23.
—¿Qué? ... Esto es raro.
Tsuna hizo una mueca al notar que en sus brazos y cuello tenía marcas rojizas... como chupones... Se revisó y se extendían en su espalda y hasta su cadera.
—¡Reborn!
No entendía como, pero sabía que ese adolescente de quince años era el culpable. Tenía que darle un alto y poner más protecciones a su habitación.
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