007 🎭
Creía que el techo de la habitación se le venía encima. Las llamadas de atención del mayor le molestaban de sobremanera y aunque la fiesta parecía estar ya muy lejos, sentía las vibraciones de la música bajo sus pies. Se inclinó de un lado a otro ya sentado en la cama, cerró los ojos y suspiró. La tormenta de recuerdos estaba tan presente ahora que estaba seguro de que si alguien se le arrimaba, vomitaría encima suya.
"Hyungwon, te estoy hablando". Wonho dejó caer sus hombros con cansancio y se sentó a su lado. "Si no quieres hablar ahora, lo entenderé. Pero lo que has hecho está mal"
"¿Está mal? ¿Desde cuándo besar a alguien está mal, Wonho?". Abrió los ojos y un poco mareado se fijó en su mejor amigo. "Lo que está mal es romper una promesa. Me has dejado solo, rodeado de gente que no conozco. Salgo a bailar y un compañero de clase me acompaña. Mientras tú le comias la boca a la chica que me odia, Jongin me daba toda su atención". Le dio con el dedo indice en el pecho y se acercó a él enfadado.
"Yo...no quería dejarte solo, lo sabes. Pero Umma-"
"Umma esto. Umma aquello..." le interrumpió. "Estoy harto de ella" soltó por fin. Más tarde se arrepentiría pero mientras el alcohol le dejase actuar con libertad, hará y dirá lo posible para cumplir su deseo. "Todo el mundo lo dice. Se dan cuenta de que ella no es buena para ti... pero tú sigues ciego... Me insulta, se ríe de mi y lo único que haces es alejar el problema". Intentó levantarse pero al hacerlo, las piernas le temblaron. Wonho le alcanzó tomandolo de la cintura antes de que cayera al suelo y le sentó a horcajadas encima suya.
"No es facil dejar a alguien. No cuando vas a ver a esa persona todos los días". Wonho alzó el rosto para mirar al menor a los ojos. "No quiero perderte, Hyungwon. A diferencia de los demás que me conocen más tiempo, tú, el chico nuevo, me conoces mejor que nadie. Pero entiende que no puedo dejar a Umma. No aqui. No ahora".
La distancia entre sus rostros era mínima. Wonho también había bebido pero se mantenía sobrio para recordar con más claridad esta noche al despertar por la mañana. Hyungwon quería llorar. Por el beso con Jongin, por los abusos que sufrió, por no ser capaz de enfadarse con el mayor y por no ser capaz de correr y acabar con esa chica. Mas no lo hizo. No quería estropear el sutil maquillaje que Samanta le había hecho. Pero el leve temblor de labios le fue imposible contenerlo e hizo que Wonho se fiara en ellos.
"¿Qué puedo hacer para que me perdones?". Pasó su dedo pulgar por el labio inferior de Hyungwon. Estaban húmedos por el brillo que se había puesto.
La cabeza de Hyungwon empezó a funcionar correctamente. Lo vio como una clara oportunidad. Wonho pensaba que estaba ebrio y no recordaría nada así que usaría eso de excusa.
"Un...beso" susurró.
Wonho sonrió y acto seguido besó su mejilla. Hyungwon soltó una leve risa. A veces, Wonho parecía un niño pequeño al que le tenías que especificar las cosas bien para que lo entendiera.
"Otro más..." acarició con la yema de sus dedos su oreja.
Wonho repitió el beso en la otra mejilla posando sus labios en ella por unos segundos más. El perfume de Hyungwon llegó hasta sus fosas nasales y suspiró por lo bien que olía. Hyungwon señaló la punta de su nariz para que el mayor plantara ahí otro beso. Hizo lo mismo en su frente y en sus párpados.
"¿Sabes...? Aunque no me separé... la lengua de Jongin no se sentía nada bien..." Wonho relajó el semblante al escucharlo. Fue como si una ola de celos le recorriera todo el cuerpo. Inconscientemente, bajó sus manos hasta las redonditas nalgas de Hyungwon y lo pegó más a su pecho. Los dos bajaron la mirada y sus mejillas se tiñieron de un adorable tono rojo. "Un último beso"
"Hyungwon... lo que me pides es-"
"Olvidate de Umma por unos segundos y después arrepiéntete todo lo que quieras. Quiero olvidar el sabor de Jongin. Hazme olvidar por unos segundos el pasado" suplicó buscando la mirada del mayor.
