018🎭

¿Cuántas veces había repetido el monólogo? Parecía estar preparándose para el examen más difícil de su historia académica. Repitiendo las mismas palabras una y otra vez, leyendo el papel donde escribió estas para no olvidarse de nada e ir directo al grano sin andarse con preámbulos, golpeándose la cabeza por cada mínima lágrima que brotaba de sus ojitos al vivir esas desgarradoras imágenes cada que leía lo que iba a contarle a su progenitor. Se prometió a sí mismo, gracias a la ayuda y amor que le brindaba Wonho que confesaría ante su padre. Estaba asustado, como nunca en su vida. La sola idea de perder a la persona que más amaba y respetaba en el mundo, le hería en demasía. Sin embargo, y de acuerdo con el mayor -que abrazaba su cintura y apoyaba su cabeza en el hombro del pequeño-, debía quitarse ese peso de encima. Un secreto menos que llevarse a la tumba.

"Vamos Hyungwonie, sé que podrás hacerlo" dejó un casto beso en su hombro. "Has estado ensayando por dos semanas."

"Me da mucho miedo" se sinceró. "¿Te quedarás conmigo?" ladeó la cabeza quedando a escasos centímetros del rostro del mayor.

"Sí. Así te ayudaré por si te desmoronas" le ofreció una sonrisa amable.

Hyungwon suspiró y volvió su atención al papel que tenía entre las manos, ya bastante arrugado por los nervios del pequeño y con marcas de las lágrimas que había derramado en incontables ocasiones. Ambos chicos levantaron la vista del papel cuando escucharon la puerta de la entrada abriese. La voz del dueño, llegó hasta sus oídos.

"Es la hora..." Susurró el mayor contra su oído.

"N-no estoy listo. ¿Y si está enfadado y lo paga conmigo?" se levantó de la cama dejando caer el papel al suelo. "Wonho, no quiero decepcionarle. Por favor..." susurró con la voz entrecortada.

El mayor se levantó de la cama y caminó hacia él, tomando sus manos y besándolas. La respiración agitada del menor denotaba miedo y ansiedad. Por ello, se quedó a su lado y apartó de sus mejillas cada lágrima salada que las humedecía.

"¡Hijo, ya estoy en casa!" gritó el padre del pequeño desde la sala de estar. Hyungwon miró la puerta y suspiró. Le temblaban las piernas, y creía que perdería la conciencia si seguía así de nervioso y alterado.

Pasaron unos cuantos minutos antes de que la pareja saliera de la habitación para dar la bienvenida al señor de la casa. Hyungwon no se atrevía a mirarle a los ojos, manteniéndose cabizbajo mientras Wonho hablaba entretenido con su padre. No fue hasta que sintió como el mayor le tomaba de las manos para dirigirle al sofá, que comenzó a llorar en silencio. Su padre lo esperaba con una sonrisa en los labios, como siempre que regresaba del trabajo. Dispuesto a hablar con su hijo sobre el día y los planes del siguiente. Pero al ver que el pequeño no decía nada y se flotaba los ojos con las manos, se preocupó.

"Hyungwon, cielo... ¿te ha ocurrido algo malo?" se sentó a vera y acarició su espada.

Wonho, que estaba de pie tras el sofá, sintió también las ganas de llorar y gritar por lo mal que lo estaba pasando su chico. Pasó la mano por su cabeza y enseguida Hyungwon alzó el rostro.

"Papá, hay algo que...tengo que decirte"

"Me estás asustando" soltó una pequeña carcajada que no fue acompañada por la pareja. "¿Qué quieres contarme?"

Esa era una de las cosas que más admiraba de su padre. Era capaz de mantenerse firme cuando peor lo estaba pasando el pequeño, nunca le temblaba la voz y utilizaba ese tono de preocupación y adoración. Escuchaba todo lo que le decía, aunque fuese una tontería, siempre estaba ahí para él. Protegiéndolo, cuidándolo. Hyungwon no podía dejar de temer en lo peor una vez soltara todo el peso que había cargado desde que era un crío inocente y vulnerable.

"Es sobre mamá y lo que pasaba en casa cuando no estabas." Consiguió decir apoyándose en el calor que transmitía la mano de su chico. "Y-yo no te he contado esto nunca por miedo a que me abandones o...repudiaras."

"Hyungwon, cielo. Nada en el mundo me haría hacerte eso". Lo consoló acariciando sus nudillos con suaves movimientos circulares.

