18.
—Una flor para otra flor.
Sonrisa galante, una rosa roja, perfume dulce, e impecable traje.
Tsuna no era estúpido. Ya no.
—¿Amenazaste de muerte a alguien?
Miró fijamente a Reborn.
—No fue amenaza si lo cumplí.
—¿Fue alguien de poder?
—Fue justificado.
—¿Qué fue ahora? —estaba enojado.
—Hizo un comentario sobre tu sonrisa... Nadie halaga tu sonrisa más que yo.
—¡Reborn!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top