Intruso
- Cristal, sabes bien que no me gusta recibir a nadie extraño...
- Mamá el muchacho del que te hable que vendría a cenar con nosotras - hace una pausa - el fue quien me acompañó al hospital sin apartarse de mi ni un minuto.
La mamá de Cris me examina de pies a cabeza sospechando de la honestidad de su hija. Ella es una mujer esbelta de ojos expresivos, cabello oscuro a la altura de los hombros y tez blanca pero algo alargada debido al paso de los años. Diría que tiene unos 40 y tanto.
No tenía idea de cómo reaccionar a la situación en que me encontraba y esa señora sólo se a quedado ahí, observandome sin decir una palabra haciendo que me sienta aún más incómodo.
- Yo... si no está de acuerdo con... mi presencia, puedo retirarme sin ningún problema - Me dirijo a la puerta con el fin de marcharme.
- Alto ahí - dice de repente y volteó como soldadito de plomo.
- ¿Si? - pregunto un poco nervioso por su respuesta.
- Puedes quedarte.
- ¡Sii! - celebra Cris con los brazos y se apresura a abrazarme.
Le devuelvo el abrazo al igual que ella también estoy un poco emocionado.
- Ustedes dos - nos señala - separence, es tan demasiado cerca.
- Si, perdón - Cris se separa de mi tomando sus manos con la vista al suelo, un tanto apenada pero riéndose.
- La comida ya está, vengan por aquí. Voy a poner la mesa.
La seguimos hasta el comedor mientras yo trataba de ayudar a Cristal con la silla de ruedas.
Nos colocamos cada quien en su asiento esperando a que la señora mayor terminará de servir los platos.
- ¿Cómo te llamas chico?
Presiento que se avecina todo un interrogatorio.
- Taylor y ¿usted es?
- Teresa, ¿de donde vienes? Por lo que veo eres de un familia bien culta por tus... modalidades.
Esa pregunta me toma por sorpresa, en si nunca he hablado de la familia. No es mi punto fuerte y preferiría no hacerlo.
- Si... podría decirse - ingiero una cucharada de comida espero unos segundos para terminar de masticar y concluyó la respuesta - Desde pequeño me inculcaron todos los buenos modales.
- Entonces tu familia son personas importantes, ya sabes... reconocidas por la alta sociedad.
- ¡Mamá! - reprocha.
- Si... algo así - respondo sin añadir nada más y continuó mi cena.
Debo admitir de que aunque la conversación no sea muy agradable la comida era realmente buena para haber sido preparada por una humana.
De repente se abre la puerta principal, las dos se miran con una expresión de miedo y pánico en sus rostros. Teresa se levanta rápido para ver que es lo que ocurre y cuando desaparece de mi vista oigo un grito de espanto.
Tanto Cris como yo nos dirigimos a la sala de estar donde se encontraba Teresa tirada en el sofá con un hombre completamente desconocido para mi que llevaba consigo un cinto que al parecer sujetaba sus pantalones con el cual pretendía agredir a la mujer.
- ¡DETENTE! - Cristal trata de apartarlo de su madre pero este le empuja la silla.
- No te metas en esto, ella se lo busco por votarme de la casa - estaba borracho, el olor a alcohol se podía sentir en toda la habitación.
Alzó el látigo pero antes de que pudiera hacer nada le golpeó primero y le arrebató lo que llevaba en la mano.
- Será mejor te vayas de aquí - le advierto.
- ¿Y tu quien eres? Eres el nuevo marido de esta zorra ¿ehh?
Intenta devolverme la acción pero al llevar altas concentraciones de alcoholes en la sangre se va para los lados haciendo que sea muy fácil esquivarlo y derribarlo.
Le conduzco por sus ropas arapientas hasta la salida luego cierro nuevamente la puerta, y esta vez le quitó la llave con que entró.
- Cris, ¿estas bien? - me dirijo a verificar mi pregunta, pero ella se adelanta a hacer lo mismo con su madre.
- ¿Mamá?
- Estoy bien, cariño. No te preocupes - se incorpora en el mueble - Gracias por lo que hiciste Taylor, no se que hubiera pasado si...
Estalla en llanto colocando sus codos sobre las rodillas y la cabeza en sus manos.
- Tranquila, ya se fue - Cris trata de calmar a Teresa.
- Mi niña, tu siempre tan valiente pero no vuelvas a hacer una cosa de esas. Te hubiera podido lastimar - le acaricia el rostro.
- ¿Quién era ese? - pregunté hartandome de permanecer anónimo.
- Mi esposo y el padre de Cristal - responde - lleva años golpeandome cada vez que se emborracha aunque es una maravillosa persona cuando no tiene un trago de ron encima. Aun así tuve que pedir el divorció y también tiene una orden judicial de alejamiento hacia nosotras pero ahora a tomado con mucha más intensidad la bebida y no le importa nada, viniendo a casa cada vez que se le antoja.
- Eso no va a pasar, ahora le quite la llave así que no podrá entrar más - se la enseño.
- Eres un ángel de dios. Me alegro mucho de no haberte votado para la calle.
No se si alegrarme o sentirme mal por su comentario. Le entro el objeto en la mano.
Tengo la comida paralizada en el estómago, pobre Cris. Ya entiendo por todo lo que a tenido que pasar, lamentó que la invitación haya terminado de esta manera tan horrible.
Por eso es que no quería que me acercará mucho a su casa debido a su padre, pero si supiera que un simple mortal no puede dañarme y me lo hubiera contado todo desde el principio hubiera podido ayudarla hace mucho tiempo.
Teresa se fue a descansar a su cuarto y ahora Cristal y yo estamos parados en la puerta.
- Lo siento por, no quería que presenciaras...
- Ey - la interrumpo levantado su mentón - Me alegro mucho de haber estado aquí para ayudarlas y si el vuelve a molestarlas prometeme que me lo vas a decir.
- Te lo prometo - sonríe y me besa.
Correspondo mientras la envuelvo en mis brazos. Después de unos segundos nos separamos en busca de oxígeno.
- Ya me tengo que ir Cris, pero te advierto - le apunto con el dedo índice - Voy a venir todos los días para asegurarme de que tu recuperación va sobre ruedas.
Digo burlandome de su silla haciendo la reír.
Cuando cierra la puerta pongo rumbo a mi casa, estoy realmente exhausto de todo lo acontecido.
Si te ha gustado la historia hasta ahora por favor ayúdame con tus votos y comentarios. No olvides que tú opinión cuenta.
Con cariño Katy 😘❤
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