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De alguna manera u otra, el departamento de Jungkook se había convertido en un hogar para mí. En su armario, había un espacio con ropa mía; en su baño, había un cepillo de dientes rosa que no era suyo y muchísimos productos de aseo que él no utilizaba; sobre su cama, descansaba todo los días un gatito de peluche que él no abrazaba para dormir; y en su cocina, había una taza con un paisaje demasiado abstracto que él nunca llegaba a utilizar. Y el departamento no era como mi segunda casa, su departamento era mi hogar.

ㅡ¡Jeon!ㅡdudé mucho que recibiría respuesta pero nada cuesta el intento, ¿cierto? Al no escuchar su voz ronca reclamarme por el volumen, salí del baño hasta quedar en su habitaciónㅡ¡Jungkook-ah!

Suspiré hastiado cuando pasó un minuto y ni siquiera se escuchaban pasos por el pasillo. El trozo de roca dueño del apartamento desarrollaba su habilidad "no soporto escuchar a nadie" en los momentos menos oportunos. Resignado, salí al pasillo en la incómoda posición en la que me encontraba. Resultaba que el jersey se me había quedado atascado al broche del sujetador cuando intenté vestirme. El broche estaba en mi espalda y a menos que desarrollara una habilidad sobrenatural, me era imposible resolver el problema por mi misma.

ㅡ¡Kook, te estoy hablando!ㅡhacía muchísimo tiempo que no utilizaba aquel mote para hablarle a Jungkook. Solo le llamaba así cuando estaba realmente lo necesitaba con desesperación, porque utilizar su nombre completo ya no surtía efecto en él.

Kook era el nombre que utilizaba como "profesional". Jungkook estudiaba música en la Universidad, al poco tiempo de comenzar la carrera descubrieron su talento innato y decidieron que era buena idea llevarle a los eventos que se organizaban. Jungkook tocaba el piano como un puto profesional, la guitarra se le daba de maravilla y era el mejor en la clase de composición y letras. Así que su elevado ego le donó la idea de buscarse un nombre artístico. Kook, casi como kookie en Inglés, lo que era el significado de su nombre en coreano. Quedé sinceramente impresionada con su ingenio una vez me explicó todo con detalle porque realmente la gramática me iba de malas en ocasiones.

ㅡ¿Ahora qué coño quieres?ㅡsalió de detrás de la isla con una rapidez jamás vista en él. Me llevé una mano al pecho, impresionadaㅡ¿Qué haces así?

ㅡJoder, qué puto susto, Jeon. ¿Me ayudas con esto?

Volteé para darle la espalda y mostrar el problema. Escuché un suspiro cansado cuando me retiré el pelo hacia un lado.

ㅡSi no fuese por mí te habrías vuelto loco, ¿verdad?ㅡasentí sin muchas ganas de darle la razón. Nuevamente, el roce de sus dedos contra mi piel me puso a temblarㅡListo, ¿algo más?

ㅡNo, graciasㅡdejé que la mata de pelo húmeda aún me cayera por la espalda y giré para volver a mirar a Jungkook mientras deslizaba la tela del jersey por completoㅡ¿Qué hacías?

ㅡYa que la "mujer" de la casa no puede entrar a la cocina sin poner nuestras vidas en riesgo, hago algo decente qué cenar antes de irnos.

ㅡVale, seguiré con lo mío.

Salí de la cocina pitando. La mujer de la casa. ¿Con cuántos significados podría llegar a cargar aquella frase?

Me aterraba descubrirlo y por eso lo ignoré. Decidí continuar vistiéndome antes de que a Jungkook le diese el arrebato de sacarme de casa aunque no estuviese listo del todo.

• •

Casi un año había pasado y él se veía exactamente igual a la primer vez. El mismo estilo de ropa, el mismo peinado, el mismo coche en el que nos besamos después de dos horas de habernos conocido.

Jungkook tenía toda la pinta de chico malo, vestía de negro siempre que podía -seguramente porque sabía que el color le iba jodidamente bien- y para colmo, se cargaba una expresión imperturbable, una cara diaria de "me importa una mierda el mundo". A mí me encantaban todas las facetas de Jungkook, al menos, todas las que me había dejado ver durante nueve meses.

ㅡ¿Dónde estamos?ㅡpregunté cuando vi que reducía la velocidad frente a una casa de la que salía un volumen excesivo de música y que enfrente habían hileras completas de coches aparcados.

ㅡEs la casa de Namjoon, un compañero de la Universidadㅡcomentó con calma, mirando por encima del capó de los coches buscando sabrá Dios qué cosa.

ㅡ¿Qué hacemos aquí? Jungkook, pensé que iríamos al club de siempreㅡhice un mohín a la par que me hundía en el asiento.

