38- Confundido

Ni siquiera mi rostro dolió tanto cuando me golpeó como me duele mi corazón cuando entro a la habitación y veo la cama con las mismas sábanas de hace tres días. Cuando estaba con Kibum las cambiaba casi todos los días. Lo sé, no es algo romántico o melancólico que diría una persona que ha terminado con su novio, aunque no estoy seguro de si realmente él y yo ya no somos nada.

Yo no he aceptado acabar con él, así que eso debe ser válido, ¿cierto? Tal vez se trate de algo de darse tiempo u otra cosa pero es demasiado. Era peor que cuando no teníamos sexo por culpa de mi trabajo porque al menos en esos días nos besábamos mucho y muy suave. Me gustan esos besos, son muy dulces y hacen que mis labios cosquilleen durante un buen rato. Kibum se quejaba de que lo besara así pero creo que de esa manera le transmitía mis sentimientos. En lugar de decirle 'te quiero' todos los días, lo besaba así y no sólo en los labios. En todo su perfecto rostro.

Ah, de verdad lo extraño mucho.

He estado yendo todos los días a su instituto para intentar hablar con él pero se mantiene pegado como garrapata a sus amigos y a pesar de que le he explicado varias veces qué fue exactamente lo que pasó, él parece esmerarse en ignorarme. Incluso llego a pensar que en realidad Kibum nunca me quiso como yo a él. Supongo que ese era mi castigo por haber sido tan cabrón con todas las personas pero de cierta forma me alegra haber sido la persona que se llevó lo mejor de él. Será un bonito recuerdo.

La cosa es si yo volveré a ser el mismo que era antes o si seré igual que siempre. Espero no seguir con esta cara que dice "mi vida es una mierda" porque el resto me importa poco. Seguir con el corazón astillado o con el simple recuerdo de su piel en mis manos.

Demonios, hasta poeta me estaba haciendo. Quizá deje de lado el modelaje y me vuelva escritor. No suena mal, pero básicamente escribiría más cosas eróticas que algo romántico. Paso las manos por mi cabello estresado por la situación. Quisiera que aunque sea una vez más él me mirara a los ojos y me dijera si definitivamente ya no quiere estar conmigo. Pero por otro lado, tengo miedo. Al menos por ahora tengo una razón para seguir esperando fuera del colegio como justo ahora.

Está lloviendo, uno de mis hombros se ha mojado ya que el árbol no me cubre por completo. No entiendo, estaba muy soleado y de repente todo se hizo nublado y finalmente se desató la lluvia. Chasqueo la lengua y reviso el reloj de mi muñeca, aún faltan quince minutos para que Kibum salga. Ignorando el hecho de que vaya a acabar empapado por la lluvia, me subo a la moto y la enciendo.

Conduzco entrecerrando los ojos porque mis cejas ni mis pestañas alcanzan a desviar por completo el agua. Chasqueo la lengua al girar en una esquina y derrapar un poco por lo mojadas que están las calles. Muerdo mi labio cuando diviso una tienda de veinticuatro horas a lo lejos. Me bajo de la moto de un salto apenas la apago, me da absolutamente que se dañe con tremendo golpe que se ha dado al dejarla caer de esa forma. Entro goteando, empapando el suelo de la tienda. Noto la mirada de todos sobre mí y escucho que mencionan mi nombre pero no presto demasiada atención. Tomo un paraguas que está en un bote al lado de la caja.

—Señor, debe pagar por eso —me detengo justo cuando las puertas automáticas se abren. Pongo el paraguas debajo de mi brazo, cojo mi billetera y se la lanzo—. Pero...

—Algún día volveré y querré comprar algo —le dedico una sonrisa de lado.

Salgo de la tienda y me vuelvo a subir a la moto. Gruño porque a los primeros intentos no enciende pero al quinto lo hace. Suspiro, arranco manteniendo el paraguas firmemente agarrado entre mi brazo y mis costillas. Apoyo la moto en el árbol cuando llego, el timbre suena justo en el momento que empiezo a caminar hacia el gran portón. Entro corriendo pasando y chocando de vez en cuando a los estudiantes que salen corriendo para llegar más rápido a sus destinos y no mojarse tanto.

