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[Cap. 2]
🍫 Among tears and chocolate



De seguro parecía una tonta ahí de pie. Pero no me importaba. Lo que veía había bastado para destruir mi ánimo de la peor manera posible. Frente a mí, estaba aquel cartel de anuncio que traía alegrías y decepciones. Para mí, era mucho más que decepción. Me había creado temor, había traído a colación un miedo que llevaba mucho tiempo sin sentir.

A mí realmente no me importaba ser el primer puesto en las evaluaciones mensuales, pero para mi padre que no lo fuese constituía una razón para recordarme que no era buena para nada. El señor Jones insistía en que debía ser siempre la primera, la mejor. Pero el mes de septiembre me resultó amargo. El puesto número catorce era el que acompañaba mi nombre y yo sentía que ni siquiera ese número merecía.

ㅡEh, Miccaela. Llevas mucho tiempo ahí de pieㅡuna hoz dulce y melodiosa interrumpió mis estúpidos pensamientos. Sentí una mano sobre mi hombro, un agarre reconfortanteㅡ¿Estás bien?

ㅡ¿Eh?ㅡvolví a mis sentidos. Miré alrededor varias veces, ubicando el pasillo casi vacío del instituto y la única presencia de Jimin detrás de míㅡNo te prepcupes, Jimin.

ㅡVen aquí, pequeñaㅡme volteó al colocar ambas manos en mis hombros.

No lo vi venir, tampoco lo esperé. Los esponjosos labios de Jimin cayeron sobre los míos. El tacto fue gentil, suave; sus besos eran cargados de dulzura, justo como él. Me dejé llevar por el delicado movimiento de sus labios, sin pensar en nada más que no fuese Jimin y el beso.

Con Jimin llevaba cerca de dos meses intentando algo. Era un chico agradable, cariñoso, divertido y juguetón. Coincidía en todo con "mi tipo" y la atracción era mutua. Le conocí en la fiesta de graduación de mi primo Seokjin, que era un año mayor que nosotros, y desde entonces comenzamos a vernos con frecuencia.

ㅡ¿Todo bien, linda?ㅡJimin acarició mis mejillas con suavidad, como si temiera quebrarme con el mínimo roce sobre mi piel.

ㅡMhm. ¿Qué tal tus resultados? Ni he mirado en la lista.

Hasta ese momento noté que Jimin llevaba mi mochila y la suya. Me tomó de la mano, entrelazando nuestros dedos y tiró de mi brazo para hacerme caminar.

ㅡBastante bien, terminé en el duodécimo puestoㅡera bastante inteligente, otra de sus cualidades que me atraíaㅡEstudié muchísimo y aún así no entré en los primeros diez.

Los pucheros formaban parte de su día a día, y el mostrármelos parecía gustarle cada vez más. Yo me derretía de solo ver la monada que era Jimin, pero quién no, era un bombón de chico ante los ojos de cualquiera.

ㅡTal vez lo logres a la próxima. Yo tampoco lo he conseguido, hasta me has rebasadoㅡsolté una carcajada que me supo amarga y Jimin ni siquiera lo notó.

ㅡNo te enfades, podemos estudiar juntos para el próximo mesㅡme regaló una de esas sonrisas genuinas que me encantabanㅡ¿Qué harás este fin de semana?

ㅡNi idea, pero tengo que terminar la investigación de Ciencias así que posiblemente ese sea mi plan.

ㅡVale, creí que-

El sonido de mi móvil le interrumpió a media frase. Me ofreció mi mochila a la par que yo soltaba su mano para buscar el aparato. Miré la pantalla encendida y se me escapó una tonta sonrisa justo antes de contestar.

ㅡ¿Ya has terminado?ㅡni siquiera me dejó hablar.

ㅡSí, voy de salida.

ㅡNi sé para qué pregunto, si te estoy viendo con el chico vainillaㅡcreí que los ojos se me salían de las cuencas cuando comencé a mirar hacia todos lados, sorprendida. Yoongi había decidido llamar a Jimin "chico vainilla" porque le parecía demasiado dulce. Aquello realmente me causaba graciaㅡDespídete y ven.