ㅡNo seas malcriado, Jim. El chico me invitó a la fiesta y quería traerte. Quiero que conozcas a mis amigos y todo eso.

Supe lo que estaba buscando cuando bajó del coche, habló con un par de chicos que estaban en el portal y ellos se encargaron de mover los coches que no dejaban el paso hasta el garaje. Jungkook me hizo un gesto para que me pasara al asiento de conductor, articuló que me encargara de aparcar y a mí se me desencajó la mandíbula. Nunca había hecho algo así. ¿Y si chocaba alguno de los coches que estaban allí? Me metería en un lío gordo y a Jungkook también.

Al final, él tuvo que subirse al coche y aparcar cuando vio que ni podía sujetar el volante sin ser un manojo de nervios.

ㅡRecuérdame enseñarte a conducir a partir del próximo fin de semana.

ㅡPero si no me sirve de nadaㅡle ataqué con mis razonamientos más que obvias, y tontas.

ㅡQue te voy a enseñar y punto.ㅡrespuso con seriedad. No podía creer que se había ofuscado solamente porque no fui capaz de aparcar el coche. Le agarré de la muñeca antes de entrar a la casa. Se le tensó el cuerpo completo, pero respondió sin mirarme:ㅡHe visto el coche del chico vainilla.

Me supo amargo el tono de voz con el que lo dijo. Por lo general, era Yoongi quién se refería a Jungkook con aquel tono de voz. Así que el hecho de que fuese a la inversa me resultó demasiado interesante a la vez que intrigante.

En el interior de la casa nos recibió el típico ambiente caótico de las fiestas universitarias. Aunque como siempre, la mayor cantidad de personas se concentraba en el patio. Los que estaban en el interior iban en busca de bebida, de subir las escaleras hacia alguna habitación para follar o los amargados que estaban allí por obligación.

Jungkook me hizo soltarle la muñeca y tomó mi mano en un movimiento rápido. Yo me aferré al agarre todo lo que pude. A pesar de que me gustaba muchísimo ir a fiestas, siempre tenía el temor de que podría perderme entre la gente.

ㅡTe voy a presentar a tres chicosㅡcomenzó a hablar Jungkook por encima de la música. Yo me dediqué a escucharle con atenciónㅡAsí que tres consejos; no le hables de rap, no bailes con él, no menciones a Iron Man.

ㅡ¿A cuál de los tres?

ㅡYa sabrás cuando los conozcasㅡcaminó con más rapidez tirando de mi brazo izquierdo. En el patio trasero la música se escuchaba con mayor nitidez y allí sí que había un montón de genteㅡ¡Jung Hoseok!

Cuando quise saber por qué Jungkook había gritado, ya me había soltado la mano y se encontraba abrazando a otro chico. La escena se me hizo demasiado rara. Jungkook no era para nada cariñoso, mucho menos de dar muestras en público. Así que ese chico debía ser realmente importante para él cuando le recibía de esa forma.

Me encogí en mi lugar en lo que ellos hablaban de algún tema que no llegaba a escuchar debido a la música. Seguido, se acercaron dos chicos más; uno que nos sacaba como una cabeza a mí y a Jungkook, y otro con aspecto joven pero sin llegar a ser de mi edad.

ㅡHola, tú debes ser Jimin. Jungkook nos ha hablado mucho de tiㅡel chico alto se acercó a saludarme. Un par de hermosos hoyuelos se robaron mi atención cuando le vi sonreír y no pude hacer más que devolverle el gestoㅡUn gusto, soy Kim Namjoon.

ㅡEl gusto es míoㅡtemí que me fallara la voz cuando me encontré con sus ojos. No sabía qué pero en su mirada había algo demasiado atrayente. ¿De dónde sacaba Jungkook amigos tan guapos y dónde habían estado ocultos todo ese tiempo?

El chico más joven llegó frente a mí después de NamjoonㅡHola, soy Taehyung.

Se veía a simple vista que la timidez le tomaba por momentos. Pero tenía un aura que desprendía picardía y travesura por cada mirada que posaba sobre alguien.

ㅡMe alegra conocerte, Taehyung.

Alguien carraspeó a sus espaldas. El chico se hizo a un lado para dejarme ver al que había abrazado a Jungkook. De piel ligeramente morena, una contextura delgada pero muy bien proporcionada y una hermosa sonrisa que dejaba a cualquier a sus pies o perdido por él.

ㅡSoy por el que tu chico gritó, Jung Hoseokㅡse me hizo súper divertido que mencionara a Jungkook como "mi chico" cuando no éramos más que amigos. Hoseok fue el único que se animó a buscar contacto físico de mi parte, tendiendo su mano hacia adelante hasta que acepté un apretón.