Algo totalmente estúpido.
Me paro justo en la puerta del edificio para no seguir mojándome pero también es tonto ya que estoy empapado hasta la ropa interior. Miro por encima de las cabezas de todos los enanos que pasan por mi lado. Muerdo mi labio porque se amontonan en la entrada haciendo que mi vista se obstuya y no me deje reconocer a Kibun. Todos empiezan a apretarse a medida que más personas van llegando, uniéndoseles también los profesores.

—Ahg, no se amontonen —exclamo alzando mi brazo con el paraguas para que no lo estropeen.

—Oye, ¿no es Minho?
Pongo los ojos en blanco. Aquí vamos.

—¡Oh por Dios! Se ve tan sexy...—jadea una de ellas.

—¡Mira cómo se le pega la camiseta!

—¿Crees que su novio estudie aquí?

—¿Cómo era que se llamaba?

—No lo recuerdo...

—Kibum—susurro yo. Ellas gritan de emoción y por un momento ignoro el hecho de cómo les puede gustar ver a dos chicos juntos para fijarme en la cabellera castaña.

—¿Acaso él no está en primero?

No escucho la respuesta, salgo corriendo dando empujones a los demás para apartarlos. Abro el paraguas en el camino, pongo mi mano en su hombro deteniéndolo.

—Toma —digo agitado. No me mira, no intenta soltarse, ni dice nada. Sólo toma el paraguas y sigue caminando.Trago saliva y aparto el cabello de mi rostro. Al menos no me ignoró del todo como creí que haría.

Algo es algo.

°°°

Pov Kibum

Miro los zapatos mojados y ligeramente sucios por el lodo que se formó en el parque por el cual paso para que mi camino se haga más corto. Suspiro y aguanto las ganas de llorar. Lo he hecho demasiado, provocando así que mis ojos se vean aún más tristes de lo que ya de por sí son. Sacudo un poco el paraguas a un lado para quitarle el exceso de agua. Limpio mis pies que están en la alfombra frente a la puerta de mi casa, abro y me quito los zapatos en el recibidor. Los dejo a un lado para que también se escurran.

Paso por el pasillo cabizbajo. Saludo a mi mamá con un simple movimiento de mano, ella me responde con una sonrisa. Estoy a punto de subir el primer escalón cuando oigo su voz. Me giro de golpe. Una entrevista, una reciente. Porque esa no la he visto.

—¿Y tu novio? ¿Sigues con él? —pregunta el entrevistador de repente haciendo que Minho agache la cabeza.

—¿Podríamos por favor pasar a otras preguntas?

—¿Acaso terminaron? —sonríe de lado—. Sé que muy pronto volverás a Estados Unidos, ¿qué pasará con ustedes dos?

—No soy capaz de predecir el futuro pero espero estar con él hasta que llegue ese día —en todo momento evita la cámara.

—Bueno —el tipo se cruza de piernas y pasa una hoja—. Vas a salir en una revista con Taemin, ¿no?

—Pues sí. Nuestros representantes se pusieron de acuerdo y ahora vamos a salir en una revista juntos —dejo la mochila en el suelo, al pie de las escaleras y me acerco lentamente a mamá.

—Pero...ustedes eran rivales.

—Pensamos superar esos desacuerdos con esto. Taemin también vendrá a Estados Unidos porque la empresa lo quiere de vuelta así que si vamos a ser compañeros creo que debemos empezar a llevarnos mejor.

Ese no es Minho. Él no sonríe de esa manera, él no es amable con cualquiera y jamás hablaría así cuando se trata de Taemin. No hay rastro de molestia, de indignación ni nada por el estilo. Sólo un rostro bonito sonriéndole al tipo que tiene en frente.

—¿Tu novio no se pondrá celoso? Digo, se podrían malinterpretar las cosas...

—Pues...

—¡Oye! —chilla mi mamá abultando sus labios—. Yo estaba viendo.

—Por favor, cuando yo esté en casa no veas cosas de Minho —susurro apartándome del televisor.

—Oh —ella se pone delante de mí—. ¿De verdad te pusiste celoso?

