14-Soy un pervertido

Levanto la camisa de Kibum y dejo un beso justo debajo del ombligo. Quito el botón y dejo otro beso ahí. Paso mi lengua y muerdo suavemente para después chupar hasta dejar una pequeña marca violácea.
Pongo la palma de mi mano sobre su entrepierna y la aprieto con suavidad. Kibum se remueve y a pesar de que aún parece estar dormido, abre más sus piernas.

Acabo de quitar los botones y ataco uno de sus pezones. Paso la punta de mi lengua y cierro mis dientes alrededor quizá con un poco de fuerza más de lo debido. Empiezo a frotar su miembro mientras dejo un pequeño camino húmedo de besos hasta su otro pezón.

-M-Min -gime y una mano se posa en mi cabeza.

-Buenos días -sonrío de lado. Me alzo para dejar un beso en sus labios.

-E-estaba durmiendo -susurra cerrando los ojos.

-Ahora estás despierto -dejo de tocarlo y me bajo de la cama.
Cojo una fresa y se la pongo en los labios.

-¿Qué...?

-Abre la boca -la empujo un poco. Obedece y se la come.

Sus mejillas rojas empiezan a excitarme. Cojo otra y se la doy de comer de igual manera. Sus dientes por accidente muerden mi dedo, gruño y Kibum me mira preocupado con sus ojos inocentes.

-Perdón -niego. No soy capaz de hablar, me siento demasiado caliente de repente.

Tomo el tenedor y empiezo a darle de comer el pancake cubierto de miel de maple y crema batida.

-¿Tú ya desayunaste? -asiento lentamente observando su lengua salir y pasearse por sus labios para limpiar los restos que quedaron en las comisuras.

Pongo el plato vacío en la mesita de noche y le doy el jugo de naranja. Intenta cogerlo él mismo pero no le dejo. Un poco se desliza fuera de su boca y baja por su cuello. Pego mis labios a esa zona y saco mi lengua para lamer el delgado hilo de zumo. Kibum se estremece violentamente.
Me separo, enredo mis dedos con su cabello y lo beso. Sus brazos me rodean, mi lengua se encuentra con la suya y me ubico entre sus piernas.

Cierro mis ojos y chupo su labio superior separándome un poco. Deslizo mi mano por sus muslo desnudo y suave, totalmente libre de vello. Embisto contra su miembro, sus piernas se aprietan en mi cintura. Su piel se siente tan caliente contra la mía.Estiro mi brazo sin dejar de besarlo, tocando todo lo que está encima de la mesita incluyendo el plato vacío del desayuno. Abro el cajón y saco las esposas.

Me levanto en mis rodillas y lo observo. Es una vista preciosa. Acabo de quitarle la camisa y la tiro al suelo junto con la ropa interior. Lo cojo de las muñecas y le pongo las esposas. Él deja caer sus manos juntas en su abdomen.

-M-Min...

-Sshh -siseo y vuelvo a besarlo-. Hoy seré tu amo.

-¿Amo? -ladea la cabeza confundido.

-Exacto.

Le cojo los brazos y los dejo encima de su cabeza. Me bajo de la cama y voy al armario, saco el bote de helado y lo dejo junto al plato vacío.

-¿P-por qué tenías helado ahí? -quito la tapa y meto la cuchara.

-Porque quiero jugar contigo -cojo una buena porción y la dejo en su pecho.

Kibum aprieta los párpados, arquea la espalda y gime.
Llevo mi boca a ese lugar y me como el helado. Beso castamente su pezón y después lo meto a mi boca, lo chupo, lo muerdo y lo acaricio con mi lengua mientras que con mi mano torturo al otro.

-Ahg...-las cadenas suenan porque mueve las manos e intenta liberarse.

-Quieto -reemplazo la cuchara por mis dedos. Con mi mano libre le levanto la pierna y la embarro con helado.

-E-esto...

-¿Se siente bien? -sacude su cabeza de arriba abajo efusivamente.

Asimismo, limpio todo el helado con mi boca, mordiendo su piel con suavidad. Lo derretido se desliza hacia su entrepierna, lo sigo con mi boca y también lamo parte de su miembro.
Me pongo recto y lo miro desde arriba. Sonrío de lado y cierro mi mano en su erección.

-¿No te gustan los hombres? -pregunto empezando a masturbarlo.

-N-no -su pelvis se impulsa hacia arriba.

-¿En serio? -aumento la velocidad y aprieto más mi mano.

Mi propia excitación se remueve ansiosa debajo de mi pantalón. Una carpa se ha formado en medio de mis piernas.

-N-no -le chupo los dedos de un pie y le muerdo el meñique.

-¿No qué? -tomo otra porción en mi mano.

-N-no me ¡ah! -grita y se interrumpe en el momento que le pongo el helado sobre su miembro.

-Quedemos en un "tal vez" -paso mi lengua con suma lentitud a lo largo de toda su extensión disfrutando del sabor salado y dulce que explota en mis papilas gustativas.

Lo meto por completo a mi boca y chupo con fuerza la punta, apretándola entre mi paladar y mi lengua. Lo saco y giro mi rostro para morder su muslo. Con mis dedos separo sus glúteos y hundo mi rostro, paso mi lengua por su entrada y lo penetro con ella.

-Mierda -me río porque es la primera vez que lo oigo decir una grosería.