ㅡEspero que podamos ser amigos, Hoseok.

Me encantó su sonrisa y la tranquilidad que transmitía. Taehyung se despidió mientras reía porque había dejado a su cita de lado y probablemente había perdido la oportunidad de follar esa noche. Aquellas palabras me comprobaron lo que ya sospechaba, Taehyung era todo un casanovas con aspecto tierno y tímido.

De alguna forma, Jungkook terminó sumido en una profunda conversación con Namjoon sobre rap. Lo que me decía claramente que el primer consejo se refería a él.

Solo me quedaba descubrir cuál de los dos restantes le correspondía a Jung Hoseok.

Jungkook me arrastró con él hacia unas sillas de jardín donde tomó asiento para seguir su charla con el anfitrión de la fiesta. Me llevé tremenda sorpresa cuando tiró de mi brazo hasta hacerme caer sobre su regazo. Nunca antes había hecho algo así. Lo atribuí a estar rodeada de chicos y su instinto asesino de querer protegerme como si fuese mi padre o hermano.

ㅡJim, ¿bebes?ㅡpreguntó Hoseok desde la silla que estaba a la izquierda de Jungkook. La única persona que permitía me llamase por aquel mote era a Yoongi -ni siquiera a Yoogi le había dado la oportunidad- pero no me molestaba en lo absoluto que sus amigos lo utilizaran también.

ㅡSolo en ocasiones.

ㅡSupongo que me concederás el placer de tomarte una copa conmigoㅡpodía llegar a ser súper dramático si se lo proponía.

ㅡVale, pero no quiero algo común. Sorprendeme, Jung Hoseok.

Veinte minutos después, Hoseok regresó con una vaso rojo en cada mano y una sonrisa inocente que encendía las alarmas de cualquier chica o chico que la presenciara. Esperaba no haber sido el único en el lugar testigo de semejante hermosura.

ㅡAquí tienes, algo especial de Hopeㅡme tendió uno de los vasos pero una mano fue más rápido que la mía. Jungkook tomó un sorbo de la bebida y luego me dejó el vaso de vueltaㅡMe ofendes muchísimo, Jeon.

ㅡIgnorando lo que acaba de sucederㅡsolté una risilla por el apretón de Jungkook en mi muslo derechoㅡ¿Hope? O sea, me has dejado en blanco.

ㅡLuego te diréㅡme guiñó un ojo antes de beber del vaso. Yo solamente me escondí detrás del mío, ocultando el sonrojo que sus palabras habían causado.

Las noches comenzaban a refrescar con la entrada del otoño. No había tenido tiempo de recogerme el cabello, así que cuando el viento soplaba, sentía alguno que otro tirón por parte de Jungkook porque de seguro le molestaba. Entre la música escuchaba solo algunas líneas de lo que hablaban mi mejor amigo y el chico lindo de los hoyuelos. Un poco más alejado de nosotros, percibí el jersey azul de Taehyung pegado al cuerpo delgado de un chico. Al parecer sí que había recuperado el polvo de la noche.

Mi mirada se desvió cuando me llamó la atención un cabello azulado y un movimiento de caderas que conocía muy, muy bien. Como si le estuviese llamando, sus ojos se encontraron con los míos sobrepasando el mar de gente que nos separaba. Me tensé y Jungkook pareció notarlo, porque comenzó a dejar suaves caricias en mi cintura por encima del jersey.

Ni eso fue capaz de relajarme cuando vi que Min Yoongi se acercaba a nosotros a base de largas zancadas. Se sentía como una película del Oeste la manera en que le veía cada vez más cerca de mí.

ㅡHala, ya apareció el chico vainillaㅡme pareció escuchar aquello con lejanía, pues los ojos de Yoongi no me permitían dejarlos ir ni por un segundo.

Me levanté del regazo cuando le tuve frente a mí. Me arreglé el dobladillo de la falda que se había alzado un poco y puse mi mejor cara de felicidad.

ㅡHolaㅡle saludé con frialdad. Yoongi me gustaba, muchísimo en realidad. Pero me sofocaba la manera en que quería crear un concepto entre ambos cuando yo no estaba lista para eso.

ㅡCreí que estarías con la investigación de Cienciasㅡno me iba lo romántico, mucho menos los celos.

ㅡHe decidido tomarme un descanso de los estudios. ¿Y tú? Imagino que lo mismo.

ㅡPues sí. Es bueno despejar un pocoㅡsonrió ladino. El Yoongi adorable seguía estando allí, escondido detrás de aquella camisa de seda roja que dejaba a la vista las clavículas más perfectas y apetecibles que había visto jamásㅡ¿Quieres bailar?

ㅡYa me la he reservado, guapo. A la próxima será.

Te como la cara, Jung Hoseok.

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