59.


—¿Un arma nueva?

—¿Te gusta? —el azabache sonrió prepotente.

—En este punto ya no me sorprende, Reborn.

—Sabes, Vongola...—Mukuro sonrió travieso en ese almuerzo porque vio su oportunidad—. Dicen que hay personas que compran cosas o tienen hábitos extraños para compensar su falta de virilidad o problemas maritales.

—Confirmo —Tsuna bebió su juguito.

Todos los demás escupieron su almuerzo y desviaron la mirada a la nada. No querían enfrentar al demonio que seguramente era Reborn.

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