—¿Quieres salir conmigo?

—No —Tsuna buscó por donde huir, pero estaba acorralado en una esquina.

—¿A una cafetería de gatitos?

Tsuna se tensó, siempre quiso ir a un lugar así, pero le daba vergüenza ir solo y no se atrevió a pedirle a Enma que lo acompañara.

—... Lo estoy pensando.

—Con opción de postres y helado.

—No soy un niño, Reborn-senpai.

—Y crepas.

—... Eh... —fue demasiado tentador como para no ceder—. Está bien... Pero no vuelvas a besarme jamás.

—Sí... Solo quiero... dis... disculparme por eso.

—No te veo muy arrepentido.

—Es que no lo estoy.

—Ya no quiero salir contigo, senpai. Siento que eres un riesgo... Uno grande... Ya me dio escalofríos con solo pensarlo.

—Ya te dije que fui impulsivo.

—¿Y lo de mi hermano?

—No sabía que tenías un hermano gemelo.

—Lal-senpai tiene razón. Eres un idiota.

Y así fue como la primera historia de amor de Tsuna en la preparatoria empezó, solo esperaba que no terminara tan mal.