13- No me desagrada

Miro a Kibum de reojo mientras acaban de maquillarme. Está hablando con un chico igual de afeminado y tonto que él. Ambos parecen estar metidos en una burbuja que nadie puede romper. Luego de haberme pateado no pude volver a acercarme porque de inmediato me "atraparon" para prepararme y toda la cuestión.
Y ese chico el que está con Kibum también es modelo. Me dijo su nombre pero en ese momento estaba más concentrado en la forma que debería castigar a Kibum de manera que yo saliera beneficiado.

—Por favor no muevas la cabeza —bufo y me obligo a mantenerme quieto.

La risa de Kibum me tenta a mirarlo pero es que esta chica parece tan concentrada y dispuesta a dejarme perfecto que no me deja ni respirar.

—Parece que tu novio se está divirtiendo con Luhan —Changmin se sienta en una silla a mi lado.

—No es mi novio —gruño. La chica acaba de maquillarme y pasa a alisar mi cabello—. Además él puede hablar con quien quiera.

—¿Hablar? —se mofa—. Pues justo ahora Luhan lo está besando.

—¿Qué? —giro mi cabeza para mirarlo y lo siguiente que siento es el ardor en mi oreja—. ¡Carajo!

—Te dije que te quedaras...

—¡Tú cállate! —la interrumpo tocando suavemente el lugar que de seguro está quemado.

—¿Qué pasó? —el tal Luhan pregunta y Kibum me mira curioso.

—¿Estás bien? —toca mi brazo y tira un poco de él para que quite mi mano.

—¡No, no estoy bien! —grito apartándolo.

—N-no me grites —frunce el entrecejo y aprieta los labios hasta formar una línea recta.

—Ay perdona, princesa —digo sarcástico.

—Idiota —murmura.

—Iré por un botiquín —anuncia la chica y se va con Luhan detrás.

—Déjame ver —Kibum intenta quitar mi mano de nuevo.
Cedo y la retiro despacio, con delicadeza.

—No es grave —con sus dedos me toca. Me encojo porque duele y arde a la vez pero no digo nada—. Changmin, ¿podrías conseguirme hielo?

—Claro —sale corriendo hacia los que tienen las botellas de agua.

—No creas que porque finges preocuparte por mí voy a olvidar que me golpeaste hace un rato —mi amigo regresa con el hielo. Kibum coge un cubito y lo pone en la zona que supongo está roja.

—No finjo nada pero tampoco estoy preocupado. Por mí pueden quitarte la oreja —hace un poco de presión—, pero quiero ayudar. Después de todo eres quien me cuida.

Sus palabras me sorprenden. Lo miro confuso y como ya es costumbre, está ruborizado y se niega a despegar su vista de mi oreja.

—Ah...veré qué pasó con los chicos —dice Changmin y se aleja de nosotros.

—¿Es lo que creo? —sonrío de lado.

—¿El qué?

—Te gusto, ¿eh?

—¡N-no seas idiota! —quita el hiel y golpea mi cabeza.

—¡Oye! —me pongo de pie—. No seas atrevido.

—Pues deja de decir tonterías —hace un mohín. Sus fosas nasales se expanden y sus mejillas se vuelven aún más rojas.

—Aquí está —aparece Changmin con el botiquín en las manos.

—Bum...—¿Es que acaso ahora todo el mundo quiere llamarlo así?—. Vamos. Mi mánager trajo helado.

Kibum da un brinco y sonríe ampliamente olvidándose de su enojo. Corre hasta Luhan y lo coge del brazo.

—Vamos, vamos, vamos —el afeminado dos asiente feliz.

—Niños...—ríe Changmin a mi lado—. Te pondré un poco de esta crema.

—Estoy bien. Ya no duele —suspiro.

—Minho, es hora —un señor hace un movimiento con su cabeza indicándome que salga.
Lo sigo hasta el resto. Hay una chica a la cual todavía están maquillando y que cuando apenas nuestros ojos se cruzan, aparta a la maquillista y se levanta.

—Hola, Minho —extiende su mano—. Soy Sulli

—Ajá —la ignoro y busco al fotógrafo con la mirada.
Sin embargo a quien encuentro es a Kibum de nuevo comiendo helado y con las comisuras manchadas de chocolate.

—¿Tienes novia? —mi campo de visión es obstaculizado de nuevo por aquella rubia.

—No —pongo mi mano en su brazo y la aparto lo más tranquilo que puedo. Kibum ya no está.

—¿Te molesta que yo sea con quien vas a modelar? —entorno los ojos.

—Me da igual —me alejo de ella y me siento en uno de los bancos de madera.

—No eres muy amable, ¿eh? —se cruza de brazos y sonríe de lado.

—Qué observadora.

—¿Acaso eres gay? —lleva una mano a su boca sorprendida.

—Más bien soy de mente abierta —relamo mis labios y recorro su cuerpo con la mirada.

—¿Mente abierta?

—Se me da bien ambos sexos —sus cejas se levantan tanto que parece que casi tocan la línea en donde empieza su cabello.

—Entonces...

—Entonces luego de esto podemos ir a un lugar donde nadie nos vea y jugar a la papá y la mamá —se muerde el labio y cierra las piernas.

—Me parece bien...

Suelto una carcajada, me levanto negando divertido. Creo que ya me adapté a Kibum y a su manera de no aceptar de inmediato.

—Esto es demasiado fácil —palmeo su cabeza y voy hasta el fotógrafo.

—¿Qué? —la escucho correr detrás mío.

Nuevamente, me hago a oídos sordos de lo que ella dice para hablarle al que se supone es el encargado.

