34.
—Seré tu príncipe azul.
—¿Qué? —Tsuna miró al azabache con confusión.
—Soy compasivo y por eso seré tu pareja en el baile.
—No gracias, Reborn. Mukuro me invitó antes y le dije que sí.
Reborn elevó su arma.
—Sí me permites, debo trocear una piña.
—Suena bien. También quiero un vaso del jugo que prepares, Reborn.
La batalla entre sol y niebla duró hasta el amanecer, Reborn perdió esa vez, pero ganaría la guerra.
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