"Señor, lo que Hyungwon va a confesarle va a ser muy duro y de antemano, quiero suplicarle que no lo interrumpa hasta que él haya acabado" Se dirigió Wonho hacia el más anciano con amabilidad y sin dejar de reconfortar al pequeño.

El padre, dejó de mirar al más fuerte para volver su total atención a su único hijo. Asintiendo con la cabeza, esperó pacientemente a que hablara, con el corazón agitado por la ignorancia.

Hyungwon, entre lágrimas y silencios, consiguió confesar y admitir a su amado padre, como era el verdadero rostro de la mujer con la que se había casado. No escatimó en detalles, pronunciando palabra a palabra el diálogo que se había preparado semanas atrás. Su mano permanecía en su pecho, aferrándose a la camiseta que ahora tenía la prueba de su incesante llanto. En algún momento, dejó de sentir las dulces caricias que el anciano le regalaba y eso lo asustó. Su piel se quedó pálida, casi ni pestañeaba, y se mantenía parado en el sillón sin moverse un milímetro.

"Papá..." habló después de un largo silencio que parecía hasta incómodo. "Sé que mamá era tu todo pero no te estoy mintiendo... Tenía pánico a que te enteraras porque mamá decía que me abandonarías."

"Hyungwon, lo que estas contando es..." se alejó de él levantándose del sofá. "No lo entiendo".

"¿Por qué te alejas?" rompió en llanto. "Papá." Lo llamó.

Wonho adoptó una figura fuerte, casi de alfa sin importarle donde estaba y con quien estaba hablando. Quería proteger a su pareja, hacerle entender que había hecho lo correcto. Se colocó detrás del anciano y carraspeó la garganta para que este se girara verlo.

"Yo tampoco me lo creí cuando Hyungwonie me lo contó. Pero miré a su hijo, a cargado con el peso de haber sido violado de mil formas diferentes durante años. Sé que amaba a su difunta mujer, pero lo que le hizo no tiene perdón. Tiene miedo." sintió el nudo en su garganta hacerse más y más grande por el dolor y la tristeza de verlos así a ambos. "Si usted le falla, ¿cree que podrá sobrevivir con la ausencia de la única persona a la que ama y tiene profundo respeto?"

El anciano se pasó las manos por el rostro y gruñó. Hyungwon se había hecho bolita en el sofá, con el papel en la mano y la cabeza escondida entre sus brazos. Justo en ese momento, sentía que su cabeza iba a explotar por la presencia del ser más despreciable que había conocido.

"Hijo..." escuchó la voz grabe y otoñal de su padre. "¿Mamá de verdad se vendió?" se puso de rodillas en el suelo y apoyó sus manos desgastadas por la edad en las rodillas del menor.

"Lo siento mucho, papá" lagrimeó y su cuerpo tembló. No dejaba de escuchar esa maldita voz susurrando en su oído. "Si hubiera sido más valiente, nada de esto estaría pasando."

"Solo eras un niño..." balbuceó el anciano apoyando su cabeza en las piernas de su hijo. "La culpa es mía. Debí pasar más tiempo en casa, buscar un mejor empleo para que esa mujer no empleara otros métodos"

"Dile que no lo abandonaras." Habló tras su espalda el chico fuerte y protector que tenía por compañero su hijo.

"¡Pero claro que no lo haré!" exclamó furioso al mayor con lágrimas en sus ojos. "Hyungwon, cielo...Mírame" Apartó los brazos que ocultaban su rostro y lo alzó por sus manos cálidas. "Yo nunca sería capaz de dejarte. Eres mi hijo, la alegría de mi vida y el motivo de mi sonrisa" suspiró con media sonrisa. "No puedo ni imaginar el dolor tan grande por el que has pasado sin poder consolarte en nadie."

"¿No te doy asco? Ella me decía..." incluso en ese instante se lo repetía intentando colarse en su mente. "...que una vez te enteraras y vieras mis heridas...no serías capaz de verme a la cara. Que vomitarías con sólo tenerme cerca y terminarías huyendo."

El anciano negó con la cabeza y poniéndose en pie, levantó al menor del sofá y lo abrazó con fuerza. Hyungwon nunca había recibido un abrazo así de su parte y lo emocionó. Pasó los brazos por la cintura del anciano padre y se aferró con fuerza a su camisa. Sentía vergüenza por mostrarse en público tan débil. Tener a su chico sonriendo orgulloso a un lado le hacía sentir bien, y el abrazo sincero de su padre podía aliviar su conciencia, teniendo el poder suficiente para ignorar la presencia fría y aterradora de su madre que se postraba en medio del salón.