ㅡVale, pero no me mandesㅡde no haber estado por llamada, o de haberle visto ya, le hubiese sacado la lengua como solía hacer constantemente.

Guardé el móvil en el bolsillo lateral de la mochila luego de cortar la llamada. Jimin seguía en la misma posición en que le había dejado, simplemente mirando al frente con las manos entrelazadas por detrás de su espalda. Tenía el aspecto de un niño pequeño, inocente y mono.

ㅡYa me tengo que ir, Jimin.

ㅡHa venido él, ¿verdad?ㅡsu expresión calmada pasó a ser algo más que no supe identificar. Tal vez algo de resentimiento.

ㅡSí, me llevará a casaㅡmi tono de voz fue el mismo de siempre, me esforcé en no hacer notar mi confusión ante su mirada.

ㅡSigo sin estar del todo de acuerdo con esto, Miccaela.

Digamos que a Jimin no le hacía ni la mínima gracia que yo anduviera con Yoongi. Me repetía un montón de veces que las amistades entre hombres y mujeres no eran posibles; y mucho menos entre un chico tan mayor y alguien de nuestra edad. Pero para mí no existía ningún perjuicio en cuanto a mi amistad con Min.

ㅡTe he dicho un montón de veces que es mi mejor amigo.

ㅡPero no me agradaㅡa veces Jimin olvidaba que lo nuestro seguía siendo un intento, de dos meses, pero a fin de cuentas, solo un intento. Percibía las ganas que tenía de colgarnos una etiqueta que nos identificara a ambos como algo en común más que compañeros de clase. Y yo no estaba lista para eso.

ㅡNos vemos el lunes, Jimin. Te estaré escribiendo.

Le corté de raíz el siguiente comentario despectivo hacia mi mejor amigo, y simplemente eché a correr hacia la salida del instituto.

Identifiqué el coche de Yoongi a unos pocos pasos de la verja. Una ráfaga de viento pasó y terminó alzando mi falda de uniforme. Pude ver como se rió sin descaro alguno ante la vista que le ofrecí involuntariamente y luego movía el coche un poco más cerca de la acera. Llegué frente a él dando saltitos, la mochila repleta de libros comenzó a pesarme y me quejé al instante.

Yoongi no era del tipo que bajaba del coche para abrirte la puerta, y eso lo sabía, así que con ese pensamientos me subí al coche yo solita mientras me quitaba la mochila para lanzarla a los asientos traseros.

ㅡ¿Vienes emocionada o solo estás fingiendo?

ㅡLa segunda.

Después de eso, el silencio se apoderó del espacio, como una pared gélida de sentimientos sombríos construida por mis pensamientos y mi sentir. Yoongi no dijo nada más, tampoco preguntó, y yo se lo agradecí sinceramente.

• •

Encesté el séptimo pañuelo en el bote de basura de la esquina. Regresé mi vista a la televisión a la vez que acercaba una cucharada cargada de helado de chocolate a mi boca. El dulce cacao jamás llegaría a sentirse repugnante para mí, o demasiado empalagoso. Ese papel se lo dejaba a la pareja a punto de separarse que aparecía en la película que me había puesto a llorar sin razón alguna.

Me entró un calambre en la pierna derecha y tuve que sacarla de debajo de la izquierda para dejarla colgando del sofá, la moqueta me hizo cosquillas en la planta del pie y se me escapó una risilla.

ㅡEstoy por pensar que es bipolarㅡescuché en un susurro un poco lejano.

Volteé la cabeza todo lo que podía, para encontrarme la imagen de Yoongi con un codo sobre la isla de la cocina y la mejilla hundida en la palma de su manos. Me estaba observando con resignación, como una madre ve a su hija deprimirse por su primer amor luego de repetirle un millón de veces que le dolería.

ㅡ¿Qué has dicho?

ㅡNada, que vayas terminando para que tomes un baño.

Le solté un sonido gutural como respuesta. Cuando me incomodó la posición, regresé mi cabeza a donde debería ir y seguí en mi mundo de chocolate y lágrimas.