Meto mi mano a mi pantalón y saco mi miembro erecto, lo masajeo un poco y me enderezo. Escupo mi mano y lo humedezco hasta que creo es suficiente. Levanto sus piernas y las dejo sobre mis hombros. Me introduzco de golpe en él y por la forma en que Kibum grita sé que he atinado a ese punto.

Lo obligo a mantener sus manos donde están poniendo las mitad en sus muñecas. Lo beso e inicio las embestidas una tras otra, todas igual de intensas y fuertes. Me muerde la lengua con tanta fuerza que siento el sabor metálico perderse entre nuestra saliva. Le clavo las uñas en las muñecas y me muevo más rápido. Echa su cabeza hacia atrás rompiendo el beso, lamo el hilo de saliva que cae en su cuello y me encargo de dejar marcas en su clavícula.
Quito sus piernas de mis hombros y me salgo de él. Le soy la vuelta sosteniéndolo de la cadera, azoto su trasero con mi mano y se lo muerdo.

-¡Min! -patalea. Suelto una carcajada y lo levanto para dejar su entrada a la vista.

Lo penetro de nuevo y me sostengo del cabecero de la cama. Pego mi boca a su oreja y también se la muerdo.

-Tengo mucha hambre -susurro. La voz me sale muy ronca y eso me encanta-. Vamos. Mueve a este pequeño.

Esconde el rostro en la almohada y exactamente como le dije, comienza a auto penetrarse, moviéndose de adelante hacia atrás.
Paso mi mano por su espalda, acariciándolo con toda la delicadeza que poseo mientras él sigue con sus movimientos. Nuestras pieles chocando provocan un sonido bastante excitante. Lo detengo y esta vez, yo soy el que da las estocadas.

-Minnie...-nunca me gustó tanto que me dijeran así.
Su entrada se contrae y eso sólo significa algo, por eso cierro mi mano en la base de su pene evitando su orgasmo.

-N-no...por favor -se agita furiosamente pero eso sólo provoca que yo apriete más mi mano.

-Quédate quieto -gruño sin disminuir la velocidad.

No sé si lo hace a propósito o si es inevitable pero su interior se apretada aún más y sin evitarlo, termino dentro suyo. Acaricio la punta con mi pulgar y Kibum también llega a su clímax con mi nombre en un gemido. Me salgo, él se desploma y yo me tumbo a su lado.

-Hacía tanto tiempo que no tenía una buena mañana -suspiro.

-¿Po-podrías quitármelas? -está increíblemente ruborizado y se niega a mirarme.

-Claro -me estiro, desato la correa, se las quito y las dejo encima de la mesita.

-E-eso...estuvo bien -murmura y un atisbo de sonrisa aparece.

-¿Bien? -río-. Estuvo mejor que otras veces.

Asiente. Enrolla una sábana en su cintura para ir al baño.

-¿Qué vas a hacer? -enciendo la televisión y pongo brazo debajo de mi cabeza.

-A bañarme -dice y desaparece de mi vista.

Me encojo de hombros, mi teléfono suena. Bufo molesto.
Sin embargo, contesto y es la voz de la Señora Kim que suena al otro lado de la línea.

-Hola Minnie, ¿te desperté?

-No. Estoy muy despierto -sonrío caminando hacia el baño.

-Qué bueno -oigo que suelta aire-. ¿Y Kibum?

-Bañándose -abro la puerta y siento mis esperanzas morir. Kibum está en la ducha. El vidrio está empañado así que no lo puedo ver.

-¿Tan temprano?

-Son las diez de la mañana -lo único que veo es su silueta moverse de un lado a otro.

-Cuando acabe de bañarse le dices que me llame.

-De acuerdo.

-Ah, y...

-¿Sí?

-Dale un respiro -y cuelga. Arqueo una ceja extrañado. ¿A qué se refiere con eso? Da igual. Golpeo el vidrio con mis nudillos y enseguida el agua deja de caer.

-¿Qué sucede? -agarro mi albornoz. Abro la puerta, Kibum se cubre pero yo no hago más que ponerle la prenda encima.

-Tu mamá llamó -dejo que se seque y le doy el celular.

-Oh, gracias -sale con una sonrisa bastante amplia.
Se va dando brinquitos hasta la puerta.

-¡Cuidado te...! -como sabía que pasaría, se cae y se golpea el trasero.

Niego con mi cabeza y camino hasta él. Tiene los ojos llenos de lágrimas, me agacho, lo rodeo con mis brazos y lo levanto.

-Torpe -digo yendo a la habitación.

-Eso dolió -hace morritos y se echa a llorar aunque no de forma escandalosa.

-Pudo haber sido peor -lo dejo en la cama y cojo una toalla aparte para secar su cabello.

Con mis pulgares seco sus lágrimas.

-Cállate -ruedo los ojos. Me fijo en que mantiene agarrado mi celular fuertemente.

-¿Qué esperas para llamarla?

-Es cierto -desbloquea el celular y se queda mirando la pantalla como si en ella encontrara la respuesta a todas sus dudas
.
-¿Qué pasa? -miro la pantalla también-. ¿No funciona?

-No tienes ningún fondo -farfulla sorprendido.

-¿Esperabas que tuviera tu foto?

-¿Qué? ¡No! -frunce el ceño

-. Creí que tendrías alguna foto de...no sé...alguien desnudo.

-Soy un pervertido, lo admito pero no estoy loco -alboroto su cabello.

-Ya veo...

-Iré a bañarme.

-Está bien




He vuelto, tal vez no esté del todo bien pero decidí seguir esta historia, perdón si hay errores...

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