"Gracias, papá" Dijo con el rostro oculto en el torso del anciano.

"Nos desharemos de todas las pertenencias de tu madre" acarició su cabeza y plantó un beso en ella. "No quiero tener nada de ella. Ha roto lo más importante que tengo en la vida y no se lo perdonaré nunca". Miró a Wonho y le agradeció con la cabeza.

"Te irás a vivir con él en lo que yo...tiro todo a la basura" Apartó al pequeño y limpió sus mejillas. "Estoy orgulloso de ti." Besó su frente. "Muchacho, ¿tú no tienes nada en contra de lo que he dicho, no?"

"Estaré encantado por poder cuidar de su hijo el tiempo que usted necesite" Se acercó e inmediatamente Hyungwon lo abrazó.

"Hyungwon, te irás con él pero yo estaré contactándote todos los días. Ni por un segundo pienses que te daré la espalda" insistió.

El menor de los tres asintió con una sonrisa radiante, libre de una pesada losa  que habitaba en él. Tal vez sin la ayuda y presencia de su chico, todo habría avanzado de forma diferente pues la primera reacción que tuvo el anciano no fue tan buena. Había vivido con la culpa y el miedo durante toda su vida, sería complicado pasar página; aun más si su pasado estaba enfocado en perseguirle. Y se sintió estúpido porque las dos personas que más amaba, no lo habían rechazado, más bien le habían entendido y consolado como si él de verdad valiera la pena por proteger.

Ya en su habitación, mucho más relajado y hablador, comenzó a preparar la pequeña maleta para el tiempo que durase su estancia en casa del mayor. Eso aún le parecía un sueño.

"Wonho..." se dirigió a él. "No sé cómo darte las gracias." Se mordió el labio intentado ocultar su sonrisa.

"Vivirás conmigo, eso es más de lo que hubiera pedido" Dejó la mochila de clase encima de la mesa y atrapó al castañito entre sus fuertes brazos. "Eres valiente, Hyungwonie..." le recordó el adjetivo que había empleado antes para adularlo.

"¿Eso piensas?" subió las manos por sus cuerpo y abrazó sus hombros. "Yo creo que si no te tuviera conmigo, seguiría siendo un pobre desgraciado sin ninguna ilusión en la vida."

"Oh deja de hablar así." Le pegó más hacia él y acarició su cintura por debajo de la camiseta. "¿Sabes lo que podremos hacer en casa?".

"Los trabajos de clase con mayor espacio" le tentó burlándose de él pero a la vez muriéndose por dentro de expectación.

"Si, también podremos hacer cosas de clase..." Apretó ligeramente su cintura sobresaltándolo en el lugar y sonrió. "Dormiremos todas las noches juntos y podré besarte sin descanso"

"Eso...suena muy bien" sonrió de vuelta.

Ambos acortaron el pequeño espacio que separaba sus bocas para unir los labios y empezar un dulce e íntimo beso. Cálido, pasional y lleno de confianza. Hyungwon no creía la suerte que estaba teniendo con los dos hombres que formaban su hogar. A pesar de no ser del todo sincero, se sentía alegre y ligero ahora que ellos conocían su pasado. Y eso, lo unía más a Wonho. Vivir con él, pasar más horas a su lado, tenerlo para él solo....era como alcanzar el cielo.

Por otra parte, Wonho se sentía orgulloso del menor y el gran paso que había dado. También, estaba feliz porque el anciano padre había sabido tomar las riendas de la situación sin que él tuviera que intervenir demasiado.

Estaba Convención de que aypartir de ese momento, las vidas de ambos solo estarían pintadas de colores y la suerte seguiría de su lado, mas una tormenta se aproximaba y no saldría bien librado de ella sino se cuidaba a sí mismo. Poco a poco y sin darse cuenta, había sido atrapado en la telaraña de su adorable chico.

💌❤
Disculpar la demora. Quiero avisar por acá también de que he publicado una nueva historia y si no es molestia me gustaria que te pasarás a echar un vistazo <3.

A partir de este capítulo, comenzará la verdadera acción y quien avisa no es traidor. Igualmente, espero que sigáis disfrutando la lectura y gracias por la espera.

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