Aprieta mis mejillas y empieza a hacer caras raras. No, ella no entiende pero tampoco me veo con la valentía de decirlo.
No quiero que odie a Minho.
Ya es duro para mí que llevo ese poco tiempo conociéndolo. Para ella que lo conoce de toda la vida será peor, aunque de cierta forma llego a creer que no será ni la mitad del dolor que yo siento cada vez que lo veo y no puedo besarlo. Quiero, lo deseo y es por eso que no me atrevo a mirarlo a los ojos. Siempre incitándome a muchas cosas. Mi enojo con él pasó de ser por un supuesto engaño al hecho de que Minho tal vez esté confundido. Llego a pensar que se debe porque he sido con la única persona con la que ha tenido contacto diariamente y por eso él piensa que está enamorado de mí. Esa espinita de la duda se sigue acrecentando a causa de sus palabras de ese día en que prácticamente me dijo que yo sólo significaba sexo con él.

—¿Bum? —pestañeo un par de veces saliendo de mi trance. La miro por debajo de mis pestañas.

—Mamá —pongo mis manos sobre las suyas—. ¿Minho alguna vez tuvo alguien antes de mí?

—Con respecto a la parte de la intimidad pues...más de los que mis dedos alcanzan y con respecto a sentimientos...creo que Taehyung es la persona más cercana pero ellos siempre han sido amigos desde esa vez —sonríe tiernamente moviendo sus pulgares de forma circular en mis mejillas—. Supongo que él ya te lo contó.

Asiento. No había sido precisamente él pero igual lo sabía.

—¿Crees...—desvio mis ojos hacia su brillante collar— que Minho esté de verdad enamorado de mí?

—Más segura de la edad que sé que tengo —afirma apenas termino mi pregunta—. No tengo ni idea de lo que sucedió entre ambos y respeto el hecho de que no me lo quieras contar pero sé que Minnie está arrepentido —una de sus manos se desliza hacia mi cabello—. Todas las noches viene y se queda hasta la madrugada parado fuera de casa.

Ríe pero yo únicamente puedo fruncir el ceño.

—¿Qué?

—Es cierto —ríe entre divertida y preocupada—. Una vez intenté hacerlo pasar pero se negó. Se mantiene mirando hacia tu ventana.

—Es un tonto —siento mis mejillas colorearse, bajo aún más la cabeza para intentar ocultarlo.

—Lo es —susurra dejando un beso en la cima de mi cabeza—. Ve a cambiarte, te prepararé algo.

Vuelvo a asentir.

Subo las escaleras en dirección a mi habitación. Entro, miro el computador y me siento frente a él. Lo enciendo y entro al navegador. Pongo su nombre en el buscador y me sale muchas cosas sobre él. Su debut, los escándalos en los que se ha envuelto, su mala relación con Taemin y finalmente, una gran cantidad de reportajes sobre nosotros. Curiosamente, todos dicen lo mismo.

Sobre lo raro que es que alguien como Minho tenga pareja. Que él en todo el tiempo que lleva como modelo jamás había tenido pareja. Abro la sección de imágenes y me atrevo a poner su nombre junto al mío. No son demasiadas fotos pero las hay, de nosotros besándonos, abrazados, cogidos de la mano e incluso riendo.

Suspiro. Realmente extraño su sonrisa pero de esas en las que se arrugan las esquinas de sus ojos y se ven sus encías haciendo más evidente lo perfectos que son sus dientes. A él se lo ve increíble en las fotos. Con su cabello arreglado y su ropa totalmente a la moda. Luego me observo a mí, con el rostro medio cubierto con mi cabello (ya que ahi lo tenía muy largo) y mis ojos fijos en mi helado.

Pero bueno, eso es lo que soy. Un niño. Que probablemente no pueda ofrecerle lo que alguien de veintidós años necesita.
Minho lo dijo.

No tengo experiencia...

Lo quiero mucho, pero, exactamente, ¿por qué él sigue insistiendo? Mi mamá asegura que él está enamorado de mí de verdad, pero por mucho que ella lo conozca, nadie es capaz de saber los sentimientos de otro y más aún cuando ese "otro" apenas está descubriendo que puede sentir algo más que deseo sexual.

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