Su corazón latía con fuerza. La ansiedad por sentir los labios rosados de su mejor amigo le hacía temblar y tener escalofríos aunque en el cuarto donde estaban encerrados se estuviera caliente. Por un instante imaginó que Wonho le dejaría solo en el cuarto. Imaginó lo peor por pedir tal beso. Sin embargó, cuando sus labios chocaron, todas esas ilusiones pesimistas quedaron en el olvido. Wonho le estaba besando. Sus manos seguían aferrando su cuerpo. Hyungwon no podía seguirlo lo cual le extrañó porque había soñado con este momento mil y una noches. Se separaron por unos segundos para recuperar el aire. Se miraron a los ojos, esperando una respuesta que no llegaba. Ninguno de los dos quería hablar. Hyungwon abrazó al mayor por los hombros y rozó sus gruesos labios con los contrarios. Quería más aun sabiendo que no podía hacerle eso a Wonho. Pero grande fue su sorpresa cuando este se abalanzó a sus labios para besarlos con lujuria. Era un frenesí de emociones. Y después llegó la excitación. Por debajo de la ropa, sus miembros comenzaron a crecer en grosor. Hyungwon movió sus caderas creando una deliciosa fricción que hizo perder el control del beso al mayor. Sus lenguas empezaron a bailar. Wonho tomó el rostro de Hyungwon con una mano y con los ojos medio-abiertos, dio la ultima mordida al labio inferior del menor para acabar con el beso.
"Te llevaré a casa". Dijo después de un rato, Wonho.
Hyungwon no esperaba otra cosa. Lo que había pasado estaba fuera de lo que había pedido. Y agradecía el poder salir de la fiesta para poder llegar a casa y meditar. Se levantaron de la cama y miraron hacia sus pantalones. El pudor y la vergüenza aparecieron reflejadas en sus rostros.
"Tranquilo, a estas horas nadie lo notará..." alivió la tensión.
Se olvidaron de sus acompañantes y del anfitrión cuando salieron de la casa. Nadie se fijó en ellos. Tampoco estaban preocupados por ellos. Ahora cada uno estaba en su mundo. No hablaban, no se miraban, no se tomaron de las manos... . Pensaban en lo sucedido, en lo rápido que les bajó el alcohol y lo muy conscientes estuvieron en aquel cuarto.
Cuando llegaron a la casa del menor, se quedaron en la puerta para despedirse de la noche de alguna manera en la que no fuera muy evidente la excitación que traían consigo.
"Mañana no podremos quedar pero te hablaré cuando tenga algo de tiempo libre..." Wonho, cabizbajo, hizo círculos en el suelo con la punta de sus pies.
"No importa. Estaré bien... ." odiaba los silencios incómodos. "No quiero que nuestra amistad se vea afectada por lo que ha pasado. Puedes contárselo a Umma si eso te hace sentir mejor. Yo tomaré la responsabilidad porque... ha sido en cierta forma mi culpa". soltó deprisa con una sola bocana de aire.
"No será necesario". Le miró ahora sonriendo. "Descansa". Con una última sonrisa, dio media vuelta y se alejó de su casa tomando camino a la suya.
Hyungwon no había entendido eso último. ¿Qué quiso decir? Se preguntó.
Con una sonrisa boba, entró a su hogar sin hacer mucho ruido para no despertar a su padre. Miró la hora en el reloj de su habitación. Las seis cinco de la mañana. "¿Tanto tiempo permanecieron escondidos? " susurró para si mismo.
Tumbándose en la cama completamente desnudo, cerró los ojos para revivir la mejor noche de su vida. No sintió asco u odio cuando Wonho hizo suyo el beso. Tampoco quería golpearle o vomitar encima de él cuando su polla se hizo grande y gruesa debajo de los jeans y la sintió. Wonho era distinto a los demás. Pudo haberse aprovechado de él estando ebrio y en lugar de eso se comportó como un caballero.
"Tienes que ser mio. Estoy destinado a ti ". Sonrió ocultando su cara en la almohada.
Por otra parte y no tan feliz, Wonho, tumbado en su cama, cogió el móvil y chistó cuando los diez mensajes de Umma ocultaron su fondo de bloqueo. Todos eran preguntando dónde demonios se había metido y porqué la había dejado tirada en la fiesta. Apagó el móvil y lo guardó en la mesilla porque si algo no quería hacer, era hablar con su novia.
¿Tendría el valor de contarle lo sucedido o lo ocultaría?
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