra!- le respondía él tomándola de los hombros sacudiendola
—¿Tu crees que yo no sé eso? ¿Tu crees que no lo sé? ¡Me quitaron todo Ashkore! ¡Todo! Quise ser alguien entre ustedes, obedeciendo cada una de sus malditas peticiones, fui incluso cebo de criaturas que ni conocía ¡Me dejé humillar! ¡Vi a la muerte pasar!- finalizó empezando a llorar —No puedo volver a la tierra, no me recuerda nadie... - sollozaba —No soy nadie y abusan de ello... sólo... sólo...
—¿Sólo?- cuestionó Ashkore
—Soy un muñeco de trapo- suspiro pesadamente soltandolo, agachando la mirada dejando caer las últimas lágrimas —Dependo de ellos, por ingenuidad, por pensar que ellos eran los justos. Dependo de ellos, porque no tengo lugar a donde ir. Si lo tuviese, ¿Crees que hubiese quedado allí todo este tiempo?- ambos quedaron en silencio mientras él la soltaba de su agarre, ella suspiró volviéndose hacia la silla mirando hacia el plato, Ashkore adivinando sus intenciones tomó los cubiertos y los tiró al otro lado de la habitación; Gardienne se limitó a sonreír dolida, girándose de nuevo hacia él mirándolo
—No- Ella suspiró, estaba cansada y Ashkore lo notaba, había colapsado. Se acercó los pocos centímetros que los separaban; la acurrucó en su pecho mientras la peinaba, Gardienne escuchó por primera vez a través de la armadura el latir del corazón del mayor, se preguntó porque ahora se estaba comportando dulcemente.
Sintió una de las manos de él bajar por su espalda terminando en la cintura atrayéndola aún más y, levantando la vista, intentó hacer contacto con los ojos escondidos tras la máscara pero seguía siendo imposible
—¿No te cansas de esconderte?- preguntó en voz baja mientras lo tomaba del rostro logrando tocar suavemente con la yema de los dedos la piel encerrada; él suspiró, un suspiro de arrepentimiento sofocado
—Si fueses otra persona, te diría que no- respondió sin más, ella entendiendo lo dicho tomó suavemente la máscara y lentamente descubrió el rostro que se escondía detrás, su corazón latía de tal forma que parecía salirse de su pecho mientras contemplaba la mirada que tanto había buscado ver todos estos años
—¿Lance?- susurró ella cómo si lo conociera perfectamente, dejó la máscara sobre la mesa y tomando el rostro de él paseó con sus dedos como tratando de aprender la forma completa de este mientras los ojos azules no se desprendían de su compañía
—Gardienne...-susurró con voz atona Lance tomando el rostro de ella con sus manos enguantadas, para finalmente unir sus labios que parecían sellar un juramento silencioso.
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