Ni siquiera me había quitado el uniforme luego de llegar al departamento de Yoongi. Le rogué que no me llevase a casa y él, alegando que odiaba estar solo, simplemente me llevó consigo hasta su departamento. A penas vi el sofá me lancé a él e hice a Yoongi salir a comprarme helado de chocolate, mientras yo buscaba la película más cursi y bobalicona que pudiese llegar a sacarme lágrimas.

ㅡVenga ya, Mica. Levanta tu culo del jodido sofá.

Noté su presencia solo cuando me quitó el bote de helado y me alzó como una pluma. Yoongi era silencioso como un gato y aún así me seguía sorprendiendo. Me echó sobre sus hombros como si yo fuese un puto saco de patatas y no me dejó de vuelta en el suelo hasta llegar a su habitación, ni porque le había cocido la espalda a puñetazos.

ㅡ¡Quería terminarme la peli, Min!

ㅡA mí ni me llamas por mi apellido, ni me gritas y mucho menos me haces berrinche, señoritaㅡme acusó cual padre enfadado, señalándome con su dedo índice y frunciendo el ceño.

ㅡA ver, ¿qué coño quieres que haga?ㅡme crucé de brazos, casi en medio de una rabieta por no poder seguir llorando a moco tendido por una película.

ㅡQue tomes un baño porque vamos a salir.

Se giró para dejarme sola, pero yo fui más rápida y alcancé a tomarle de la muñeca antes de que pudiese abrir la puerta.

ㅡYoongi.

ㅡ¿Mhm?ㅡvolteó solo la cabeza para prestarme atención.

ㅡAyúdame a lavarme el cabello.

Torció los labios en una mueca que no hizo más que disparar un centenar de pensamientos para nada inocentes dentro de mi cabeza. La mirada se le iluminó pero no tanto como me hubiese gustado ver. Sabía que estaba reprimiendo sus pensamientos de origen parecido a los míos.

ㅡNo jodas, Miccaela. Sabes que

ㅡQue no me llames por mi nombre, mierda. Y ayúdame, Yoongi. No seas malo.

Único paso para convencer a Min Yoongi de cualquier cosa: mirarle fijamente a los ojos y fingir inocencia.

Aquello era todo lo que necesitaba para tener a aquel chico lleno de tatuajes frente a mis pies.

ㅡMica, no quiero... no quiero que pienses mal.

ㅡMe quedo en ropa interior. Venga, es como estar en traje de baño.

Vi una pequeña sonrisa curvar la comisura de sus delgados labios. Fue un gesto sutil, casi imperceptibleㅡSúper extraño escuchar eso de una mujer.

ㅡSabes que soy diferenteㅡle sonreí con arrogancia. Él simplemente terminó de entrar a su habitación luego de cerrar la puerta. Señaló en dirección hacia el baño.

ㅡAnda a quitarte la ropa y deja de hablar tonterías.

ㅡTus propuestas son cada vez más descaradas. Me encanta.

Le dejé casi jalándose el pelo por mis gestos y caminé emocionada hacia el baño. Me quedé viendo mi reflejo frente al espejo, aún tenía ojeras por las últimas noches de estudio sin descanso. Sinceramente, odiaba aquellas manchas oscuras debajo de mis ojos. Pero odiaba mucho más haberme esforzado tanto para un resultado tan mediocre como lo era un decimocuarto puesto.

Una vez más, no escuché llegar a Yoongi. Solamente sentí sus dedos rozarme los hombros cuando se deshizo de la chaqueta roja del uniforme. No dije nada, le dejé hacer lo que tuviese en mente sin mediar el resultado, sin pararme a pensar en lo siguiente. Giré sobre mis talones antes de que él me hiciera dar vuelta.

Me recibió una mirada tranquila, una que conocía y anhelaba con tantas fuerzas solo por ese día. Yoongi se tomó su tiempo soltando los botones de la camisa blanca, bajando la cremallera de la falda a cuadros y viéndola deslizarse por mis piernas.