—¿Cuándo iniciamos? —trato de no rascarme la cabeza. El tinte falso es muy molesto.

—Justo ahora —sostiene la cámara con ambas manos. Lo veo pasar por mi lado y dirigirse al lugar donde antes estuve yo. Hace que me siente en la banca con aquella rubia a mi lado.

—Traten de ser lo más naturales posible —se lleva la cámara al ojo.

—De acuerdo.

La miro, pongo mis manos en su rostro y ladeo mi cabeza aparentando que la voy a besar.
Después levanto mi barbilla y pego mis labios a su frente. Me luego de nuevo, yendo hacia el extremo de la banca, entrelazo nuestros dedos y sonrío como si estuviera avergonzado.
Subo mis piernas y dejo caer mi cabeza en su regazo. Ella pone su mano en mi cabello y me besa la nariz. Me la paso así durante varios minutos, aparentando ser el novio perfecto mediante diferentes poses.

—Hemos acabado —grita y todos aplauden. Me pongo de pie y hago una reverencia.
Cuando me enderezo me encuentro con la sonrisa de Kibum y sus mejillas de color rosa mientras también aplaude con ganas. Le guiño un ojo y también le sonrío.

—Buen trabajo —me felicita cuando llego a él.

—Gracias —cojo la botella de agua de sus manos y bebo un poco—. ¿Y esa ropa?

—¿Eh? —se mira a sí mismo—. Lulu me dijo que me quedaría bien y me hizo ponérmela.

—Te llevas bien con ese tipo, ¿eh? —empiezo a caminar hacia el interior de la carpa donde seré desmaquillado.

—Es muy agradable y divertido además —alza su brazo para mostrarme una rosa blanca que no había visto—. Me regaló esto.

—Qué cursi —entro y no encuentro a nadie.
Apretó el puente de mi nariz para no estallar. Busco mi bolso y saco de éste mis toallas desmaquillantes.

—¿Ya nos vamos? —su decepción me descoloca.

—Sí —me quito el chaleco, los accesorios y la camiseta.

—¿Tan rápido? —se sienta en una silla y deja la rosa a un lado.

—No esperabas que nos quedáramos para siempre, ¿o si? —me quito el pantalón y lo dejo junto con el resto de ropa.

—E-es que...—agacha la cabeza y juega con sus dedos.

—¿Qué? —me quito el maquillaje y los zapatos.

—Estoy de vacaciones y tú trabajas todos los días y yo...

—No te preocupes —lo corto.

Me pongo el pantalón con el que llegué. Camino descalzo hasta él, pongo mis dedos bajo su babilla y lo beso. De inmediato, delineo su labio superior con mi lengua y Kibum me da acceso abriendo la boca. Sabe a chocolate y a fresas. Enredo nuestras lenguas y saboreo su saliva. Recuerdo sus palabra y cierro los ojos. Le muerdo con suavidad el labio inferior, deslizo mi mano por su mandíbula y mejilla hasta su cabello el cual empuño para empujar su cabeza más cerca de mí.

Un suspiro se pierde entre nosotros siento las manos de Kibum en mi pecho y como se levanta levemente para también tener más profundidad en el beso. Atraigo su lengua a mi boca y la chupo como si fuera el manjar más dulce aunque ciertamente lo es pues como dije, sabía a chocolate y fresas. Me separo de él y abro mis ojos. Los suyos aún siguen cerrados, su boca levemente abierta y sus mejillas encendidas.

—Hora de irnos —dejo un último casto beso en sus labios y me separo.

°°°

Estoy mirando por la ventana de la camioneta cuando un peso extra cae sobre mi hombro. Miro y me encuentro con la cabeza de Kibum, con mi dedo parto un mechón de cabello que cae sutilmente sobre su rostro.

—Oye Onew —lo llamo y él me mira por el espejo retrovisor.

—Dime.

—Hoy me sentí molesto porque vi a Bum con otro chico, ¿qué significa?

—Pues si sería mi caso es porque me gusta pero como se trata de ti es porque crees que Kibum te pertenece —suelta una pequeña carcajada—. Siempre has sido muy posesivo. ¿Recuerdas cuando te enojabas cada que veías que la Señora Kim abrazaba a alguien además de ti?

—Sí —miro a Kibum y sonrío—. Creo que después de todo no me desagrada tanto.

—¿Y cómo sería eso posible? —río por su sorpresa—. Se trata de Kibum.

No digo nada. Sólo suspiro.
Llegamos al hotel cuando los últimos rayos del sol iluminan el cielo creando una paleta de colores bastante hermosa.
A pesar de que sacudo a Kibum para que se despierte, él sólo se abraza más a mi brazo y farfulla cosas inentendibles.
Tomo una gran bocanada de aire y con cuidado de que no se golpee al moverme, me bajo de la camioneta y lo cojo a él en brazos.

—Trata de despertarlo luego para que coma —es lo último que dice Onew antes de irse.
Entro y me encuentro con la recepcionista, paso de largo hasta el ascensor. Estoy a punto de decidir subir por las escaleras cuando las puertas se abren y se salen dos ancianos. Me miran raro, los ignoro y ellos siguen de largo.

—¿Y ahora qué hago? —me cuestiono al darme cuenta de la situación en la que me encuentro.

Pensando un poco más, me quito el zapato y levanto mi pierna para aplastar el botón que indica el número de mi piso.

—Ha sido un largo día —me recargo en el espejo a mi espalda y dejo salir todo el aire.
Kibum se abraza a mi cuello.







#marrymeminkeyday 😍💕💕💕💕👅💕

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