Sus ojos me escanearon de arriba a abajo, siguiendo el recorrido unas tres veces seguidas. Sí, era la primera vez que me veía en ropa interior, a pesar de que me paseaba por su departamento en camiseta y bragas -en esas ocasiones, la tela de las camisetas me cubría suficiente piel-.

ㅡTe has puesto nerviosoㅡle dije con burla. Yoongi seguía mirando algún punto que no fuese mi cuerpo o mis ojos.

ㅡ¿Yo? Qué va, no se de dónde sacas esas ideas, Mica.

ㅡNo es la primera vez que ves a una mujer en ropa interior, Yoongi. No hay nada que temer.

ㅡSe supone que somos amigos. ¿A caso esto es normal entre amigos?

ㅡ¿Desde cuándo nuestra amistad ha sido normal?

Yoongi estuvo de acuerdo conmigo, aunque no lo expresó con palabras. Me tomó de la mano para ayudarme a entrar en la bañera. El agua tibia abrazó mi piel y me relajó bastante. La temperatura del agua solo indicaba que Yoongi la había preparado hacia poco.

Cerré los ojos cuando sentí una de las manos de Yoongi sobre mi cabeza. El olor del champú de frutas que le hice comprar por tres meses seguidos inundó mis fosas nasales y me encantó. El masaje comenzó con suavidad, de seguro para esparcir bien el champú por todo mi cabello.

Tenía el cabello bastante largo y me daba una pereza enorme lavarlo, me dolían los brazos a la mitad del proceso y las ganas de rendirme me superaban en ocasiones. Sin embargo, un día Yoongi quiso cumplirme un capricho -era uno de esos días en los que estaba de buenas porque había follado o simplemente porque llegaba con un tatuaje nuevo- y probé a hacerle lavarme el cabello. Descubrí la gloria que podían producir sus manos y, desde entonces, hacía alguna apuesta con él o le chantajeaba para que me ayudase.

Nunca resultó tan fácil como ese día. Tal vez se debía a que sospechaba la mierda con la que cargaba aquel viernes y no quiso resistirse ante algo que sabía que amaba.

ㅡNo tienes porqué preocuparte. Saldremos hoy a donde tú quieras y te quedas a dormir conmigoㅡsu voz se me hizo lejana por el limbo mental en el que me habían dejado sus manosㅡYa le he hablado a tu hermano y él hará todo el trabajo de cubrirte.

ㅡGraciasㅡen situaciones así, no tenía nada más por decir. Un agradecimiento sincero, y que Yoongi lograba captar como tal, era suficiente de mi parte.

ㅡPuedes quedarte hasta el lunes si quieres. Te ayudo a hacer los deberes y por el uniforme ni preocuparse, puedo comprarte otro y todo listo. Tienes-

ㅡQue sí. Que tengo ropa, cepillo de dientes, pijama y hasta peluche aquíㅡmurmuré aún perdida en la presión que ejercían sus dedos en mi cuero cabelludoㅡMe has dicho eso trescientas veces, Yoongi.

Una risa ronca se le escapó, se escuchó bastante dulce viniendo de élㅡA veces olvido que ya has crecido un poco. Antes tenía que repetirte las cosas muchísimas veces.

ㅡEsta Mica es solo una parte de la que conociste.

ㅡPero sigues buscando mis brazos como el primer día.

• •

2400 y tantas palabras. Ahora sí que terminé de freír la neurona que utilizaba para el instituto y me quedo con la que comparto con mis amigos.

No sé si se va entendiendo esto, he hecho mi mejor esfuerzo por sacar algo bueno.

Aclaración:
Mica tiene 18 años, la edad legal en Corea del Sur para mantener relaciones sexuales. Así que cualquier acto entre X persona mayor de 18 y Mica está consensuado por la ley.

Yo solo aclaro para que no hayan malentendidos.

¿Qué les pareció Jimin?
Lo siento, no podía dejar al peluchito fuera de esto. Es que le amo demasiado.

¿Creéis que estará todo Bangtan aquí?

Ya aparecieron Taehyung (aunque fue cortito), Jimin (que es importante) y nuestro gatito. Además del inigualable World Wide Handsome

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